Hace 20 años, el 29 de marzo de 1996, el exintendente Miguel Angel Veglia firmaba el Decreto N° 187 por el cual se ordenaba la publicación del texto de la Carta Orgánica Municipal (COM), la que había sido sancionada por la Convención Municipal el 11 de marzo anterior. Así, concluía la primera etapa constituyente local, lo que significaba un hecho histórico semejante, tal vez, al de la sanción de la ley provincial que en 1915 declaraba ciudad a Villa María o al de la fundación misma, del 27 de septiembre de 1867… Nuestra ciudad estrenaba su Carta Orgánica.
Veinticuatro convencionales municipales, representantes de dos bloques mayoritarios y uno unipersonal, plasmaron en 237 artículos la Carta Magna local, la ley municipal fundamental que vendría a organizar el Gobierno de la ciudad, creando novedosas instituciones, declarando y reafirmando derechos de los villamarienses y reconociendo en el municipio una comunidad natural, fundada en la convivencia responsable, solidaria y participativa de los vecinos, garantizando las instituciones republicanas, representativas y democráticas, asegurando la pluralidad ideológica y religiosa y el respeto a las minorías.
Desde hace un tiempo, escucho expresiones provenientes de distintos sectores del arco político local en el sentido de reformar la COM y parecieron coincidir en cuanto a que el año 2016 sería el indicado para avanzar en una reforma. No sería extraño, como sabemos las sociedades evolucionan y las normas que las organizan deben acompañar esos procesos. Para que ello sea posible, el Concejo Deliberante debe sancionar una ordenanza convocando a una convención especial, declarando la necesidad de la reforma y determinando el alcance, es decir qué y cuánto se modificará, ordenanza que requiere para su aprobación el voto de las dos terceras partes de los miembros del Concejo, es decir de ocho concejales. Esta mayoría exigida, demuestra que hoy el oficialismo ni la oposición podrían avanzar en la reforma si no es por el camino del acuerdo. Es importante que así sea ya que no se trataría de la sanción o de la modificación de cualquier ordenanza, sino de la madre de todas las ordenanzas, que así como con las constituciones, es loable que sus cambios sean el fruto de consensos.
Ahora bien, si el Concejo Deliberante resolviera que es necesaria la reforma y que éste es el momento oportuno para ello, sería de vital importancia que nuestros representantes redoblaran esfuerzos en procura de alcanzar el consenso necesario que las circunstancias exigen, comprendiendo que se trataría de pensar la ciudad que queremos y que no sería institucionalmente saludable pretender reformar la COM conforme a los deseos de cada gobierno de turno; por el contrario debería priorizarse el interés colectivo en aras de mejorar, modernizar y refuncionalizar la organización del municipio. Seguramente los órganos de control como el Tribunal de Cuentas se tendrán en cuenta, como así también el calendario electoral y la organización de los centros vecinales, la composición del Concejo Deliberante, entre tantos institutos que merecerán revisión…
Si realmente este es el momento de emprender la reforma, la sociedad villamariense debería involucrarse, y los representantes asumirlo con la responsabilidad y la convicción que se legislará para los tiempos, siendo una suerte de arquitectos que proyectarán el hogar común de los villamarienses. Si este es realmente el momento de la reforma, lo que no se debe hacer es un traje a medida de nadie, que si es necesario avanzar en este objetivo que sea una oportunidad para aportar calidad institucional a nuestra ciudad y que no sea un curso de corte y confección…
Alfredo M. Nigro
DNI 34.277.804
Afiliado UCR
