Escribe Grupo de Médicos Oftalmólogos de Villa María
ESPECIAL PARA EL DIARIO
Normalmente la córnea (cúpula transparente que cubre el iris y la pupila del ojo) y el cristalino (lente detrás del iris) tienen una curvatura uniforme en todas sus direcciones que ayudan a enfocar claramente los haces de luz en la retina sobre la parte más posterior del globo ocular. Sin embargo, si la córnea o el cristalino no presentan una curvatura uniforme los rayos de luz no serán refractados correctamente. Esos son vicios de refracción.
Los vicios de refracción pueden causar disminución de visión, así como también, si se presentan desde niños, retraso en la maduración visual con ambliopía (ojo vago) y en ocasiones estrabismo.
Los niños pequeños no tienen mayores requerimientos para ver de lejos, se manejan con la visión cercana. Por lo tanto, y dado que además los primeros años no hablan, los trastornos de refracción pueden pasar inadvertidos y al diagnosticarlos en la edad escolar se detecta ambliopía uni o bilateral. En este caso, la visión no mejora a pesar del uso de los anteojos y el niño tarda en alcanzar una visión totalmente normal, con las dificultades que esto le acarrea.
De ahí la importancia de los controles de niños sanos para poder detectar tempranamente estos defectos.
Los vicios de refracción son hipermetropía, miopía y astigmatismo.
Cuando hay una diferencia entre la forma en que un ojo enfoca respecto al otro ojo, el trastorno recibe el nombre de anisometropía.
¿Qué es la hipermetropía?
La hipermetropía se produce cuando las imágenes se forman por detrás del ojo debido a que el globo ocular es más corto y se dificulta la visión de cerca.
Es el vicio de refracción más común en los niños. Cuando son bebés es normal que el ojo sea hipermétrope, luego, a medida que el globo ocular crece, se va normalizando.
La hipermetropía, cuando es elevada, puede retrasar el desarrollo de la visión, dado que el niño pequeño debe ver claramente los objetos cercanos. Cuando este mecanismo está dificultado, el resultado puede ser la ambliopía de uno o ambos ojos. Los adultos pueden manifestarla de diferentes formas, algunos sin presentar síntomas, especialmente en jóvenes. Otras con hipermetropía considerable pueden tener visión borrosa de lejos y cerca. Es un desorden del enfoque de las imágenes sin otra enfermedad en los ojos. Además para poder enfocar claramente, el ojo debe realizar el mecanismo de acomodación, mediante el cual el ojo normalmente enfoca de cerca. En el caso del hipermétrope, la acomodación se realiza en forma permanente, por lo tanto, el paciente afectado puede presentar cansancio visual (astenopía), cefalea al leer y en algunos casos estrabismo que está asociado a la acomodación.
La hipermetropía debe ser tratada con anteojos esféricos positivos.
¿Qué es el astigmatismo?
En el caso del astigmatismo hay un problema en la curvatura de la córnea, que impide el enfoque claro de los objetos cercanos y lejanos.
Así, podemos definir al astigmatismo como la condición óptica en la cual los rayos de luz paralelos que inciden en el ojo no son refractados igualmente en todos los meridianos del mismo.
Esto se debe a que la córnea, en vez de ser redonda, se achata por los polos y aparecen distintos radios de curvatura en cada uno de los ejes principales. Por ello, cuando la luz incide a través de la córnea se obtienen imágenes distorsionadas.
Se puede nacer con astigmatismo. De hecho, la mayoría de las personas probablemente nacen con algún grado de astigmatismo y pueden tenerlo conjuntamente con otros defectos de refracción: miopía o hipermetropía.
Mientras que los adultos con un grado mayor de astigmatismo pueden darse cuenta de que su visión no es tan buena como debería ser, los niños que tienen síntomas de astigmatismo pueden no ser conscientes de la presencia de esta condición y que no se quejen de tener visión borrosa o distorsionada. Pero si el astigmatismo no se corrige puede afectar seriamente la capacidad del niño para desempeñarse en la escuela y los deportes. Por eso es fundamental que los niños tengan exámenes de los ojos con regularidad, para poder detectar la presencia de astigmatismo u otros problemas de la visión lo más pronto posible.
La corrección óptica es mediante lentes de tipo cilíndricas.
¿Qué es la miopía?
La miopía es el vicio de refracción en el que el ojo no refracta la luz adecuadamente y las imágenes no se ven con claridad. Cuando existe una miopía, los objetos cercanos se ven claramente, pero los distantes se ven borrosos. La miopía es una condición común que afecta al 25% de la población.
La miopía puede ser hereditaria y se diagnostica a menudo en los niños cuando tienen entre 8 y 12 años. Durante los años de la adolescencia, cuando el cuerpo crece rápidamente, la miopía puede empeorar. Entre los 20 y los 40 años, por lo general, presenta pocos cambios. La miopía también puede ocurrir en los adultos.
La corrección óptica es mediante lentes de tipo esféricas negativas.
Una miopía leve es llamada baja miopía. Una miopía severa se conoce como alta miopía. Una miopía alta generalmente se estabiliza entre los 20 y los 30 años. Una alta miopía normalmente puede corregirse fácilmente con anteojos, lentes de contacto o algunas veces con cirugía refractiva.
Los pacientes con miopía tienen un mayor riesgo de desarrollar desprendimiento de retina. Su médico oftalmólogo discutirá con ellos cuáles son las señales de alarma de un desprendimiento de la retina y si se está en una categoría de alto riesgo. Si la retina se desprende y se diagnostica a tiempo, un procedimiento quirúrgico puede usualmente repararla. Es importante someterse a exámenes regulares de los ojos realizados por un médico oftalmólogo para que los cambios en la retina que conducen a un mayor riesgo de desprendimiento de retina puedan ser observados y tratados a tiempo.
Las personas con miopía alta también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar glaucoma y cataratas.
¿Cómo se diagnostican y se pueden tratar los vicios de refracción?
El oftalmólogo hará un examen completo de la vista y utilizará diversos instrumentos para medir la forma en que el ojo enfoca la luz.
Le medirá la agudeza visual, pidiéndole que lea las letras en un cuadro de distancia, y así determinará la claridad de la visión a una de una cierta distancia. El poder de foco también será examinado con una serie de lentes colocados en frente de sus ojos.
La curvatura de la córnea se medirá con un queratómetro. La topografía de la córnea puede usarse para proporcionar información adicional sobre la forma de la superficie de la córnea.
Con estas pruebas, el oftalmólogo puede diagnosticar el vicio de refracción que presenta y podrá determinar el grado de prescripción de anteojos o lentes de contacto que se necesitará para tener una visión clara. Otras opciones de tratamiento también serán discutidas de acuerdo al diagnóstico.