El incremento de la superficie sembrada con maíz trae nuevos desafíos para el productor, dado que las condiciones climáticas y la extensión de los maizales hacen que se propaguen enfermedades que antes eran típicas de las zonas tropicales
En el marco del simposio “Enfermedades en el cultivo de maíz”, organizado por BASF, los referentes nacionales de la comunidad maicera realizaron una actualización sobre la situación del cultivo, sus enfermedades y sistemas de manejo. El evento fue celebrado el miércoles 7 de febrero en Rosario.
Según el Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, el avance de siembra a esa fecha se ubicó en un 96,7% de las 5.400.000 hectáreas proyectadas para la campaña 2017/18, la mayor de los últimos seis años y con aumento de un 48% respecto a la campaña 2014/15.
Debido al aumento de la presencia del maíz a nivel nacional, en el simposio se hizo fuerte hincapié sobre la importancia de comprender las características particulares del cultivo en los distintos ambientes, teniendo en cuenta la diversidad de climas, materiales genéticos y la presencia de enfermedades. También se destacó la adopción de nuevas e innovadoras tecnologías de calidad que aporten al desarrollo del cultivo, debido a su crecimiento en el mercado local y de exportación.
En este sentido, durante el simposio el agrónomo Marcelo Carmona expresó: “Hoy tenemos un aumento de la superficie, por lo cual un crecimiento en la producción de maíz. Esto trae consigo también una mayor presión de enfermedades”; y agregó: “En este último tiempo han aparecido enfermedades con mayor severidad de ataque. En la región pampeana se están instalando enfermedades que siempre fueron de climas más tropicales o de países más calurosos, como Brasil.”
La presencia del tizón, mancha blanca y roya polysora es cada vez mayor debido a que enero se caracterizó por bajas precipitaciones, pero también por una gran diferencia entre la temperatura mínima y la máxima. Esto genera horas de rocío y alta humedad dentro del cultivo, condiciones ambientales excelentes para el desarrollo de enfermedades que pueden llegar a provocar pérdidas de rendimiento de hasta un 50%.
Continuando por esta línea, la referente del NOA, Cecilia Díaz, explicó que el principal problema en el cultivo de maíz es que “el productor no afianza el monitoreo y no sabe cuál es el momento indicado para la aplicación de fungicidas respecto a todas las enfermedades”. A su vez, Norma Formento destacó: “Es de suma importancia que el productor realice capacitaciones, ya que cada vez hay más enfermedades y se pueden confundir entre sí. El simposio es un espacio perfecto para determinar las enfermedades que están afectando las diversas zonas y analizar qué fungicida aplicar teniendo en cuenta el estadio de la planta”.
Por su parte, Aimar Pena, gerente del Cultivo de Maíz de BASF, destacó la importancia del simposio: “Durante la jornada logramos generar un espacio de intercambio de opiniones, estrategias de manejo y experiencias entre los principales referentes e investigadores de la materia junto a asesores y técnicos. Para mí fue un orgullo aportar a la comunidad maicera las mejores soluciones para incrementar sus rendimientos”.
En el ámbito del evento se presentó el paquete tecnológico de BASF para maíz, en el que se destaca Opera®, un fungicida de triple acción (preventivo, curativo y erradicante) que ha demostrado de manera consistente a lo largo de las campañas un control eficaz de enfermedades con una mayor persistencia de acción y mayor respuesta en el rendimiento y calidad de semilla.
BOLSA DE CEREALES de Buenos Aires
El clima atentó contra la cantidad de soja
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la producción de soja sería de alrededor de 50 millones de toneladas, bajando un millón de toneladas respecto a la semana previa y cuatro millones de la estimación inicial.
Esta producción implica un rinde promedio nacional de 29,05 quintales por hectárea, que se encuentra por debajo del promedio de los últimos cinco años, de 29,64 quintales.
«La merma productiva se produce porque el 40% de los cultivos están transitando la etapa crítica para la determinación de rindes y un 76,1% se encuentra con una condición hídrica entre seca y regular», detallaron desde la entidad.
Además, hay que tener en cuenta que la oleaginosa perdería 7,5 millones de toneladas respecto de la campaña anterior porque en la actual ya arrancó con una baja del área sembrada.
En cuanto a los pronósticos climáticos, por el momento no son muy alentadores; si bien se esperan algunas lluvias y tormentas para los próximos días, el agua estaría llegando tarde para el cultivo de soja. Por otro lado, en algunas zonas el agua es urgente y los milímetros no serían suficientes.