Alrededor de 800 personas se dieron cita en la velada aniversario de la Radio Bemba. Además del grupo de rock nacional, estuvieron Bufones y Los Invisibles con su tributo a Callejeros
En los tickets de ingreso a los shows de Kapanga debería agregarse la leyenda: “Satisfacción de fiesta garantizada”.
A pesar de que nunca renunció a su raíz e impronta rockeras, es innegable que la formación quilmeña liderada por Martín “Mono” Fabio enarboló desde siempre un culto a la desfachatez desbordada (extremando el concepto de lo kistch), al desdibujamiento de fronteras musicales y a una ligazón con su público que perdura gracias a una relación empática, de casi iguales, que les permite a sus integrantes reírse de sí mismos.
En la madrugada del lunes, a las 2.15 (45 minutos después de lo pautado), y en el marco del aniversario de Radio Bemba, Kapanga venía a refrendar su performance de jolgorio con la intensidad singular que le otorgan 20 años de carrera y unos cuantos hits radiables que han quedado sonando en la memoria emotiva de la juventud prolongada de los años 90 y 2000.
El Mono, un frontman con dotes de estandapero, se erigía como pastor de una misa pagana, santiguando a los fieles para luego hacerles los típicos cuernitos. Entre sus interacciones con la audiencia, recordó -nuevamente, como dos años atrás, en su anterior visita en el marco del Costanera Rock- los primeros arribos de Kapanga a Villa María.
“Uno de los primeros fracasos de nuestra carrera fue acá, cuando nosotros tocábamos en El Angel y Axel Fernando (actualmente Axel), tocaba en otro boliche. Me acuerdo que cuando pasamos para ver la gente de Axel había una cola tremenda. Nos queríamos matar”, rememoró entre risas.
Luego, en los pases de comedia junto a su partener, el guitarrista Miguel “Maikel” de Luna Campos, ironizaron sobre el nuevo léxico en las redes sociales (“¿qué es Ahre? ¿Es como un caballo?”) y resucitaron antiguas plataformas virtuales (“Si quieren, pásenme las fotos de hoy a mi Fotolog”).
Maikel preguntó: “¿Dónde está Santiago?”
La coctelera de significados, por momentos bizarra, que proponía la banda podía entremezclar al “Caballero Rojo” de “Titanes en el ring” con un recuerdo solemne a Gustavo Cerati, o repasar en pantalla a los “Ramones” famosos para adornar el tema referido no tan solapadamente a la marihuana, “Ramón”.
Incluso, el Mono se permitió mofarse de sí mismo, llamándose Nono, por sus años y canas encima, como la alusión al fugaz romance que mantuvo con la actriz Andrea Rincón (“este tema termina en ‘…ón’ y no es Rincón”).
Pero más allá de todas estas ocurrencias que surfeaban el clima celebratorio, Kapanga también reparó en relieves de conciencia. Antes del show exhibió en pantalla la leyenda: “Cuidate, cuidémonos”, mientras que sobre el escenario se podían leer carteles como “No a la trata” y el símbolo de la fundación de Estrellas Amarillas. Por su parte, Maikel preguntó: “¿Dónde está Santiago Maldonado?”.
Temas varios
En cuanto al cancionero, el grupo arrancó con “Universal”, “En el camino”, “Ramón”, la cumbia-mambo “La crudita” (del disco “Lima”), “Juntos” (de su último disco “Motormúsica”, interpretada por Maikel), “Bisabuelo”. Más tarde reversionaron “Amor secreto” de la Mona Jiménez (ídolo máximo del Mono) y cerraron con el himno noventoso “El mono relojero”, no sin antes ofrendar pasajes de temas ajenos como “Seminare” de Serú Girán.
En la previa habían actuado Bufones de nuestra ciudad y Los Invisibles de Córdoba, con un celebrado tributo a Callejeros. En la velada también participaron los deejays Mayco Vilche y Leo Gagliese.
Juan Ramón Seia