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La esperanza abrió sus puertas

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La esperanza abrió sus puertas
Un momento del acto inaugural realizado ayer en la Fazenda que funcionará en el Hogar Agrícola de Morrison

Y llegó el día en que nuestra región comenzó a contar con un lugar de acogida para los jóvenes con problemas de adicciones. El programa surgido en Brasil hace 30 años está en Argentina desde hace 10. Cuenta con el reconocimiento de la Iglesia Católica. El tratamiento dura un año

Un momento del acto inaugural realizado ayer en la Fazenda que funcionará en el Hogar Agrícola de Morrison

En el acto de fe realizado ayer en el establecimiento ubicado en la zona rural de Morrison, se abrieron los brazos como queriendo abrazar a todos los que lucharon y luchan en las fazendas de Brasil, de Deán Funes y Salta en Argentina, en Paraguay, Uruguay, Bolivia, Colombia, Guatemala, México, Portugal, Italia, Alemania, Suiza, Filipinas… Un abrazo que alcanzó también varios puntos de Africa. Un abrazo esperanzador…

“Aquí vamos a poder recibir a 20 jóvenes aproximadamente en las etapas iniciales. Ya hay dos que están listos para hacer su ingreso y comenzar la recuperación”, comentó a EL DIARIO el misionero paraguayo Mario Vera, quien estuvo trabajando en el lugar y transmitiendo experiencias al equipo local, para regresar ahora a la Fazenda de Salta.

En las remozadas instalaciones, dentro del Hogar Agrícola ubicado en la zona rural de Morrison, quedará al frente el misionero de Río de Janeiro, Pedro Araujo.

Todos reunidos en torno a los cánticos de fe

“Esto comenzó en Brasil, pero se adapta a la idiosincracia de cada país, por eso es que estamos en tantos lugares del mundo, en continentes tan diferentes”, indicó Vera.

En el acto de ayer ofreció una misa el obispo titular de la Diócesis, Samuel Jofré, y estuvieron presentes, entre otros, los intendentes de Morrison, Jorge Cura, y de Villa María, Martín Gill, y la referente de Encuentro Vecinal Córdoba y militante del catolicismo, Cecilia Rigalt.

Sin distinción alguna se unieron todos en los cantos de fe al son de las guitarras.

El obispo titular de la Diócesis, Samuel Jofré, durante el oficio religioso

El proyecto

Los chicos “químico dependientes” trabajarán en el lugar generando diversos productos, que sus familias comercializarán, aportando así su cuota para la recuperación.

Existe, además, el Grupo de Esperanza de Vida (GEV) que brinda contención a quienes salen de la Fazenda, que en el caso zonal será solo para varones.

“Este es un aporte a la sociedad para atender a chicos que tienen diferentes problemas con las adicciones”, explicó Mario.

En la Fazenda de Morrison se internarán varones desde los 15 años y la tarea a realizar con ellos se asentará sobre tres pilares: trabajo diario, convivencia y espiritualidad. “Esa es la metodología para un proceso de recuperación”, indicó.

En ese ámbito, las personas realizarán diversas actividades como panadería, huerta, artesanía, cocina, jardinería y vínculo con los animales.

 

Cómo contactarse

“Hay un GEV en el Obispado de Villa María que trabajará con las familias de los chicos, por lo que las personas pueden acercarse para tomar contacto”, explicó.

El grupo se encuentra todos los miércoles a las 20, en el espacio colindante a la iglesia Catedral, sobre la calle Estados Unidos.

En cuanto a si esta internación tendrá costo, se explicó lo siguiente al momento de la presentación del proyecto: “Los chicos trabajan y el lugar se autoabastece con el trabajo de ellos. Producen alfajores, tartas, escabeches de pollo, berenjenas, hacen rosarios, pulseras”.

“El trabajo de los jóvenes suma un estimativo de 5.000 pesos, que se le entregan en bienes a la familia para su comercialización, lo que implica que la familia ponga su cuota para la recuperación, y entonces el dinero regresa a la Fazenda para adquirir determinados insumos y mantener el proyecto”, se añadió.

En aquella misma ocasión, Susana, mamá de Juan Manuel, quien se recuperó de su problemática de adicciones tras estar en la Fazenda de Salta, comentó: “Hoy Manuel tiene un proyecto de vida, con su familia, y un trabajo estable”.

La mujer hizo hincapié en la espiritualidad, apuntando que ese “es el pilar fundamental por el cual actualmente está sobrio”.

 

Libre de medicación

“Hicimos muchos tratamientos previamente y el de la Fazenda nos devolvió la vida… El tratamiento de la Fazenda es libre de medicación. Mi hijo había estado antes en dos neuropsiquiátricos”. La frase fue pronunciada por una mamá el mes pasado, cuando la iniciativa fue presentada en Villa María.