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“La capacidad que tienen de trastornarnos psicológicamente es impresionante”

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“La capacidad que tienen de trastornarnos psicológicamente es impresionante”

José “Pocho” Gorozo

Nació en Villa María, el 27 de diciembre de 1967. Casado, tres hijos. Técnico Lácteo. Trabaja en el Laboratorio de Pólvora de la Fábrica Militar de Villa María. Ingresó a su empleo en 1987. En 1992 comenzó a transitar por la actividad gremial. Fue miembro de la Junta Interna y de la Comisión Administrativa de ATE. Es secretario de formación del Consejo Directivo Provincia de ATE. Es secretario general de CTA local.

Escribe Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

“No hay rebeldía sin organización popular”, dice con la seriedad que lo caracteriza.  Es un sindicalista comprometido con sus compañeros, forjado en la lucha  y orgulloso  de su pertenencia a la clase trabajadora.

“Pocho” Gorozo  es un conocedor de la historia, un agradecido a los dirigentes que le marcaron el camino y a los jóvenes que vienen empujando con su impronta.

Lleva el color verde de ATE en su pecho, apuesta a la modernización del gremio, a la formación de los pibes, a la equidad de género en la conducción y a continuar dando batalla para recuperar los valores de nuestra cultura.

Los compañeros despedidos de la Fábrica, están hoy entre sus prioridades, con dolor, pero con fortaleza.

-Continúan con la lucha y estuvieron en Buenos Aires, ¿en qué situación están los trabajadores despedidos de la Fábrica Militar?

-Lo que hay hasta ahora, más allá de la reunión que se mantuvo el día jueves con algunas autoridades de Fabricaciones, es que han decidido no revertir el tema de los despidos. Continuamos con la lucha por la reincorporación de todos los trabajadores  despedidos, los 28 del mes de diciembre, más los 42 de los últimos días, pero también hay una cuestión que nos preocupa mucho que es el tema del futuro laboral de la Fábrica, que permanezcan abiertas.

Nosotros creemos que las autoridades nacionales tienen como último objetivo, la posibilidad de cerrarlas.

-¿No es esperanzador el panorama?

-Es que en estos dos años y medio que lleva el Gobierno ha tenido políticas que caminan hacia eso. Con el despido de los compañeros, con la falta de producción, con la falta de políticas de venta, con la no continuidad de los planes anuales de mantenimiento que se venían realizando, conlleva a que uno tenga mayores tropiezos en la producción. Los compañeros que están en el área mantenimiento, tienen que ir todos los días con algún problema nuevo que se presenta.

-¿En qué momento, ustedes sintieron que la iban abandonando a la Fábrica?

-Las fábricas vienen decayendo desde hace mucho tiempo, ahora hay una profundización mucho más evidente. Durante los 90 nosotros producíamos muy poco, a partir de 2002 cuando asume Duhalde que plantea la devaluación, la Fábrica empieza a tener un incremento en la producción. Porque lo que se compraba afuera no se podía comprar, entonces volvieron a la Fábrica local.

A partir de ahí hubo un incremento de producción muy grande, el pico fue en 2011, 2012, donde se produjo gran cantidad en casi todos los productos: pólvora, explosivos, éter.

Después hubo una baja,  pero siempre con los niveles de producción que les permitía tener trabajo a todos los compañeros  y hacer el mantenimiento del predio de 308 hectáreas.

-¿Y qué pasó de pronto, cambió el mercado de los productos que ustedes fabricaban  o se desvió a la parte privada?

-El mercado no cambió. Hoy se sigue consumiendo casi lo mismo.  Una concejal dijo que nosotros somos el mono producto, ni se tomó el tiempo de leer la página de la Dirección General de Fabricaciones. Si no nos escucha a nosotros, que lea la página de su propio gobierno.

Nosotros producimos pólvora para caza, que se utiliza mayormente en armerías, hacemos pólvora para las fuerzas de seguridad, aparte de eso hacíamos hasta el año pasado cargas de artillería, pero el Gobierno decidió a partir de diciembre que no íbamos a fabricar más para el Ejército salvo que pongan dinero en efectivo.

Después tenemos las variantes que son de uso civil, en el caso de explosivos,  donde hacemos gelamones,  hacemos pulverulentos  que tienen como base el nitrato de amonio, que se utiliza para la minería. Y después tenemos la planta de disolvente, que es la de éter, que hay un mercado exportador, se compra desde Uruguay, y después las industrias del mercado local.

