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La investigación de un fiscal villamariense mandó a prisión a la autora de un crimen

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La investigación de un fiscal villamariense mandó a prisión a la autora de un crimen
Daniel Antonio Vaudagna, fiscal de Instrucción de La Carlota. El funcionario, oriundo de Villa María, ya intervino en varios casos de femicidio, aunque en el último caso halló culpable del crimen de la pareja a una mujer de Olaeta

“Tenía un dato -dijo el fiscal Daniel Vaudagna-, (la acusada) le comentó a su familia que le había hecho un ‘rasponcito’”. Meses después comprobó que la herida había sido intencional: no fue un accidente, sino un homicidio

Daniel Antonio Vaudagna, fiscal de Instrucción de La Carlota. El funcionario, oriundo de Villa María, ya intervino en varios casos de femicidio, aunque en el último caso halló culpable del crimen de la pareja a una mujer de Olaeta

Con solo nueve días de diferencia, una mujer de Olaeta y un fiscal oriundo de Villa María establecieron, sin conocerse siquiera, un rumbo que los llevaría a encontrarse en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen en los Tribunales de Río Cuarto por la muerte de un hombre (pareja de la mujer), hecho que exigió una profunda investigación.

Esta es la historia trazada por estos días por el fiscal de Instrucción de La Carlota, el villamariense Daniel Antonio Vaudagna, quien con su procedimiento indagatorio proveyó las pruebas para la condena de Martha Alicia Heredia, una vecina radicada en Olaeta de 67 años, quien desde la semana pasada está detenida en la Unidad Penitenciaria de Río Cuarto tras ser condenada a prisión perpetua, resolución que aún no está firme.

 

El 15 de abril de 2016

Vaudagna se incorporó al Poder Judicial provincial cumpliendo funciones en los Tribunales de Villa María.

“Estuve trabajando en la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, cuando estaba el doctor Gustavo Atienza. Allí cumplí funciones como escribiente durante un buen tiempo, pero siempre en Villa María”, refirió Vaudagna, al recordar su paso por los estrados del edificio situado en la cuarta cuadra de calle General Paz.

El año pasado, luego de concursar para el cargo de fiscal de Instrucción, asumió el 15 de abril como titular en La Carlota.

Ello lo obligó a trasladarse, junto a su familia y se alejó de Villa María hacia esa ciudad nacida junto al río Chocancharava y bajo el fuego de uno de los fortines del extenso relieve pampeano.

Allí se vive hoy junto a su esposa, María Isabel Sobrino Lazo, quien también se desempeña en el ámbito judicial.

En poco más de un año y medio “tuve que instruir varias causas por femicidio” y recordó los asesinatos perpetrados contra mujeres en Canals, La Carlota, Arias y Ucacha, ante lo cual los calificó como “casos muy violentos”.

 

El 6 de abril de 2016

Mientras el profesional del Derecho hacía sus aprestamientos para asumir como nuevo fiscal en La Carlota, durante las primeras horas del 6 de abril del año pasado una mujer sexagenaria llegó corriendo a la casa de su hija, en la pequeña localidad de Olaeta, para avisarle que su marido, con quien vivió más de tres décadas, se estaba desangrando.

La mujer resultó ser Martha Alicia Heredia, una mujer que hoy tiene 67 años, en tanto el hombre, Juan Alberto Rivarola, quien tenía 61 años, murió cuando era trasladado en una ambulancia con una profusa hemorragia a un centro de salud de Río Cuarto.

En un primer momento, Heredia “dio una versión doméstica” del hecho y sostuvo que el corte en la pierna que presentaba Rivarola fue producto de un percance accidental, toda vez que la herida de tres centímetros que tenía en la arteria femoral fue producto de que “se la había disparado la cuchilla mientras la afilaba en un amoladora”.

Sin embargo, al hombre de leyes de Villa María, que también se desempeñó como fiscal de Cámara durante el juicio, la versión de la Heredia no lo convenció y se propuso investigar a fondo lo que había sucedido.

El fiscal reveló a EL DIARIO que supo que la mujer “le comento a su familia que le había hecho un ‘rasponcito’” con la cuchilla de 60 centímetros.

Esta versión de Heredia en el seno íntimo de su familia ya no fue la misma que brindó al principio.

Fue así que Vaudagna envió todos los objetos secuestrados a Córdoba para ser peritados por la Policía Científica.

Fue entonces que, meses después, los informes técnicos, sobre todo en lo que concierne a la cuchilla y a la amoladora, permitieron establecer que la herida de Rivarola “no fue accidental, sino que medió intencionalidad”.

Al dar a conocer su alegato, el fiscal villamariense sostuvo que la herida mortal que sufrió Rivarola fue consecuencia de la agresión de la mujer en el marco de una discusión entre ambos.

Vaudagna interpretó y sostuvo que “la encausada tomó una cuchilla, con hoja de acero de 20 centímetros de largo, con mango de plástico de color azul y blanco, la que se hallaba supuestamente sobre la mesada del lugar y, tras aproximarse a su concubino y con intención, le asestó un puntazo en la pierna izquierda, lo que le produjo un corte de tres centímetros, lesión cortante y punzante de arteria femoral”.

El fiscal le dijo a EL DIARIO que la mujer, al notar que no resultó creíble su declaración inicial y ante la existencia de pruebas abrumadoras, se desdijo y cambió la versión para sostener que lo que en realidad sucedió fue que Rivarola “se abalanzó sobre mí y fue ahí cuando se cortó la pierna”.

 

La condena

Así fue que Vaudagna, merced a la profunda investigación que no dejó nada sin explicar, acusó a la sexagenaria por el delito de “homicidio calificado por el vínculo”.

En horas de la tarde del viernes de la semana pasada la mujer de Olaeta fue condenada a prisión perpetua en la Cámara del Crimen de Río Cuarto (tal como se informó en estas páginas en la edición del lunes último). La pena fue impuesta por los jueces técnicos Pablo Bianchi y Emilio Andruet, junto a los ocho integrantes del juzgado popular, conformado para el caso.

 

Droga: allanamiento en barrio San Martín

Efectivos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) allanaron una vivienda en barrio San Martín de Villa María, donde secuestraron una planta de marihuana y diferentes objetos presuntamente relacionados a la distribución de drogas.

El procedimiento se produjo en Gorriti al 200 y es el domicilio donde reside el joven de 19 años que fue detenido durante la víspera en la costanera cuando transportaba tres envoltorios que contenía 3,175 kilos de cocaína.