Nació en Laboulaye el 1 de agosto de 1961. Fue un día frío en tiempos de sequía en esa zona. Creció y pasó parte de su juventud en Isla Verde. En 1986 llegó a Villa María, ciudad en donde formó su hogar. Casado, dos hijos. Es martillero y corredor público. Fue asesor de la Cámara de Diputados durante el mandato en una banca del Frente Amplio Progresista de Jorge Valinotto, fue el impulsor de una instancia judicial para evitar la venta de la Placita. Hoy es integrante de la mesa provincial del Frente Cívico y un colaborador fiel de Luis Juez
Escribe: Nancy Mussa
DE NUESTRA REDACCION
“La política es una pasión”, es una de las primeras definiciones que deja mientras toma un café en el frío atardecer otoñal. Ante cada pregunta usa interjecciones de agrado o de sorpresa, principalmente a la hora de recordar, sonríe en varias oportunidades y se expresa acompañado por gestos poniendo énfasis en determinadas frases. Se muestra orgulloso cuando habla de su abuelo materno, un “peronista de Perón” que abrazó el cooperativismo. Estudió el ciclo básico en una escuela técnica de Leones y tuvo varias etapas en la militancia. Para Omar Rabaglio la familia está primero y luego la política que ocupa un lugar significativo en sus sentimientos.
Usted dice que su pasión es la política, vamos a viajar en el tiempo ¿cuándo empezó esa pasión?
En el año 82´ ya se perfilaba la apertura democrática, todavía estábamos en la dictadura, pero ya era un hecho que venía la apertura, vivía en Isla Verde y recuerdo historias de mi abuelo materno, Pedro Gatti, fue cooperativista, fue fundador de las cooperativas de Laboulaye, fue el que recibió al general Perón en la zona para la reforma agraria, creo que de ahí me viene en la sangre la inclinación hacia la política.
Pero como la mayoría de los jóvenes del 82´ y 83´ nos inclinamos por la bandera de Raúl Alfonsín, en aquel Movimiento de Renovación y Cambio. En el 82, recuerdo haber ido a mi primera asamblea política bajo la tribuna del Club Instituto.
En aquel momento los jóvenes del movimiento eran Carlos Becerra, Mario Negri, Prado, el flaco Giménez y yo era uno de los benjamines y allá iba.
Recuerdo una anécdota (sonríe) en esa época en Isla Verde, cuando ya se veía venir la democracia, aparece un vendedor de libros en colectivo, mi primer libro político se lo compré a este señor que terminó siendo el histórico referente de la izquierda, Luis Zamora. Mi primer libro fue el Diccionario Consultor político donde venía la historia de cada uno de los partidos. Quería saber, conocer la historia y comencé a estudiar. Mi abuelo era peronista, yo termino apostando a lo que decía Alfonsín que tenía unos principios muy amplios.
Así empecé, y había amigos que no me lo entendían. Ellos se iban a pescar y yo me iba a un congreso político y me decían que estaba loco (risas).
¿Y en algún momento se sintió decepcionado de la política?
Sí, también me pasó. En un momento tuve que decidir y no me arrepiento. Cuando cambio de localidad y me vengo a Villa María ya Alfonsín era presidente y algunos amigos me dieron a entender que podía irme a algún cargo al Gobierno, pero me decidí por la familia. Hubo un tiempo en que no trabajé más en política activa porque consideré que había que criar a los hijos, generar un futuro. Pasado el tiempo, con mis hijos grandes y la familia contenida empecé a trabajar otra vez y me fui involucrando con el partido que parecía que era una opción para cambiar el país que fue el ARI, con lo que venía proponiendo Lilita Carrió en aquel entonces (la previa de 2003), estábamos con Raquel Possetto, Carlitos Giliberti, entre otros. Y ahí tuve una desilusión, en el marco de la interna provincial partidaria. Cuando se termina de armar el ARI se arma una interna y le pedí a Lilita (Carrió) que viniera para parar la interna. Y no vino, mandó a Susana García que no conocía la realidad de Córdoba. En ese momento pensamos que íbamos al fracaso y fue una desilusión que Lilita no viniera. Pasa que cuando uno le mete tanta pasión, la desilusión viene rápido.