-O sea que mercado tienen para su producción…

-Es más, en el caso del éter podemos promover algunos cortes con los biocombustibles, para darle mayor potencia. En el caso de las pólvoras podríamos seguir proveyendo al Ejército o a las fuerzas de seguridad. En lo que es minería, de nosotros depende la planta de Jáchal de San Juan. Ahí, producen a una escala mucho mayor y eso se está consumiendo casi todo pero podríamos hacer más porque aparte nosotros proveemos el asesoramiento, cómo romper, dónde romper.

Todo ese proyecto se desarrolló con personal de Villa María, compañeros, compañeras que le pusieron un esfuerzo enorme a ese trabajo, se instalaron una semana allá, subieron a las minas, fueron a las excavaciones, asesoraron. Fue un esfuerzo importante que se hizo con gente de Villa María, de eso quedó nada más que la planta y con menos producción que antes.

Además, tenemos gente de experiencia, profesionales que podrían asesorar a las pequeñas canteras en Córdoba o a los pequeños pirqueros.

Tenemos un laboratorio que costó una considerable cantidad de dinero y lo tenemos inutilizado. Podríamos hacer convenios con las universidades, y no hubo caso, tenemos laboratorio para pasantías, con equipos nuevos y hoy están inutilizados.

-La pólvora y las municiones de las fuerzas de seguridad ¿por qué no las producen más en Fabricaciones?

-Creo que es una decisión política. Nosotros siempre cuestionamos que no pudiéramos venderle a las fuerzas de seguridad de las provincias. Si las provincias nos destinaran el diez por ciento de lo que gastan en materia de seguridad, nosotros trabajaríamos tranquilamente.

Hablo de nuestra producción, pólvora, los compañeros de Beltrán con las municiones y además con su planta de chalecos.

Fabricaciones Militares hace chalecos para hombres y mujeres, no todos los hacen, evaluados por el INTI, posibilitaría darle a nuestra fuerza ese material y no el que viene de China.

En un corte de este año, el jefe del grupo de Gendarmería se cruzó a charlar con nosotros, nos preguntó por qué era el corte, y en un momento le pregunté tocándole el chaleco si lo que tenía era nuestro, de nuestra fabricación y me dice “con total sinceridad lo único que tengo de ustedes son los proyectiles, casco, chaleco, ropa, botines es todo de origen chino”.

Eso marca una tensión y más cuando uno se entera que tipos sin experiencia en el rubro nos ganan licitaciones a nosotros, a las fuerzas de seguridad en cada una de las provincias, hay algo que no nos cierra.

-En el marco de este tipo de negocios que ya no pasan por Fabricaciones, ¿hay amigos del poder?

-Sí, hubo una licitación que aparte fue una denuncia pública, de pistolas. En el año 2016, el que era ministro de Defensa, hoy es senador,  Julio Martínez de La Rioja, en una reunión que fuimos nos habló de un acuerdo con Beretta, de una transferencia de tecnología, que ellos iban a enviar las pistolas desarmadas para que acá se ensamblaran y al cabo de algunos años nosotros las pudiéramos fabricar con el sello de FM.

Pensamos que era una posibilidad. Al cabo de un tiempo hicieron una licitación con 15 mil pistolas que necesitaba la ciudad de Buenos Aires, se había estipulado que el costo de las pistolas era entre 350 y 400 euros. Después nos enteramos que la ciudad de Buenos Aires las terminó pagando casi el doble.

La Fábrica de Beltrán tranquilamente con la actualización podría estar fabricando las pistolas,  o asociarnos con alguna empresa nacional. Y esos son puntos que nosotros venimos acumulando desde hace un tiempo.

O el tema de los chalecos,  que hay un cercano a quien es el presidente de Boca que apareció en el mercado y ha ganado licitaciones en las que nosotros no pudimos ni competir.

-Cuándo están ante las autoridades ¿qué les dicen, qué explicación le dan para los despidos?

-La reunión que nosotros tuvimos la semana anterior a los despidos, que viajamos con Gustavo Vilches, decidimos preguntar si era verdad que iban a hacer despidos, nos dijeron que sí, que iba a haber  despidos.

Le preguntamos ¿cuándo?, nos dijeron que lo estaban evaluando antes de la conformación de una sociedad del Estado, un proyecto que tienen ellos.

