Nació el 24 de enero de 1958. Abogado. Casado, tres hijos. Se crió en el seno de una familia trabajadora con un padre peronista y una madre radical. Abrazó la militancia siendo un adolescente, mantuvo siempre un bajo perfil y se movió en la arena partidaria sin aspirar a cargos. Cuando volvió a Villa María, tras sus estudios universitarios en Córdoba, se acercó al PJ de la mano de uno de sus grandes amigos, Raúl Costa. Ingresó al Tribunal de Cuentas durante la gestión anterior, fue electo tribuno en 2015 y hoy preside dicho órgano de contralor
Escribe: Nancy Musa DE NUESTRA REDACCION
No es un dirigente con alto perfil mediático. Se siente cómodo cumpliendo una tarea técnica, le gusta tener una intensa actividad, atender su estudio legal y es apasionado de los deportes.
Julio Oyola demuestra tranquilidad, sonríe y no vacila al responder cada una de las preguntas. Valora la experiencia que tuvo en la campaña a gobernador de Eduardo Accastello, se confiesa “peronista hasta los huesos” y tiene buenos recuerdos de quienes lo acompañaron en sus primeros pasos políticos.
-¿Cuándo comenzó su militancia en el peronismo?
-Empezó allá por el año 1972, 1973. Me comenzó a interesar la política como chico de esa edad con ideales. En ese tiempo me interesó porque tenía amigos, un vecino muy querido, Julio César Franco, que fue un dirigente de la Bancaria, trabajaba en el Banco Italia (Catamarca y José Ingenieros, donde ahora está AFIP), y con él hablábamos mucho de política, un peronista de años, y a raíz de eso conozco por el colegio (Rivadavia) a los hermanos Deiver, a Julio y Semita, los nietos de Salomón Deiver, también a Héctor Mosquero, Tito Chanquía, era un grupo de chicos atrevidos y empezamos a juntarnos.
–¿Por qué elegiste el peronismo para militar?
-Mi papá era peronista, él decía “en esta casa somos peronistas hasta los huesos” y yo también se lo dije a mis hijos desde chiquitos. Mi mamá era radical, pero le ganó la pulseada a mi papá (sonrisas). La casa que tenía mi papá era del Plan Eva Perón, en esa época se era muy celoso con las convicciones y muy honesto con las ideas, se agradecía a quien le había dado una mano. Mi papá siempre hablaba de Perón, de Evita, tenía los bustos de los dos y de ahí salí peronista y después uno empieza a leer y ve que la única forma de hacer algo es a través de la justicia social. Nosotros, con mi hermano, somos los primeros profesionales de una familia de laburadores, tuvimos la suerte de ir a Córdoba a estudiar, mi viejo nos ayudaba un poco hasta que empecé a trabajar en Tribunales y pudimos bancarnos la carrera. Y seguí en el peronismo, tuve alguna simpatía por Alfonsín, pero después te das cuenta de que el peronismo es una esencia, un sentir, una forma de vida, por lo menos de la clase social de la cual yo vengo.
–Si tuviera que hacer un análisis del peronismo del 73 al de ahora, ¿cómo lo sintetizaría?
-A ese peronismo del 73 lo veía como en las películas, glorificado, algo impoluto, extraordinario. No sé si era tanto porque yo era chico, tenía 14 años. Y era verticalista. Y comparado con el de ahora, los que nos estamos poniendo grandes siempre decimos que los tiempos anteriores eran mejores.
Pero creo que, en realidad, el peronismo se fue modernizando, aggiornándose a la vida de los trabajadores y a las apetencias de las clases humildes y medias que van evolucionando y exigen otra calidad de vida. Si bien la esencia sigue siendo una doctrina de justicia para los que menos tienen, la interpretación que uno hace se va aggiornando con los tiempos.
-Hay una parte de la sociedad que considera que todos los males del país son culpa del peronismo. ¿Qué dice ante eso?
-Será porque siempre gobernó el peronismo. Yo no creo que sea así. El peronismo ha tenido más aciertos que desaciertos. Como proyecto político de una Argentina renaciente, porque como país somos relativamente muy nuevos, no ha sido culpable de todos los males; todo lo contrario. Le ha sacado la venda a mucha gente que estaba ávida de conocimiento de política. El peronismo siempre supo interpretar la voluntad de los más humildes.
-Frente a todas estas denuncias de corrupción que van surgiendo, ¿cómo ve usted, que es abogado, lo que pasó y está pasando en el país ante este avance de la Justicia?
-Me parece muy bien el avance de la Justicia. Hay que distinguir bien los poderes, tanto el Ejecutivo, el Legislativo como el Judicial deben tratar de ser lo más autónomos posible. Ser autónomo por naturaleza es una utopía porque somos humanos y la Justicia está en manos de humanos y todos tenemos algún corazoncito por algo y los jueces no escapan a eso. Pero con el tema de la corrupción, yo soy tajante: aquel que haya tenido actos de corrupción debe ser juzgado y si le corresponde, debe ser penado. No convalido la corrupción bajo ningún tipo, ni económica ni moral.