Usted en el ARI participó de una mesa de pequeños empresarios…
Sí, mi participación dentro del ARI fue a través de una mesa que armamos donde congregamos a empresarios medianos y pequeños que tuvieran o no que ver con la política. Me gustó la idea y con el impulsor de la mesa Roberto Tortosa llegué a hacerme amigo de Mario Cafiero, con el que hoy seguimos en contacto. Armamos la mesa y fue muy positivo. En un año teníamos catorce provincias organizadas, hicimos congresos y le dimos apoyo a los tamberos autoconvocados que en ese momento hicieron el primer corte de ruta, frente al Parador de los Camioneros, organizado por Omar Coutsier y Jorge Videla. En ese momentos nos pidieron que viniera Lilita (era candidata a presidente) y vino junto a Graciela Ocaña a una reunión en el Almagro.
¿Y cuándo conoce y se acerca a Luis Juez?
Yo había dejado de participar y un día me cruzo con Jorge Valinotto en un bar y me cuenta que estaba con el Frente Cívico y me pide que me acerque. Pensé ´vamos a ver quién es este Luis Juez´y empecé a conocerlo y la verdad es imposible no quererlo a Luis. Es un tipo al que lo querés o no lo querés (se ríe).Yo lo quiero.
¿Nunca tuvo desilusiones en este espacio, cómo es su relación con Juez?
No, Luis siempre argumentó las decisiones, sabe reconocer sus errores y eso habla muy bien de él. El por su hombría de bien asume todos los errores con responsabilidad, pero en realidad si nos equivocamos, nos equivocamos todos. Eso es muy bueno de Luis y a su vez es una de las pocas figuras políticas que no están cuestionadas en nada, más que haber tomado algunas decisiones equivocadas. Lo único que se le puede objetar es haber hecho algún acuerdo (que salió mal) pero estamos ante un dirigente brillante porque no tiene ninguna mancha y podemos seguir hablando con tranquilidad en contra de la corrupción y de los negociados, creo que tenemos la autoridad moral. Hoy está en la cuestión mediática lo de Ansenuza (hotel casino) y los primeros en marcar esa desprolijidad fuimos nosotros. O la reducción del IVA en los productos de la canasta básica que fue un proyecto de Luis en el Senado y nadie se acuerda de eso.
Lo veo ideológicamente con un origen peronista, apostando por Raúl Alfonsín en su momento ¿qué sintió al firmar un acuerdo con el PRO?
(Pausa). Uno va entendiendo, a veces, que el país necesita desarrollarse. Argentina necesitaba ordenarse, ordenar las cuentas fiscales y el Estado en general. A mi entender, de las alternativas políticas que tiene el país lo más coherente y lo más positivo es Mauricio Macri. Ojalá no me equivoque, pero sigo creyendo en lo que propone, veo en él una inclinación hacia el desarrollismo y estoy convencido de que Argentina necesita un gobierno que tenga inclinaciones desarrollistas en todos los ámbitos, no sólo en economía sino en cultura, en educación, en trabajo. Porque esa es la forma de redistribuir mejor la riqueza.
Y ante este ajuste brutal en los precios, en las tarifas, ¿de qué manera se le pide a la sociedad que entienda, que soporte?
Primero tenemos que pedirle que entienda que se está sincerando la economía, hemos vivido mucho tiempo de algunas mentiras que nos han llevado a que la economía esté destrozada. A mí también me toca el aumento de las tarifas y también es cierto que cada gobierno que entra le pide un esfuerzo al pueblo para salir adelante. Lo que ocurre es que nos han venido mintiendo sistemáticamente y el pueblo ya no confía. Creo que es momento de confiar, se está transparentando la economía, se va a contener la inflación y eso llevará a una mejora paulatina. Hay que darle el tiempo necesario, van seis meses recién de gobierno y tiene acciones positivas que el Gobierno no las está publicitando mediáticamente. No soy un economista, pero creo que las medidas acertadas que ha tomado todavía no han reflejado el beneficio en la sociedad y creo que a corto plazo se van a ver. Se están anunciando obras públicas y eso va a generar un movimiento que va ir paliando esta situación.
