El obispo Samuel Jofré Giraudo encabezó la ceremonia. “Los cristianos somos los más perseguidos en el mundo”, dijo la autoridad eclesiástica local. También habló de la “burla” que reciben los jóvenes que profesan esa religión y sobre “lo difícil” que es cumplir los mandamientos
En la era en donde algunas iglesias han transformado el momento de la misa en un evento multitudinario, atractivo y con tintes de un show musical, la Iglesia Católica convocó ayer a sus fieles en el Anfiteatro después de varios años, por primera vez desde que está techado.
Este mismo año, el Coloso se vio repleto por otras congregaciones religiosas, mientras que ayer se hicieron presentes unas 6.000 personas (llenaron las plateas, pero había poca gente en las tribunas).
Según las palabras del propio obispo Samuel Jofré, quien encabezó la ceremonia, fueron 800 niños y niñas los que tomaron la confirmación, “renunciando a todo lo que esté en contra de Cristo”, como lo reza el juramento.
Pese a que el espacio lejos estaba de ser el tradicional para este tipo de eventos, no se notó en la actitud de los fieles presentes en el Anfi, que permanecieron silenciosos y escucharon atentos las palabras de Jofré. Incluso se privaron de aplaudir a la única niña que cantó sola, en el atril, frente a tanta gente y de manera impecable.
Previo al juramento en el que los jóvenes ratificaron la fe en Dios, el obispo se dirigió exclusivamente a ellos, tocando temas como la burla y las dificultades de ser católico en estos tiempos.
“Ser cristiano no es fácil. Somos los más perseguidos en el mundo”, señaló y mencionó que en otras partes del mundo hay gente presa por su condición, “pero entre nosotros, gracias a Dios no”, analizó.
Al referirse a los mandamientos, asumió que -a la edad de quienes se confirmaban- “es difícil cumplirlos, pero no imposible. No son un capricho, son reglas muy sabias para alcanzar la felicidad”, indicó.
Luego asumió que “se van a burlar de vos” -hablándole a los 800 jóvenes que tomaron la confirmación- por ser católicos.
“Las burlas te van a hacer crecer ante el amor de Dios”, les expresó el obispo.
Por último, habló sobre el acto mismo de ir a misa y dijo: “Jesús sabe que a veces no tenés ganas de ir a misa”, para finalizar un discurso con el que intentó acercarse a la juventud.