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Las alturas del infierno

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Las alturas del infierno

Escribe: Víctor Hugo Alvez

El filme de Santiago Mitre habla sobre la política en serio y su relación con su entorno familiar. Y lo hace no con la política de “cabotaje” sino la que se da a 3.500 metros sobre el nivel del mar, al filo de “Los Pirineos” de Sudamérica.

En ese lugar el presidente de todos los argentinos hará su debut en una de las ligas mayores, una cumbre de todos los presidentes latinoamericanos reunidos en torno a la columna vertebral de Sudamérica. Las frías alturas de América Latina son identificables para el público como así un primer mandatario argentino muy parecido al actual, y una trayectoria que se inicia en una Intendencia, para ser luego gobernador de La Pampa, que nos retrotrae a otro mandatario ya fallecido. De tono monocorde, la película “La cordillera” toma un ritmo de intriga, como lo da la fotografía en tono claroscuro y los interiores propicios para secretos, alianzas y traiciones tanto públicos como privados, dejando los exteriores para cuestiones de protocolo.

Los largos pasillos de hoteles y autos a un mismo ritmo, dan cuenta de lo largos que son, y que al final es donde reside el poder real; para dar certeza de que existe una articulación, donde tarde o temprano hay un poder establecido que dicta las normas al que nadie puede cambiar. Alejado del clisé, Hernán Blanco- Ricardo Darín, es un personaje ambiguo, con “cara de póquer”, no es un dechado de virtudes, es malo pero no hace de malo ni actúa como tal. De resaltar son los actores que interpretan a los mandatarios de otros países, como el enviado norteamericano Cristian Slater, lo que da más credibilidad a la ficción, asimismo los actores secundarios argentinos que cumplen. El filme intenta radiografiar, en carne viva a mandatarios en su estado más puro, haciendo hincapié en el nuestro, donde una situación particular lo tiene preocupado, sin que se le mueva una pestaña. La idea de tener controlada su vida privada en función de su rol público es una urgencia de Estado. Desde niño soñó con el diablo, y para llegar a esta altura, alguna vez tropezó con él.