Tu origen político fue la mesa Pyme, el apoyo a los tamberos, hoy las cosas no están muy bien.
No. Las Pymes se van a recomponer, los empresarios argentinos tienen una gran virtud que es poder aggiornarse a los tiempos y de alguna manera salir adelante. El Estado está pensando en ello y los va a acompañar.
Lo de los tamberos tenemos que tener en cuenta que hay un contexto internacional que no está jugando a favor, y en nuestra zona tampoco no está jugando a favor la cuestión climática. Hay crisis y el Gobierno está preocupado por eso y está viendo de qué manera apoyar para salir adelante.
Otra de las cuestiones que fue parte de su actividad política es la lucha contra la corrupción, ¿qué sintió al desayunarse que Macri tiene cuentas offshore?
(Pausa). Creo que el capital de la familia Macri no es desconocido por nadie. Es gente que viene con un poder adquisitivo muy alto desde siempre, me parece que no es el único empresario en Argentina que se resguardó en momentos complicados, para poder apostar al futuro de sus empresas. Y veo muy bien que lo vuelva a ingresar a su país ahora que le toca gobernar. Pero es dinero de su actividad privada.
Vamos a sacarle presión (risas) ¿Qué soñaba ser cuándo era chico?
Tantas cosas. A los 14 años, yo jugaba al fútbol, jugué en Rosario en Central Córdoba y soñaba con estar en la selección argentina.
¿Y ahora qué sueña o ya se ajustó a la realidad?
Más que sueños, uno tiene expectativas, pero son dispares. Por ahí nos proponemos objetivos más o menos realizables. Desde que me casé en adelante siempre mis objetivos fueron la familia primero y después lo personal. Ahora si vos me preguntás que siento cuando voy a una reunión política y me gustaría ser presidente de la Nación (risas), siempre lo más alto, sabés que son sueños irrealizables. Nadie que trabaje en política puede decir que no tiene sueños de ocupar un lugar relevante para poder llevar adelante sus ideas y su vocación de transformar algo en la sociedad.
OPINIONES
Mauricio Macri
Creo que es una persona correcta y lo veo muy trabajador. Le valoro que viniendo de donde viene haya tenido el coraje de ponerse un país al hombro en la situación en que estaba. Después si es más de derecha o de izquierda, si comete errores o no es otra discusión. Pero le valoro las ganas de ponerse el país al hombro cuando podría estar tranquilamente en su casa cuidando de su hermosa señora y su hermosa beba, sin complicarse tanto la vida.
Juan Schiaretti
Lo veo un tipo muy ordenado, muy prolijo.
Martín Gill
Puedo decir que está dando muestras de ser abierto, participativo, me da toda la impresión de que es una persona muy amplia y da participación a los distintos sectores de la sociedad. Dentro del balance sobre su Gobierno (que lleva poco tiempo) tengo más cosas a favor que en contra. Lo que no entiendo es viendo que es un Gobierno con muchas ganas de cambiar cosas, un Gobierno que abre el juego siga estando con la misma gente que venía del Gobierno anterior.
Luis Juez
Luis es un amigo muy leal, la lealtad de Luis es maravillosa. Aparte de ser muy transparente y muy comprometido con su función, creo que siendo embajador trasciende en su trabajo. Hoy, prácticamente, es del único embajador del que se habla.
La última ¿en qué quedó la historia de la Placita?
Decidimos no ir a la Corte Suprema porque tuvimos un cambio de gobierno en la Municipalidad y veíamos que hay una intencionalidad distinta y que se podía volver a ver el proyecto.
Me gusta
Leer, caminar, hacer política, la música, estar con la familia.
Me divierte
El karaoke me desenchufa, jugar al fútbol o al tenis.
Me sorprende
La indiferencia ante temas fundamentales para el desarrollo de una comunidad.
Me entristece
La pérdida de seres queridos, la falta de contención de determinados sectores sociales.
Me enoja
La soberbia, me saca la soberbia y obvio la mentira y la traición.