Escribe: Andrés Fernández Redacción UNCiencia Prosecretaría de Comunicación Institucional andres.fernandez@unc.edu.ar
El estudio, en el cual participaron 116 madres adultas, determinó que la media de polifenoles presentes en su leche fue de 53,27 mligramos por litro, una cantidad muy superior a la registrada en otras partes del mundo. El dato adquiere relevancia por el rol protector que estas sustancias desempeñan en la salud del lactante
En los últimos años, los antioxidantes adquirieron un protagonismo inusitado por su capacidad para evitar la degradación (estrés oxidativo) de las células, un proceso que eventualmente puede desencadenar distintas patologías.
Dado que se encuentran presentes en los alimentos de origen vegetal, los antioxidantes pueden ser incorporados de manera sencilla al organismo. Varios estudios se han enfocado en cuantificar su presencia en comestibles cotidianos -como la yerba y el dulce de membrillo, entre otros- pero hasta el momento ninguno había prestado atención a la leche materna.
Eso quedó saldado con la reciente publicación de miembros del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (Inicsa), dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet, y del Instituto de Biología Celular (IBC) de la Facultad de Ciencias Médicas de esta casa de estudios.
El trabajo, del que no existen antecedentes en Argentina, determinó que la concentración media de polifenoles -uno de los principales grupos de antioxidantes naturales- en la leche materna de 116 madres cordobesas alcanzó los 53,27 miligramos por litro (mg/l), muy por encima de los 1,23 mg/l encontrados en mujeres de la ciudad de Valencia, en España, por ejemplo.
Sucede que a nivel mundial son muy pocas las investigaciones que buscan establecer la cantidad de polifenoles en leche materna.
Todavía se desconocen las causas por las cuales ese valor es superior al de otras poblaciones. Por eso, el resultado abrió una nueva línea de investigación epidemiológica dentro del Inicsa y el IBC.
«Ahora estamos indagando el porqué. Y para ello evaluamos a la mujer, su estado cognitivo, su alimentación, los factores de riesgo a los que está expuesta, e incluso la incidencia de enfermedades metabólicas u oncológicas en sus familias», explica Elio A. Soria, el director del estudio.
La mejor manera de conservar la leche materna
El hallazgo se realizó en el marco de una investigación financiada por el Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC, que analizaba distintas técnicas de conservación de la leche materna a largo plazo.
El objetivo era identificar la mejor tecnología de preservación que eventualmente pudiera aplicarse en los bancos de leche materna que existen en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Mendoza, Neuquén y en las ciudades de Buenos Aires y de Córdoba. El de la capital mediterránea funciona en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo, de barrio La France.
En el estudio participaron voluntariamente 116 mujeres de Córdoba, de entre 22 y 34 años, que llegaron al parto tras 38 semanas de gestación. Entre 2013 y 2014, durante los primeros seis meses tras el nacimiento de sus hijos, ellas aportaron muestras de 10 mililitros de leche, que fueron evaluadas química y nutricionalmente antes y después de ser sometidas a distintos procedimientos.
El trabajo concluyó que una técnica denominada “liofilización” permite mantener la leche materna durante seis meses, a temperatura ambiente o heladera común, sin afectar su calidad nutricional. Consiste, en términos simples, en extraer toda el agua existente en el interior de la muestra, ya que de esa manera se bloquean todas las reacciones bioquímicas. “Si bien no mata los microorganismos, estos no pueden crecer”, explica Soria.
El liofilizado implica colocar la leche materna previamente congelada en un aparato que, gracias a una reducción importante de la temperatura y la presión, alcanza un alto grado de vacío. En ese ambiente, el agua presente pasa casi directamente al estado gaseoso y puede ser extraída fácilmente.
Seis meses después de ese tratamiento, las muestras fueron analizadas nuevamente. Corroboraron que el nivel nutricional (los niveles de glucosa, triglicéridos y proteína) se mantuvo; las proteínas conservaron su bioactividad, es decir, continuaban desempeñando sus funciones; y los marcadores de oxidación permanecieron inalterados, lo que significa que la muestra no se deterioró durante ese período.
En este marco, la principal ventaja del liofilizado es que su mantenimiento posterior no requiere mayores esfuerzos porque las muestras pueden quedar fuera de la heladera. Si la leche se conservara solamente congelada, en cambio, un corte de luz prolongado podría comprometer seriamente su integridad.
Testeo de técnicas
Con todo, si bien el financiamiento original estuvo destinado a testear técnicas para la conservación de la leche materna, los resultados permitieron abrir una nueva línea de trabajo.
«Comenzamos a hacer el muestreo y luego el trabajo comenzó a ampliarse. Actualmente se ha consolidado en una línea epidemiológica en la que evaluamos el efecto de condicionantes sanitarios -la dieta, principalmente- en la composición y en las características de la leche. Hoy ya es una línea que cuenta con cuatro tesis de doctorado en curso, dos de maestría, varias de grado y un financiamiento del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt), entre otros», completa Soria.
Los datos
La publicación científica
“The Effect of Freeze-Drying on the Nutrient, Polyphenol, and Oxidant Levels of Breast Milk”, de Mariela Valentina Cortez y Elio Andrés Soria. Publicado en Breastfeeding Medicine, diciembre 2016.
Equipo de investigación
Proyecto: Análisis biosanitario en Córdoba, Argentina, del rol de fitoquímicos dietarios en la biología de la leche humana.
Director: profesor Dr. Elio A. Soria (UNC – Conicet), Facultad de Ciencias Médicas.
Integrantes y colaboradores: Lic. M. Valentina Cortez, Méd. Agustín R. Miranda, Méd. Ana V. Scotta, Lic. Rosana M. Tejerina, Lic. Karla L. Vera Andrade, Lic. M. Cecilia Cittadini, Lic. Alejandra M. Canalis, Est. Luciana Orosz, Dra. Claudia Albrecht, Dra. Silvana V. Serra, Lic. Mónica L. Brizuela, Dra. Patricia L. Quiroga, Dra. Laura R. Aballay y colaboradores de la Facultad de Ciencias Médicas y de centros sanitarios regionales.