Le preguntamos ¿cuántos?, dijeron que lo iban a ver con las autoridades de las fábricas, le preguntamos dónde y nos dijo “en todas”.

Y es lo que pasó, ellos te dicen vamos a despedir, despidieron, nos tocó en todas las fábricas, todavía falta comunicar en Sede Central, que no comunicaron porque nosotros estábamos movilizados. Ellos expresan el desarrollo que va a tener Fabricaciones, pero cómo podemos creer algo cuando en el medio hay despidos de compañeros.

-¿Cómo se vive con esa incertidumbre?

-Los últimos despidos fueron muy dolorosos. Que los trabajadores quieran conocer si van a ser despedidos no se ha visto nunca. Pero aparte de eso, que nos den a nosotros la responsabilidad de leer quiénes son los compañeros que se van.

Son dolores que no se van a ir más. Y la capacidad que tienen de trastornarnos psicológicamente es impresionante.  Los compañeros en un estado de ansiedad para ver si estaban en el listado es terrible y aparte que lo lea un compañero es más terrible aún.

Y estos tipos han tenido esa capacidad, y es muy doloroso, hay compañeros que tuvieron la valentía de leer la lista y se quebraron. Te podrán pasar cosas en la vida, pero a eso no se lo van a olvidar más.  Hay muchas cosas compartidas. Y también nos da la posibilidad de tener una fortaleza mayor, que en algún momento venga un compañero que le tocó el despido a decir “no hay que caerse, vamos a ponerle el pecho”.

Eso te golpea el doble. Pero nos dio un grado de fortaleza que sirvió para que toda la provincia sepa de lo que se está hablando y que la clase política esté involucrada en este tema.

-Han tenido repercusión en medios de diversas provincias…

-Sí.  Nos han llamado medios de distintos lugares para conocer nuestra situación.

En Villa María, en Río Tercero, en Fray Luis Beltrán se ha producido un hecho muy significativo que empecemos a darnos cuenta cuál es la realidad que está sufriendo nuestro país.

Algunos que creían toda esa terminología barata que nos endilgan, ahora ven que le tocó a un familiar, a un vecino y que los comercios locales no paran de ser mala noticia, con la baja del consumo, no se espera el repunte, y es una muestra de unidad en la diversidad.

Todos los sectores, todos los espacios, todas las organizaciones nos tenemos que juntar para ver cómo se puede frenar esto.

Y eso, lo resalto, porque desde muchos otros lugares nos preguntan cómo se hace.

-¿Y cómo se hace?

-En nuestro caso, hemos aprendido de distintas experiencias. Las relaciones que tenemos tanto con la CGT, con los chicos de Fuvima,  y con otros sectores.

He tenido la dicha de conocer gente sumamente valiosa, como los compañeros de la Secretaría de Agricultura Familiar, chicos de Cáritas, egresados de la universidad, un amplio espectro que no pensamos todos igual, pero ponemos en marcha un tema en la Mesa de Soberanía Alimentaria y lo debatimos y tratamos de trabajar. Así, también, en la Multisectorial de la dignidad.

Eso nos dio mayor fortaleza al conflicto pero también se visibilizan otros temas que están silenciados, como los despidos de otras industrias. Son todos despidos igual. Algunos se visualizan y otros no.

La diferencia está en la tarea de nuestro sindicato a nivel local, provincial, nacional. Todos les ponen un gran esfuerzo.

-Las Fábricas Militares han transformado la vida de las comunidades, desde el mismo momento de su creación, ¿qué sienten ustedes cuando ven que no se les da la importancia que tienen históricamente?

-Creo que es una tarea destinada a borrar la historia. Han servido para el desarrollo, para cambiar el paisaje de los lugares donde están enclavadas y quieren borrar la memoria de esos pueblos. Villa María no hubiera sido lo que es, si no hubiera estado la Fábrica. Río Tercero lo mismo. Beltrán, Fanazul, cada uno de los lugares en que se instalaron no hubieran sido lo que son si no hubieran estado las fábricas.

Eramos catorce fábricas, nos borraron diez y quedamos cuatro. Pero aparte había ocho sociedades mixtas, que cambiaron la fisonomía de sus lugares. Muchos que empezaron trabajando en las fábricas, después armaron sus propias empresas o talleres, o laboratorios.

