Escribe Jesús Chirino
La llegada
En 1946, luego de visitas fracasadas, Evita llegó a Villa María. Esta gran mujer de la historia argentina invitó a compartir un momento, en el tren que la trajo a la ciudad, a Salomón Deiver y su esposa María Julia Neyra. Tiempo después, el 2 de diciembre del mismo año, Deiver elevó su renuncia al gobernador provincial y al vicepresidente de la Nación agradeciendo los cargos ejercidos al servicio del peronismo. Evita llegó a la ciudad en momentos que ese movimiento político sufría una crisis interna. Un registro de esa visita es la cobertura periodística realizada por el periódico de Deiver, Tercero Abajo.
En tren
La crónica dice de aquel 27 de octubre de 1946 que “eran las 22.25 del domingo, cuando el tren arribó pesadamente y en forma muy lenta; fue ese un instante impresionante, el público prendió 300 antorchas, mientras retratos de Perón y de la señora Evita se agitaban en el aire, a todo esto la Policía realizaba sendas cargas de caballería sin sables para contener al público, que no hizo caso a nada ni a nadie, quería ver de cerca a la señora del presidente y nada más, y sus deseos se cumplieron democráticamente”. La muchedumbre no pudo ser contenida y el pueblo pudo saludar a esa mujer que encarnaba muchas de sus esperanzas.
Recordemos que en febrero de ese mismo año, la fórmula Perón-Quijano había sido electa para ocupar la presidencia y vicepresidencia de la Nación. En Villa María obtuvieron una diferencia de 148 votos por encima de la fórmula de José P. Tamborini – Enrique Mosca. En la misma elección fue elegido el candidato peronista a la gobernación Argentino S. Auchter, quien en Villa María obtuvo una ventaja de 142 votos.
Otros anuncios
Los villamarienses ya habían estado expectantes por la visita de Evita a la ciudad. Meses antes, en agosto, se había anunciado la llegada de la primera dama. Es así que Tercero Abajo, el sábado 24 de ese mes, anunció la posibilidad que siete días después la esposa del presidente de la Nación llegara a Villa María. Textualmente el titular de entonces decía “Doña Evita Duarte de Perón, el ángel tutelar de los hogares argentinos, es muy posible que el sábado 31 del corriente visite nuestra ciudad”. En esa misma edición del periódico pueden leerse síntomas de la crisis del peronismo local. En una nota se informa que el “partido único de la Revolución” se reuniría, a las 19 de la jornada, en el “Hotel San Martín de la ciudad de Córdoba”. Acudirían importantes dirigentes radicales integrantes del peronismo, provenientes de 10 seccionales de la provincia, con el propósito de fundar “el núcleo Unión Provincial Laborista-Radical”, al cual le adjudicaban la “finalidad de organizarse como grupo de lucha dentro del Partido Unico de la Revolución”. Se anunciaba que el encuentro sería presidido por el villamariense Salomón Deiver.
A la vez que se anunciaba la posible visita de Evita, también se aclara que “por razones de una ligera gripe que afecta la salud de la señora esposa del presidente de la Nación, no visitó este sábado (el 24 de agosto) la ciudad de Villa María doña Evita Duarte de Perón, ángel tutelar de los hogares argentinos y santa estoica que con un férreo carácter y mejor temperamento colabora decididamente a la par de su esposo para que los hogares argentinos tengan un estándar de vida que jamás pudo vivir y ni siquiera conocer”. También se dice que el anuncio de la próxima posible visita le fue comunicada a Deiver por el “delegado especial de Industria y Comercio, Dr. Soage Pintos”. Tercero Abajo también dio a conocer los motivos por los cuales la mujer viajaba: “como se sabe la señora de S. E. presidente de la Nación viaja con el fin de organizar la campaña de abaratamiento de la vida en los pueblos del interior del país”.
Pero el 31 de agosto no pudo darse la visita de Eva a la ciudad y la portada de Tercero Abajo fue ocupada con otras noticias como la “Cesantía en masa en la cárcel y la Policía”, y las fiestas de los vascos y los viajantes.
En octubre, Tercero Abajo vuelve a insistir con la posibilidad de la llegada de Evita. En su edición del día 12 de ese mes titula “Diez mil equipos de ropa para niños repartirá en Córdoba el día 26”. Concretamente dice que ese día “la señora Evita Duarte de Perón -llegaría- a la ciudad de Córdoba con el fin de inaugurar el Hospital Ferroviario”. Por otra parte, el redactor señala que trataban “de averiguar si pasa por Villa María, para rendirle el tributo de simpatía a esta digna patriota y solicitarle a su vez ropa para nuestros niños necesitados, aunque hay una versión de que llegaría a Córdoba en un avión civil, para regresar el mismo día a Buenos Aires, de esto, por cierto, no hay información oficial”. En la misma edición aparecen noticias relacionadas con la interna peronista. Es así que acerca del primer aniversario del 17 de octubre se armaba una comisión encargada de organizar los festejos alusivos. Pero un titular señala “Temen incidentes entre fracciones laboristas” en referencia al peligro del cruce entre asistentes a diferentes actos alusivos al 17 de octubre.
Desde Córdoba
El 27 de octubre se produjo la visita. En su edición del día 26, Tercero Abajo hizo el anuncio correspondiente con una halagadora nota diciendo que ese día se daría el arribo de Evita. Textualmente señala: “Visita hoy nuestra ciudad de Villa María la primera mujer de la República y sin ánimo de tocar sentimientos de otras tierras, podemos decir también que la señora Evita es la mujer del alma gaucha, que derrama la fe de su esperanza por todo Sudamérica, por eso la combaten”. En la misma portada se anunciaba una asamblea de trabajadores municipales que ese sábado podrían resolver ir a la huelga por una serie de petitorios a los cuales el comisionado no daba respuesta.
En su edición del 2 de noviembre, Tercero Abajo publicó la cobertura periodística de tan importante visita. De manera entusiasta se remarca que “nunca en su historia presenció esta ciudad tremendo aluvión humano” refiriéndose a las 18.000 personas, cifra que para el periódico marca como la alcanzada por aquéllos que “aclamaron frenéticamente” a Evita. Se comenta un incidente producido en la manifestación a partir de que un sector interno del peronismo local pretendió que algunos trabajadores no llegaran a saludar a Evita, pero, señala el cronista, “se abrieron paso a paso cuando era posible pacíficamente y cuando no, se defendieron de los insolentes y de la forma que fuera necesaria. Esto dio lugar a un pequeño incidente que fue rápidamente sofocado por la Policía y sin consecuencia”.
Luego habla del arribo del tren señalando que “ni bien paró… descendió la señora Perón con la misma agilidad de una colegiala, aunque se denotaba en sus facciones el terrible cansancio que traía por el intenso trajín soportado durante todo el día en Córdoba, donde a la par de inaugurar un policlínico para ferroviarios visitó humildes escuelas de la Docta donde repartió ropas a los niños humildes”.
Así llegó Evita a nuestra ciudad. La semana próxima contaré cómo fue esa visita.