
Se trata de Esteban Morsila, quien está acusado de “desobediencia a la autoridad”, “violación de domicilio”, “agresión con arma” y “coacción”. Las víctimas fueron su mamá y su hermano. Hoy declara Nicolás Morsila, defensor del Pueblo de Villa Nueva

Un irascible pintor villamariense, que padece una grave adicción a las drogas, lo que potencia su agresividad, empezó a ser juzgado ayer en la Cámara del Crimen local por una serie de violentos episodios en perjuicio de su madre y su hermano.
Esteban Oscar Morsila comparece privado de la libertad, imputado como presunto autor de “desobediencia a la autoridad” -por incumplir una orden de restricción de contacto con sus familiares-, “agresión con arma”, “violación de domicilio” y “coacción”.
Morsila, de 35 años (28 de febrero de 1981) y con último domicilio en Santiago del Estero 1196, está detenido desde los primeros días de agosto pasado, luego que su progenitora, Norma Cristina Giraudo, lo denunciara ante la Policía por los reiterados hechos de violencia física y verbal que sufrió.
Maldita droga
Durante la audiencia de la víspera quedaron al descubierto -una vez más- los graves daños psicológicos que generan las drogas cuando afectan el seno familiar, que en el caso de Esteban exacerban su irascibilidad y lo convierten en un hombre violento y peligroso.
En rigor de verdad, Morsila es adicto a la cocaína desde hace muchos años y cuando se encuentra bajo los efectos de esa droga su personalidad se torna por demás agresiva.
Una sucesión de hechos de esa naturaleza llevaron a Giraudo a radicar una denuncia el pasado 5 de agosto, por lo que la autoridad judicial interviniente dispuso la detención del agresor, quien actualmente permanece alojado en el Establecimiento Penitenciario Nº 5.
Muy contrariado
Incluso ayer, cuando el secretario de la Cámara, Guillermo Picco, daba lectura a la pieza acusatoria (es decir, la descripción de los hechos delictivos que se le atribuyen), Morsila se mostró contrariado y molesto, aunque su actitud no pasó a mayores.
Luego declaró sobre condiciones personales, pero se abstuvo de hacerlo en relación a los ilícitos por los que está acusado.
Más tarde compareció la madre de Esteban, quien ratificó la denuncia presentada hace tres meses y señaló que a ella le gustaría que su hijo recupere la libertad y se someta a un estricto tratamiento médico para superar su adicción a las drogas.
Sigue a las 8.30
Cuando Giraudo concluyó su declaración, la jueza Silvia Saslavsky de Camandone dispuso un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30, oportunidad en la que se escuchará el testimonio de Nicolás José Morsila, hermano de Esteban, quien también fue víctima de su colérico proceder.
Nicolás Morsila es un conocido abogado del foro local, que desde hace 11 meses se desempeña como defensor del Pueblo de Villa Nueva, el primero que tiene la vecina ciudad en sus 190 años de historia.
Si se incorpora el resto de la prueba por lectura, entonces el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el abogado defensor, Jorge Bustos, formularán sus respectivos alegatos, y no se descarta que hoy mismo se dicte la sentencia.
De todos modos, todavía no está dicha la última palabra. Porque detrás de los hechos de violencia que se le endilgan a Morsila, subyace una delicada problemática familiar, obviamente generada por los violentos arrebatos del acusado.
Por eso habrá que esperar el desarrollo de esta segunda audiencia para saber si el juicio finaliza hoy o si se dispone un nuevo cuarto intermedio.
No tiene condenas
Cabe señalar que Esteban Morsila no registra antecedentes penales, pero sí policiales, todos relacionados con su agresiva personalidad, generada por el consumo de estupefacientes. Y como se trata de un convicto primario, lo más probable es que la pena que se le imponga sea de ejecución condicional (en suspenso), con lo cual podría recuperar la libertad ni bien concluya la audiencia de debate.
Por la entidad de los delitos que se le atribuyen, la condena no superará los tres años.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que la condena sea de cumplimiento efectivo, con lo cual Morsila deberá cumplir ocho meses entre rejas para poder solicitar la “libertad condicional”.