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Mamografía: ¿después de los 40 o después de los 50?

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Mamografía: ¿después de los 40 o después de los 50?

El artículo alude a un debate científico que se generó en Estados Unidos. En el mismo se explican cuáles son los diferentes criterios que tienen la Argentina y el país del Norte para detectar precozmente el cáncer de mamap18f1 mamografo

En nuestro país, el Consenso Nacional Intersociedades conformado por las sociedades argentinas de Medicina, Mastología, Radiología y Cancerología, entre otras, estableció la recomendación de que las mujeres asintomáticas y sin antecedentes familiares de cáncer de mama deben realizarse una mamografía anual a partir de los 40 años. Sin embargo, dicha recomendación difiere de manera radical con la que brinda la Fuerza de Tareas de Servicios Preventivos de EE.UU. (Uspstf), organismo que aconseja realizarse una mamografía cada dos años, a partir de los 50.

“La propuesta efectuada por la Uspstf, basada en argumentos de escaso fundamento científico, generó una gran polémica, ya que puso en riesgo la cobertura médica para realizar mamografías a mujeres entre 40 y 49 años, aun cuando dicho organismo estadounidense reconoce que las mamografías efectuadas anualmente durante ese período salvan vidas, pero entiende que el beneficio de realizarse los controles en esas edades es menor debido a potenciales daños”, explica el especialista en diagnóstico por imágenes y miembro de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM), Daniel Lehrer.

Los daños a los que hace referencia la Uspstf consisten -a su entender- en los altos porcentajes de resultados incorrectos que arrojan las mamografías y pueden implicar la realización de tratamientos invasivos innecesarios, tales como biopsias: “En mi opinión profesional, estas estadísticas no justifican que se descarte a la mamografía como la herramienta idónea para detectar el cáncer de mama de manera temprana”, manifiesta el imagenólogo Daniel Mysler, miembro de la SAM, y agrega: “Los resultados conocidos como ‘falso negativo’ ocurren aproximadamente en un 20% de las mamografías efectuadas y son aquellos en los que dicho estudio arroja una imagen normal estando presente un cáncer. Ahora bien, no todas las mamas son iguales, por ejemplo: en aquellas mujeres con mamas de alta densidad glandular los falsos negativos son un poco más frecuentes, es por ello que en estas pacientes se recomienda completar el estudio con una ecografía. Por otro lado, los ‘falsos positivos’, es decir, un resultado mamográfico anormal en una paciente sana, son menos frecuentes (sólo el 10%), y en estos casos las pacientes serán recitadas para evaluaciones adicionales, de las cuales aproximadamente un 2% de ellas requerirá un seguimiento a corto plazo (seis meses) y otro 2% de pacientes asintomáticas deberá someterse a algún procedimiento mínimamente invasivo para descartar definitivamente un cáncer”.

Los especialistas de la SAM coinciden en que estos potenciales daños que menciona la Uspstf no son razón suficiente para postergar el inicio de la mamografía hasta después de los 50 años, especialmente, tal como dice Lehrer, “si tenemos en cuenta que uno de cada seis carcinomas ocurre en mujeres que tienen entre 40 y 49 años y que el 70% de las mujeres que murieron de cáncer de mama en sus 40 años estaba dentro del 20% de mujeres que no se hizo mamografías en pro de una detección precoz”. En este sentido, Mysler reconoce que “si bien es cierto que en el caso de evidenciarse alguna anomalía en los estudios efectuados entre los 40 y 49 años genera en las pacientes incertidumbre y ansiedad, cabe destacar que de ser el resultado final positivo, la detección temprana salva vidas. Y en los casos donde finalmente se determina que se trataba de un ‘falso positivo’ estamos convencidos de que ese corto período de espera del diagnostico final es el pequeño precio que se paga en beneficio de la reducción de la mortalidad de las pacientes”.

Ante las críticas generales que provocó la recomendación de la Uspstf, puntualmente por el hecho de que los servicios de salud (públicos y privados) cubrirían la mamografía sólo a partir de los 50 años, el Congreso de EE.UU. dictó una ley que obliga a los seguros médicos a incluir esta prestación para mujeres entre 40 y 49 años por los próximos dos años. “Los principales cuestionamientos tienen que ver con que la Uspstf realizó una revisión parcial y no actualizada de la literatura médica y que deliberadamente no incluyó expertos en diagnóstico ni tratamiento de cáncer de mama en su panel de decisiones, contrariamente a lo recomendado por el Institute of Medicine. Tampoco prestó atención a las observaciones de revisores externos, quitándole transparencia a sus procedimientos y opacando sus recomendaciones finales”, puntualiza el especialista Daniel Lehrer.

Gracias al seguimiento efectuado a lo largo de los años a un gran número de mujeres que se realizaron mamografías y a otras que no lo hicieron, contamos con estadísticas contundentes para sustentar la importancia de dicho estudio de manera anual a partir de los 40 años: “La realización de mamografías en forma sistemática disminuye la mortalidad por cáncer de mama entre un 30% y un 50%, debido a que los tumores se encuentran más tempranos (menor tamaño y ganglios axilares no comprometidos). Aquellas mujeres que omitieron hacerse alguna mamografía presentaron lesiones en estadios más avanzados y, por consecuencia, con mayor riesgo de muerte que aquellas que sí cumplieron con todos los controles mamográficos anuales a partir de los 40 años”, menciona Lehrer.

En línea con el criterio científico que comparten las principales sociedades especializadas en la materia del país, y muchas internacionales -incluso de Estados Unidos-, en Argentina tanto los centros de salud públicos como las obras sociales y el sistema de prepagas autorizan al menos una mamografía anual de control sin límite de edad mínima ni máxima.