Creo que vienen para eliminar la memoria de nuestros pueblos y asentar un modelo productivo que esté solo basado en la materia prima: soja en nuestro caso.

-José, hábleme de su infancia, de su barrio…

Crecí en el barrio Palermo, a una cuadra del Anfiteatro en Sáenz Peña casi esquina Balerdi, donde había campitos para jugar al fútbol, íbamos a jugar a los contra -barrios, íbamos al barrio Mariano Moreno viejo, o a la cancha de la Escuela del Trabajo. Compartíamos todo, con los amigos, con los vecinos.

Recuerdo que el padre de uno mis amigos era veterano de la Segunda Guerra Mundial, Carlos Vezzaro, y nosotros nos sentábamos alrededor como si estuviéramos escuchando al héroe. Don Carlos comía a las 8 de la noche y recuerdo que comía acelga frita con ajo, no me lo olvido.

Tenía otro amigo, León, y Ema que era la madre de apellido Perrone, ella hacía lo que hoy le llaman chipá. Era una torta que compartía, mi vieja hacía pan casero, doña Elena hacía buñuelos, Celestina nos daba ocasionalmente una copita de caña Legui.

Una infancia feliz, disfrutar del río, ir a pescar, a cazar con gomeras, ir al campo de un tío con mis hermanos.

-¿Sus padres?

-Mi papá era albañil, mi mamá era ama de casa y todavía vive, tiene 91 años.  Mi viejo se fue en el 99, sabiendo que iba a tener un nieto varón, se murió dos meses antes que naciera mi hijo.

Recuerdo acompañarlo a mi viejo a cazar a los campos.

-¿Hablaban de política en su casa?

Mi viejo tenía mucha relación con Nito Botta.  No sé cómo era la relación pero no recuerdo que se hablara mucho de política en casa.

-¿Dónde cursó sus estudios ?

-Yo estudié en el Nacional 62, la primaria la hice ahí, y a mí me dio una beca lo que ahora es la ESIL y que para mí sigue siendo el Técnico Lácteo. Tuve la posibilidad de hacer el secundario en el Trinitarios  y recibirme de técnico lácteo. Muchos de los compañeros de mi promoción éramos becados, todos veníamos de familias trabajadoras, una sana convivencia y compartir muchas cosas entre nosotros.

Respeto mucho lo que fue ese colegio, lo que me posibilitó estudiar. A los seis meses de recibirme, después de hacer mi pasantía, entré a la Fábrica Militar. Era un cargo concursable y entré al Laboratorio, en ese entonces había tres alas. Fui pasando por los tres laboratorios y después quedé estable en el de pólvoras.

En ese momento la Fábrica tenía 789 trabajadores. Eran nueve micros, que iban llenos.

Y fui aprendiendo de mis maestros en el Laboratorio, uno no los olvida porque te enseñaban y a la vez te marcaban límites.

Y el respeto, siempre, como una cuestión cultural.

 

-¿Cuál fue el momento o los momentos más tristes que le tocó vivir en su trabajo?

-(Pausa) Los momentos más tristes han sido los despidos y los accidentes que hubo. Por ahí cuando uno es más joven no toma dimensión de la vida, el que más me dolió fue el último accidente de 2013. Me tocó con Fernando Mercado, con Secondino, con Jorge Heredia, que entre comillas somos los más viejos del sindicato, entrar a planta, hacer cosas que nos habían enseñado,  porque los compañeros se habían quedado paralizados,  pedimos que pararan el trabajo, que limpiaran, que neutralizaran todo lo que era peligroso y que se retiraran. Y después llegar al lugar donde se había producido la explosión y encontrar pibes que estaban quebrados. Porque era la primera vez que lo habían sufrido tan de cerca. Y muchos lazos de amistad.

Y me tocó acompañar al jefe de Recursos Humanos a hablar con los familiares. Había que asistir a la familia y eso fue uno de los momentos más dolorosos.

Y también me golpearon mucho los despidos, y el de diciembre fue muy  duro porque no pensamos que nos iban a pegar tan fuerte.  Fue una piña al hígado.

A este último, ya lo esperábamos. Y creemos que nos van a seguir golpeando, ya dijeron que 70 no es suficiente y que de ser necesario seguirían.

Tal vez, hay mayor organización, hay mayor toma de conciencia de la comunidad que está viendo que pasa también en otros sectores, más allá de la descalificación que algunos nos hacen.

