Las lluvias que de manera despareja cayeron sobre la cuenca oeste de Buenos Aires, marcan para estos días un nivel de humedad en los suelos que resulta, en general, satisfactorio para la época. Con la salvedad de que, por su dispersión, han dejado algunas zonas con claros excesos y otras sólo “con lo justo”.
Y algo parecido estaría sucediendo entre las más importantes cuencas lecheras del país.
Respecto de las temperaturas, se han alternado días sofocantes, con altas marcas y humedad ambiente (los previos a las lluvias), con otros más frescos (posteriores a las mismas).
Hacia fin de mes y febrero, la dispersión de las tormentas se iría haciendo algo más homogénea en su cobertura territorial, de acuerdo a lo que permitiría prever el comportamiento que trae “El Niño” (que se mantendría con intensidad hasta el próximo otoño).
Durante diciembre, la producción en la cuenca oeste fue entrando muy lentamente en la “baja” estacional, hasta la cercanía de la Navidad, cuando varios días con alto estrés térmico provocaron un significativo escalón de caída.