Durante todo el fin de semana largo, los fanáticos de estos vehículos intercambiaron vivencias en el predio del Jockey Club. Ayer, se exhibieron en la costanera y atrajeron a las personas que se encontraban con los míticos modelos de Volkswagen
Ya es el segundo año consecutivo que se realiza el Encuentro de Kombis y Escarabajos en Villa María. Esta vez, los dueños de unas 45 camionetas, más tres automóviles, participaron de jornadas de intercambio de vivencias en el predio del Jockey Club.
Ayer por la tarde, salieron a recorrer algunos sectores de la ciudad y terminaron estacionando sus vehículos frente al Polideportivo, en la costanera.
Fue un gran atractivo para la gente, porque, además, los integrantes de cada kombi -en ningún caso llegaron de forma individual- desplega alguna mesita para compartir artesanías, recuerdos, postales, calcos, o simplemente un mate y una charla.
Porque detrás de la simpática camioneta hay más de una historia. Otra Kombi y Semilla Viajera, por ejemplo, van recorriendo el mundo y ofreciendo sus manualidades para financiarse. La primera, es una proveniente del Brasil, mientras que a la otra se la vio recorrer casi toda la geografía nacional hasta llegar a Ushuaia.
Marcos, Vanesa y Pietro son de Santa Fe y viajan a bordo de La Coqueta -cada rodado tiene su nombre-. Cuando las personas pasan frente a su kombi, que de por sí, al igual que todas, tiene cierto tinte “noventoso”, se encuentra con otra curiosidad que puede considerarse vintage a esta altura.
Resulta que la fábrica de bolitas Tinka, ubicada en San Jorge, de donde provienen, les ofreció que promocionen su producto, ya que son la única del rubro en Sudamérica.
“La particularidad que se da en el mundo de las kombis es que es muy diverso. Hay algunos que la modificamos para que tenga alguna comodidad como una cama, pero otras son como casillas rodantes directamente, tienen todo. También están las kombis originales, hay de todo”, comentó José Fernández, organizador del encuentro.