Eso fueron los golpes más dolorosos en mi trabajo.

-Los rumores siempre están a la orden del día para justificar ciertas medidas, no falta quien dice que los despedidos son de la Cámpora o que el gremio participó en la decisión ¿qué responde frente a estos comentarios?

-Mirá, lo dije en el Concejo y lo vuelvo a repetir.  La Fábrica fue recuperada gracias a los compañeros, con distintas formas organizativas, mediante cooperativas desde el 2000 en adelante, fueron ingresando compañeros y a esos que ya venían laburando en 2007 le dieron la posibilidad de ser contratados, a partir de la Ley de Empleo público.

Compañeros que entraron como monotributistas, por otro lado, que en 2009 los tomaron como contratados.

A partir de 2012 que “La Cámpora”, como sostienen ellos, asumió el control de Fabricaciones vinieron y plantearon que a partir de ahora  el personal iba a entrar por concurso. Y ahí conocimos gente que ni sabía lo que era la Cámpora.

Hace un rato chateaba con una compañera, que todavía me queda la amistad de esa época, gente valiosísima que fue despedida con esa cuestión y que estuvieron más de un año para conseguir trabajo. Gente con la que pasamos el proceso de concurso.

-Concursos que tuvieron varias evaluaciones…

-Arrancamos a las 7 de la mañana y terminamos a las 11 de la noche. Fueron miles cada uno de los procesos de concurso, se tomaba el primer examen, se evaluaba quiénes quedaban, se los volvía a convocar para una nueva evaluación. Tengo el orgullo de decir que todos los que entraron de 2012 hasta acá fue por concurso y cada uno de ellos pasó por todo el proceso. No le deben nada a nadie. Hubo algunos que ganaron los concursos y los echaron.

Que la cuenten como quieran, yo sé quiénes son los compañeros.

-¿Cuál es el motivo de los despidos para usted?

-El motivo por el que los echan es claro, no quieren que las fábricas estén abiertas. Son pasos, que van dando, próximamente nos pueden echar a nosotros, los permanentes, porque ellos quieren armar una sociedad del Estado y pueden decir no necesitamos más a los viejos, vamos armar una empresa nueva, y como este gobierno no está dispuesto a reconocer ningún tipo de indemnización nos van a meter en un ente residual o nos van a dar la opción de que arranquemos de cero y que los derechos laborales los dejemos en la puerta.

Cuando se descalifica sin conocer a las personas, me jode.

-Estamos en un momento de descalificaciones…

-Siempre digo hay que profundizar el régimen constitucional. Pasamos de un régimen dictatorial a un régimen constitucional, pero de democracia falta mucho. Un viejo dirigente nuestro, Jorge Acedo, nos decía algo que nos quedó en la memoria.

El decía que podíamos elegir, presidente, legisladores, intendentes, concejales, pero no podemos elegir delegados sindicales porque cuando intentamos entrar a una empresa para elegir delegados nos echan a los compañeros.

Y eso es una deuda del régimen constitucional. ¿Cuándo se ataca, a quién atacan? La pérdida de derechos previsionales ¿atacan a los empresarios?, no, atacan a los trabajadores. Cuando dicen que hay que flexibilizar las leyes laborales ¿a quién atacan?, a los trabajadores.

Pero si yo soy un trabajador, cómo puedo atacar a los de mi misma clase. Como voy a decir que son vagos, que son lacras. Son cuestiones gravísimas que avanzan contra la política.

Hay funcionarios y políticos corruptos y demás, pero también hace falta democracia en la Justicia.

Y la gran derrota de los argentinos no es la cuestión económica, la gran derrota es la batalla cultural que nos ganaron. Es creer que uno avanza si le pega un codazo al que tiene al lado.

-¿Cómo sigue la historia?

-Hay que seguir construyendo mayores lazos con la comunidad, la tarea no es solamente nuestra sino de todos los que creemos que podemos construir una ciudad, una provincia, un país mejor.

Y eso vale ser lo más amplio posible en lo diversos que somos. Respetarnos, hacer valer lo que nos enseñaron nuestros viejos dirigentes políticos.

