Los cuatro empleados despedidos en enero esperaban cobrar la indemnización de la venta de las máquinas, que ayer fueron sacadas de la empresa
El pasado 26 de enero, los únicos cuatro trabajadores de Rectificaciones Vimacor fueron despedidos sin mayores explicaciones por parte de sus empleadores, los empresarios Roque Pedraza y Miguel Angel Feliciani.
Los cuatro estaban en período de vacaciones y debían reincorporarse a sus tareas habituales el lunes 30 de enero, pero pocos días antes les llegó una carta documento con el aviso de despido. Desde esa fecha la sede, ubicada en Marcelo T. de Alvear al 800, se mantiene cerrada, aunque desde el exterior los atribulados operarios podían observar que las máquinas seguían dentro.
Esa situación cambió ayer por la mañana, cuando se supo que se estaban retirando las maquinarias de la empresa, peligrando los bienes que solventarían la indemnización de los empleados: “Las novedades son bastante complicadas. Esta mañana (por ayer) nos encontramos con que la empresa está realizando un vaciamiento, sacando las máquinas”, expresó Osmar Carrera titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a EL DIARIO.
“Desde el gremio teníamos algunas causas iniciadas en Tribunales, así que el doctor Juan Pablo Koncurat ha estado toda la mañana trabajando ahí para acelerar los tiempos. También estamos trabajando sobre la denuncia penal porque evidentemente la empresa está trabando de hacer desaparecer el capital para no pagarle un peso a los trabajadores”, agregó.
“El 26 de enero recibieron el telegrama de despido con causas muy débiles y absolutamente fuera de toda lógica. Luego de eso han tenido algunas audiencias en el Ministerio de Trabajo con los abogados de la empresa y del gremio, inclusive fuera del mismo, pero no se pudo llegar a ningún acuerdo”, explicaron desde UOM.
Durante las negociaciones, los abogados de la empresa ofrecieron a los empleados despedidos la posibilidad de que formen un cooperativa de trabajo entre ellos. Pero los empleados, al estar dos cerca de jubilarse prefirieron no hacerlo, al mismos tiempo que se les complicaba mucho solventar los costos iniciales: “En un primer momento ofrecieron las máquinas como parte de pago de la indemnización, con la posibilidad de que los compañeros siguieran con la explotación del taller, pero en reunión con los trabajadores ellos mismos llegaron a la conclusión de que era imposible seguir y pretendemos que esas mismas máquinas que estaban ofrecidas como parte de pago sean la indemnización ahora”.
A uno de los empleados le faltaban solo 6 meses para poder jubilarse, a otro un año y medio y a los otros dos 8 y 9 años.
Se llevaron las máquinas
“Algunos compañeros directivos y los mismos muchachos de la fábrica pasaron por el frente y vieron una grúa y un camión y se supuso rápidamente que se estaban llevando las máquinas, y efectivamente era eso. Según lo que se pudo ver, cargaban en el camión un torno y una máquina que no se pudo distinguir, pero es una rectificadora o una alesadora”, contaron sobre cómo se enteraron de esto ayer.
Cómo continúa
“Estamos trabajando en Tribunales. Sabemos dónde llevaron las máquinas, pero ahora vamos a buscar que se hagan los embargos y sean depositarios para que no siga este vaciamiento. También iremos con la denuncia penal hasta donde podamos”, ratificó Carrera.
“Se están llevando las máquinas y los bienes muebles para que no haya nada que embargar. El galpón no era de ellos, no hay capital social para embargar. Lo único que se puede recuperar para cobrar la indemnización son las máquinas y por eso lo están haciendo desaparecer”, agregó.
El que menos tiempo hacía que trabajaba en la empresa tenía 15 años de antigüedad y el que más, 21: “Ese es el tiempo de vida de la empresa”.
El cierre se justificó con falta de trabajo y falta de rentabilidad, pero el gremio entiende que ninguna de las dos cosas son ciertas: “En el último tiempo, con la excusa de que salían de vacaciones en enero, en noviembre y diciembre ya no tomaban trabajos. Los rechazaban, no era que no había, si no que no lo iban a poder cumplir. Y con respecto a la falta de rentabilidad, también debe haber algún problema administrativo de la empresa si eso es cierto, porque las otras empresas rectificadoras no tienen problemas”.
No es la primera vez
“Si hacemos historia, esta misma gente viene de una situación similar con una rectificadora que tenían en Bell Ville. Esto sucedió 21 años atrás, que es cuando vinieron a esta ciudad. Bell Ville no corresponde a esta seccional pero sí sé que la gente quedó en las mismas condiciones”, contó el titular de UOM.
“Es difícil que ahora se vayan a instalar a otra ciudad. Lo más probable es que quieran vender esas máquinas por su cuenta y quedarse con el dinero. Es gente mayor y tengo entendido que están jubilados y no les interesa más la explotación de la empresa”, finalizó.