–¿Por qué surge hoy tan fuertemente el tema de la corrupción?
-Somos humanos y tenemos yerros. Y los yerros tienen que pagarse. Es una pregunta muy linda más para un psicólogo que para un político (sonríe), te la puedo contestar a nivel superficial. La corrupción ha existido siempre, hoy tal vez tenemos más información al respecto. En épocas de la mitad del siglo pasado me animaría a decir que también hubo corrupción, pero no se sabía, y esa es la función extremadamente responsable de los medios, comunicar para que las cosas se sepan, para que el pueblo sepamos de las acciones que hacen los que nosotros votamos y se pueda evitar cualquier tipo de corrupción.
-La Justicia actúa después de que los gobiernos se van, por lo que se ve
-La Justicia es lerda y así no sirve. Yo escuchaba a Ricardo Lorenzetti decirles a los jueces que debían actuar y me parece que no debería haber un consejo de parte de un miembro de la Corte, sino que eso tiene que estar en la conciencia de todos los jueces. Un juez no puede esperar la situación política, su trabajo es sentenciar, probar un ilícito más allá del momento político. Y si ahora se ha puesto a trabajar en eso, en buena hora. Para mí, es tarde.
–¿Cómo analiza la tensión social ante los ajustes que estamos viviendo?
-Es lamentable, el pueblo está sufriendo los ajustes económicos que si bien tanto las dos opciones que teníamos, el Gobierno actual o Scioli, habían manifestado que iba haber un ajuste, estas medidas son una operación sin anestesia. Pero yo soy muy paciente en esperar las cosas. Uno va a hacer una oposición constructiva, necesitamos esperar un tiempo, pero esta inflación, esta pérdida del poder adquisitivo del salario, es muy dura.
–¿Qué rol tiene que cumplir el peronismo hoy, ya que no está acostumbrado a ser oposición?
-Es bueno ser oposición y hoy el peronismo tiene que cumplir el rol de protección al más humilde, conservando los derechos que hemos adquirido en este tiempo de gestión peronista y aceptando los errores que hemos tenido, porque hemos tenido errores y en base a eso tenemos que ir mejorando nuestro pensamiento político.
-¿Cree que se deben un debate profundo?
-Sí, y sobre todo en el plano social. Después se va a dar en el plano dirigencial, pero en el plano social hemos quedado en deuda con la masa de nuestros compañeros, hemos hecho cosas, pero faltaron más cosas por hacer y tal vez no los hemos interpretado.
-¿Cómo se siente en el cargo que tiene en el Tribunal de Cuentas?
-Son dos etapas, una que estaba compuesta por el doctor Maristany (UCR) y el doctor Naselli (PV) y por el Frente para la Victoria-PJ. Fue una etapa con dos buenos profesionales, pero he tenido fuertes disputas con Naselli por la forma de hacer las cosas. Yo respeto mucho su opinión, sus ideas políticas, pero el puesto del tribuno va más allá de la concepción política. Nosotros debemos estar para el control, más allá de la decisiones políticas del Ejecutivo. Y eso era un poco la divergencia que teníamos, pero se pudo trabajar.
Después vinieron las elecciones y sacamos dos tribunos con el peronismo y cambió el escenario. Ahora tenemos más responsabilidad porque somos mayoría en el Tribunal y debemos cuidarnos de los actos que hacemos. Actuar fiscalizando fielmente los gastos derivados de la gestión política.
-En lo personal, ¿cómo recibió el pedido de juicio político que hizo José Naselli?
-El pedido que realiza Naselli es totalmente infundado y falaz. Sobre si te afecta en lo personal, por supuesto que afecta, pero estoy muy tranquilo con el desenvolvimiento de mis acciones, todas las resoluciones son públicas y sé quien soy.
Opiniones
Mauricio Macri
Lo veo como un gran empresario, el manejo de una empresa es totalmente distinto al manejo de un país. No dudo de su capacidad como empresario, tengo mis dudas sobre su capacidad como dirigente político, tengo mis dudas sobre si va a saber interpretar la voluntad de aquellos que lo han votado.
Juan Schiaretti
Me merece mis respetos, ha hecho una gestión extraordinaria en su primer mandato y creo que a su experiencia la va a volcar en esta Gobernación. Me parece una gran persona y un gran político, muy comprometido con su gestión.
Martín Gill
Es amigo, excelente profesional y político. Muy buen gestor, y tenemos una muy buena relación política y laboral. Es una persona con un fuerte compromiso y se preocupa mucho porque todas las cosas salgan bien. Es una persona que va a llegar muy alto.