Perón cuando vino en 1973, lo primero que hizo fue solicitar en la Casa Rosada una oficina para Balbín y otros dirigentes políticos. O políticos como Alfonsín que posibilitaron el encuentro, en ese momento con Cafiero. Más allá de la contienda electoral, en muchos lados caminaban juntos el radical, el peronista, el del Partido Intransigente, el MID, con los sindicatos.

Y eso hay que rescatar, y a dirigentes que tuvieron una visión impresionante de lo que iba a suceder en Argentina.

Siempre rescato los compañeros que en los 90 se tomaron el atrevimiento de armar la CTA, a Víctor De Gennaro, Cayo Ayala, Marta Maffei. También a Cacho Mengarelli, Omar Zapata, todos dirigentes que nos dijeron que este es el camino y todos los que vienen por detrás.

Y también, el ejemplo de las Madres y otros dirigentes de Derechos Humanos.

-¿Existen posibilidades que veamos transformaciones, aire nuevo?

-Cuando hablan de aire nuevo, algunos piensan que gobierne un partido que no sea el de hoy ¿Eso soluciona el problema?  No.

No nos podemos quedar esperando que el gobierno haga lo que nosotros queremos. Por eso necesitamos trabajo, organización popular, para que Duhalde instalara el seguro de desempleo hubo que caminar años, hacer una consulta popular que llevamos adelante el Frente Nacional contra la pobreza con tres millones cien mil votos que terminó en diciembre de 2001 y a los pocos días estalló todo, y pidiendo la Asignación Universal por Hijo que luego se concretó, o la vuelta al Estado de las AFJP.

Alguien las tomó porque había una fuerza popular que demandaba. Y el movimiento sindical argentino tiene miles de valores para rescatar que han posibilitado que muchos de los que hoy se llaman derechos, y que son mal vistos, fueron por la lucha incansable de miles.

-¿Cuál es su sueño?

-Que Argentina sea un país como el que vivieron mis viejos, como el que yo disfruté siendo niño o adolescente, donde nuestros hijos tengan la posibilidad de estudiar, de desarrollarse en lo que les guste. Poder volver a disfrutar de encontrarnos a comer un asado, de ir a una cancha y no putearnos con el del frente, poder abrazarnos. El jueves participamos después de la marcha, de un momento muy emotivo que fue hacer una asamblea todos juntos. Y nos juntamos, nos abrazamos, fue hermoso.

Y en mi caso particular, encontrarme con una persona que un compañero la definió como un ser de luz. Se llama Pamela Mackey.

A Pamela la conocí en 2016, es mucho más joven y era nueva en la cuestión sindical y tejimos una linda amistad. Ella, el año pasado tuvo el síndrome de Gilliard Barret, y se le paralizó todo el cuerpo. Estuvo grave, fue mejorando, se fue rehabilitando. Después fue a Cuba y ya camina.

Y la encontré después de la marcha, andaba con el megáfono agitando, y ella simboliza a miles de compañeros jóvenes que le ponen el esfuerzo diario a mi organización.

Son pibes sumamente valiosos que laburan incansablemente y creo que ellos van a poder ver algo mejor.

Opiniones

Mauricio Macri

Es el representante de quienes durante muchos años usaron gerentes en el gobierno, y hoy tienen la posibilidad de gobernar ellos. Que son los grupos económicos que se han quedado con nuestro país.

Juan Schiaretti

Por ser un tipo que viene de la política, de la militancia de sus años de juventud, fue parte de los 90 y creo que acomodó sus sueños de juventud al modelo político de la Argentina, como muchos.

Martín Gill

Más allá de que no coincido en muchas cosas, creo que podría avanzar en el tema de la precarización, es alguien que respeto, que ha tenido durante los últimos meses la decisión política de acercarse al conflicto y no huir.

Que eso lo hace asumir riesgos, pero no le esquivó al bulto y quizás no resuelva los problemas que tenemos, pero tuvo la valentía de venir y poner la cara. Y eso, se lo rescato profundamente.

Porque en 1996 no nos recibió nadie ni el intendente que estaba en ese momento.

Me gusta

Escuchar todo tipo de música

Me encanta

Mi trabajo, compartir con mis compañeras, tomar mates, ver fútbol

Me divierte

Mis hijos, jugar con ellos, disfrutar de ellos

Me entristece

Pelearnos con el que tenemos al lado por tonterías. Las agresiones sin sentido

Me enoja

Que no hayamos podido construir un país donde nos podamos respetar entre todos, con mayor despliegue de del desarrollo social