Se trata de Jonathan Bianchi, Eric Fornero, Eduardo Zabala y Francis Toledo. La mayoría de los delitos tiene como único acusado al primero de los nombrados, mientras que los restantes intervinieron en otros episodios, todos perpetrados en Villa María

Con la “última palabra” de los imputados y el dictado de la sentencia, concluirá hoy en la Cámara del Crimen local un juicio que se les sigue a cuatro jóvenes que están sospechados de haber cometido diferentes delitos, en su mayoría contra la propiedad.

Los acusados son Jonathan Alexis Bianchi (25), Eric Antonio Fornero (23), Eduardo Raúl Zabala (26) y Francis Alexander Toledo (26), quienes comparecen privados de la libertad.

En rigor de verdad, inicialmente eran 10 las personas involucradas en los hechos que se investigan, todos descriptos en dos causas conexas, pero seis de los sospechosos (que carecen de antecedentes) solicitaron la suspensión del juicio a prueba, también conocida como “probation”, y evitaron así -al menos por ahora- tener que sentarse en el banquillo de los acusados.

El principal acusado que tiene la causa es el primero de los nombrados, a quien se le atribuyen nada menos que nueve delitos en ocho hechos cometidos entre marzo de 2009 y abril de 2014, cuando fue detenido junto a Fornero por un asalto con arma blanca en perjuicio de una pareja.

Numerosos ilícitos

Para más precisiones, a Jonathan Bianchi se le atribuyen hechos de “hurto calificado por escalamiento” (13 de marzo de 2009), “violación de domicilio” (7 de mayo del mismo año); “hurto calificado” de una moto, agravado por encontrarse en la vía pública (16 de mayo), “encubrimiento” (31 de octubre de 2009), “hurto simple” (13 de febrero de 2010), “violación de domicilio” y “robo” (22 de agosto de 2012), “robo en grado de tentativa” (3 de marzo de 2014) y “robo calificado” por uso de arma blanca (24 de abril de 2014), asalto -este último- en el que también está implicado Eric Fornero.

En tanto, Eduardo Zabala es juzgado por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, “tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización” y “encubrimiento”, mientras que a Toledo se le atribuyen los delitos de “hurto simple”, “encubrimiento” y “coacción reiterada”, en este caso por hechos de violencia familiar.

Según la requisitoria fiscal de elevación a juicio, el más grave de los ilícitos que se procura esclarecer se produjo el 24 de abril de 2014, alrededor de la 1 de la madrugada, cuando Nicolás Gianone y Sofía Juárez fueron despojados de 200 pesos en efectivo luego de ser amenazados por dos sujetos que portaban un cuchillo Tramontina.

De acuerdo con la acusación, Bianchi y Fornero sorprendieron a la pareja cuando salía de un complejo de departamentos ubicado en calle Alberdi al 150, en barrio Ameghino.

Durante la audiencia de la víspera, Zabala y Francis Toledo confesaron sus responsabilidades en los hechos que se les atribuyen, por lo que -al menos para ellos- el juicio se realizó bajo la modalidad de trámite abreviado.

Luego, a la hora de los alegatos, el fiscal Francisco Márquez solicitó una condena de cuatro años de prisión para Zabala, pero unificada en cinco años porque está debiendo parte de una condena anterior. Asimismo, pidió que se le imponga una multa de 700 pesos porque así lo establece la Ley Federal de Estupefacientes Nº 23.737.

Con respecto a Toledo, el acusador público requirió una sanción de tres años de prisión de ejecución condicional (se trata de un convicto primario), por lo que hoy, cuando se dicte sentencia, podrá recuperar la libertad ni bien termine la audiencia de debate.

Posteriormente, tanto el abogado de Zabala, Juan Antonio Rusconi, como la asesora letrada Silvina Muñoz, defensora oficial de Toledo, adhirieron -cada uno a su turno- a los pedidos formulados por el fiscal ya que ambos había llegado a un acuerdo previo sobre los montos de las penas a imponer.

Con respecto a Bianchi, el fiscal de Cámara reclamó una condena de siete años de prisión por todos los hechos. En cambio, el letrado defensor, Antonio Alarcos, pidió una sanción de tres años de prisión porque su cliente negó haber asaltado a Gianone y Juárez, aunque admitió su culpabilidad en los restantes hechos.

Tanto él como Fornero declararon que el hecho ocurrido en barrio Ameghino no se había tratado de un robo, sino que le “vendieron” a la pareja unas hierbas que, supuestamente, hicieron pasar por marihuana. Así, según ambos acusados, lo que en realidad hicieron fue estafar a sus víctimas.

Ante ello, el abogado de Fornero, Jorge Bustos, pidió la absolución de su defendido, y subsidiariamente una condena de dos años de prisión como coautor de “estafa”.

Para hoy, a partir de las 10, está previsto que los cuatro acusados hagan uso de la “última palabra” y poco después se conocerá la sentencia a la que arribe el camarista René Gandarillas.