Se está llevando a cabo en la Capital Federal la 131º exposición rural de Palermo.Entre los espacios institucionales, el INTA tiene un rol destacado, tanto en charlas de capacitación como en muestra de investigaciones. Uno de los ejes de las disertaciones está puesto en el futuro de la agroindustria. Mario Bragachini, especialista del INTA, asegura que en pocos años más, el 70% estará robotizada. Un especialista del INTA asegura que en el futuro, el 70% de las máquinarias agrícolas estará robotizado. Pide por una ley específica que garantice el desarrollo del sector
Maquinaria agrícola precisa, robotizada y automatizada. Así será, según el INTA, el desarrollo de la agroindustria hacia 2025.
La mirada de los especialistas del organismo se expondrá en la Rural de Palermo, la feria que se realiza desde el 19 al 30 de julio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el predio de la Sociedad Rural.
De acuerdo con Mario Bragachini -especialista en agroindustria y agregado de valor del INTA-, “las máquinas del futuro estarán robotizadas en un 70%”, además de ser precisas e inteligentes, con automatismo programable y sensorizada con infrarrojos o visión artificial. Además, podrán realizar diagnósticos para la toma de decisiones mediante modelos de simulación Big Data.
“Las máquinas serán más productivas, con menos consumo de energía y emisiones, más amigables con el suelo, el ambiente y el operario”, explicó Bragachini quien, además, agregó: “No solo serán inteligentes para producir granos y forrajes sino cultivos regionales e industriales y producciones pecuarias, todos con procesos y productos trazados y certificados”.
En este contexto, será clave “adaptarlas y guiarlas respetando la variabilidad de suelo, cultivo, del clima y las variables que se puedan detectar y manejar cada metro cuadrado de la unidad productiva.
En cuanto a las energías renovables, el técnico consideró que “tendrán mucho protagonismo en el sistema agroalimentario argentino”, así como las impresoras 3D, los satelitales y nanosatélites, redes de radares y el sensoramiento remoto portable sobre satélites, aviones, drones, para optimizar el manejo de insumos y cultivos variables.
A su vez, las máquinas estarán hechas con nuevos materiales más biodegradables, aceros de alta resistencia y materiales aleados de bajo peso, muchos biomateriales.
“El futuro encontrará al sector de máquinas, agropartes y agrocomponentes argentinos muy actualizados y tremendamente diversificado con competitividad sistémica y más de 50% de nuevos puestos de trabajo incorporados”, vislumbró Bragachini, al tiempo que sentenció: “La Argentina y la metalmecánica de baja y alta complejidad tienen buenas posibilidades de desarrollo prospectivo a 2025”.
Para que la Maquinaria Agrícola Argentina (MAA) continúe en pleno crecimiento serán necesarias las inversiones en búsqueda de tendencias tecnológicas, los desarrollos innovadores patentables y más y mejores tecnologías de proceso.
“Debemos pensar en máquinas globales capaces de sustituir importaciones y lograr competitividad en las exportaciones”, puntualizó Bragachini al tiempo que advirtió sobre el riesgo que implica el fuerte crecimiento de las importaciones que pone en riesgo el trabajo argentino.
Y agregó: “Necesitamos consolidarnos en el mercado interno, que hoy sólo representa un 50% y en franca caída de representatividad, para alcanzar el nivel de competitividad sistémica con un 30% de la facturación en el exterior”. Para ganar el mercado, el especialista aseguró que “el mercado global exige diseño innovador, calidad, continuidad, servicio y una empresa prospectiva”.
De acuerdo con el especialista, “en los últimos años, los argentinos lograron innovar y lograr patentes internacionales muy importantes en materia de maquinaria agrícola”.
De acuerdo con Bragachini, “en 2016 hubo un gran aumento de rentabilidad del sector agropecuario que reactivó el mercado interno y la industria nacional de máquinas agrícolas”.
A su vez, los cambios arancelarios positivos para las exportaciones y la buena política crediticia del Banco Nación pusieron al productor en el lugar de comprador, por lo que las inversiones dolarizadas crecieron en un promedio cerca del 25%, durante 2016”.
En este sentido, Bragachini consideró como “muy positivo” que los excedentes del sector en 2016 hayan generado una inercia en 2017, lo que impactaría en un nuevo crecimiento del 20% de inversión dolarizada en el mercado.
Sin embargo, de acuerdo a las estimaciones del técnico, “las rentabilidades actuales de los granos y las actividades agropecuarias indicarían una caída de la capacidad de compra en 2018” y compartió su preocupación por “la facilidad de ingreso de máquinas y componentes importados con una competitividad muy peligrosa”.
En este contexto, consideró “fundamental” la necesidad de una Ley de Maquinaria Agrícola a fin de promocionar y proteger, con incentivos concretos, el crecimiento de los componentes nacionales en la fabricación, dentro del mercado interno y además favorezca crediticia e impositivamente las exportaciones de maquinaria y agrocomponentes, dado que el cálculo indica que cada millón de dólares exportado por el sector representa 35 a 40 nuevos puestos de trabajo en el interior productivo”.