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La familia del enfermo bipolar

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La familia del enfermo bipolar
Si hay vínculos sanos y fuertes, ante la adversidad tienden a fortificarse más aún y se consolidan

Escribe – Susana María Accornero FUNDACION BIPOLARES DE ARGENTINA

 Si hay vínculos sanos y fuertes, ante la adversidad tienden a fortificarse más aún y se consolidan
Si hay vínculos sanos y fuertes, ante la adversidad tienden a fortificarse más aún y se consolidan

El trastorno bipolar genera un fuerte impacto emocional tanto en quien lo padece, como en su entorno. La incertidumbre y el miedo están presentes, seguidos de sentimientos de culpa «¿Qué hice mal»?. «¿En qué nos equivocamos?».

Si se trata de la depresión, que en general preocupa más al enfermo, su familia suele sentir frustración, enojo, decepción o tristeza: «¿Cómo puede ser que ni siquiera se bañe?» o «¡Es pura vagancia! no quiere salir a trabajar».

Ante la manía que en general altera más a la familia, ésta expresa sentimientos de impotencia, vergüenza, desesperación y hasta bronca. Sentimientos negativos y difíciles de manejar. Sin embargo las actitudes de quienes rodean al bipolar son de vital importancia.

Por un lado inciden en el proceso de recuperación luego de una crisis; por otro inciden en la recomposición de los vínculos dentro del grupo de convivencia.

El grupo familiar transita diferentes etapas. En realidad éstas se irán superponiendo sin demarcaciones precisas:

1- Dificultad para aceptar el diagnóstico: surgen dudas: «¿Y si este doctor se está equivocando?», «¡si es tan inteligente y activa!» o «sólo se hace la enferma para escapar de sus responsabilidades».

Hasta que llega la aceptación y se pasa a:

2- Duelo: se afectan la tranquilidad, la confianza, la estabilidad y el bienestar de la salud.

3- Algo diferente y desconocido irrumpe en la vida de la familia. Cómo cuidar y protegerlo con afecto y respeto, sin sobreprotegerlo. Y cómo ser solidarios unos con otros en la familia.

4- Llegamos a un alerta adecuado, donde no se entra en pánico entonces y el paciente habrá aprendido y sabrá controlarse en la toma de la medicación, recurrir al profesional por sí mismo ante señales de alarma y pedir ayuda.

Y los sentimientos que genera el trastorno varían segun el grado de parentesco, si es la madre, o el padre. Si es el hijo, un hermano o algún otro miembro de la familia. Pensando si se puede repetir en otro, heredarlo.

¿Y si es el cónyuge? Es otra historia; en muchos casos el diagnóstico llega tarde para salvar a la pareja.

El paciente vive como «escapadas» que pueden haber llegado al derroche del patrimonio común o infidelidades. Sin tener un diagnóstico que diera razón de estos «síntomas», hay altas chances de que ya hayan llegado al divorcio o estén en camino a él.

Si se trata de vínculos sanos y fuertes, ante la adversidad tienden a fortificarse más aún y se consolidan. Si estos vínculos eran débiles, disfuncionales o en deterioro, la crisis podrá debilitarlos aún más y quizás acabe por destruirlos.

 

Cómo incide el trastorno bipolar en las actitudes de la familia

Si se vive con el enfermo en episodios de depresión, a veces profunda, y con episodios de aceleración que le provocan desde una ligera euforia, hasta manías que se parecen a un brote esquizofrénico con síntomas como alucinaciones y delirios, las consecuencias serán serias en la organización de la familia.

Habrá que revertir roles. Siempre estará latente el temor a la recaída; y el grupo familiar desarrollará modos de estar siempre atentos: lo que se llama hipervigilancia.

La bipolaridad se manifiesta sobre todo en los afectos. Exacerbando tanto el dolor como la alegría o la euforia, que dan lugar a confusiones, que derivan en cierta tendencia a esconderlos. Van quedando temas de los que no habla.

Y también es ambigua, porque las exacerbaciones de los estados de ánimo dan lugar a muchas dudas: «¿Es este genial, o simplemente loco?». Lo pensamos de algunos famosos o personalidades que hoy sabemos que fueron (o son) bipolares, o sea maníaco-depresivos, como Schumann, Lincoln, Van Gogh, Churchill, Eliot, Hemingway, Víctor Hugo, Poe, León Tolstoi, Mark Twain, Walt Whitman entre otros. Personas muy inteligentes, intuitivas y creativas.