Son aspirantes y en dos años esperan formar parte del plantel que ahora integran 120 hombres. Se sienten “bien y cómodas”, según comentaron a EL DIARIO. Bomberos deberá modificar el sector de los vestuarios para que tengan su lugar
Si bien nunca existieron restricciones para que las mujeres ingresen al cuerpo activo, Bomberos es una de las instituciones que se suele asociar a un género exclusivo: el masculino.
Cuando el cronista de EL DIARIO esperaba en la cantina del cuartel local, se exhibía en la TV una película de acción plagada de hombres luchando en una guerra, mientras que los bomberos que iban llegando se medían -algunos a torso desnudo- unas remeras que acababan de llegar.
Son pasajes que podrían confirmar lo que persiste en el imaginario colectivo, sin embargo, el ingreso de Camila Pérez y Agustina Román tira abajo esos mitos, aunque sí es verdad que la institución deberá adaptarse en algunas cuestiones.
“Ya estamos pensando en nuevos vestuarios para ellas”, aseguró el jefe de Bomberos, Gustavo Nicola. Ambas cursan la secundaria en la ciudad y coinciden en que “la necesidad de ayudar al otro” es lo que las llevó a inscribirse en la escuela interna como aspirantes.
En dos años y medio, cuando terminen el curso exigido, en Villa María volverá a haber mujeres en el cuerpo activo luego de aproximadamente 40 años, según los datos que pudo aportar el propio Nicola.
“Nunca hubo restricciones para que formen parte de Bomberos, pero pasaba que no se anotaban o a veces el cupo estaba completo”, aseguró el responsable de la institución. De hecho, hay muchas que forman parte del cuerpo auxiliar.
Camila y Agustina cursan desde marzo la capacitación necesaria para formar parte del cuerpo activo, integrado hoy por 120 bomberos, todos hombres.
Contaron que desde chiquitas les llamó la atención la actividad que realizaba la institución de voluntarios y, en el caso de Agustina, creía que “no iba a quedar” después de haberse inscripto.
Ella es estudiante de sexto año de la escuela Rosario Vera Peñaloza, mientras que Camila cursa el quinto año del Instituto Secundario Manuel Belgrano de Villa María.
Van apenas cuatro meses dentro de la institución y ya tienen la confianza suficiente para enfrentar al jefe de Bomberos -entre risas- y preguntarle frente al periodista de este medio: “Es un honor contar con nosotras Gustavo, ¿no?”
“Nos sentimos bien y muy cómodas”, aseguraron. Se nota que es así porque el clima que se respira con su presencia en el cuartel no es más que de buen humor, respeto y compañerismo.
“La buena conducta en sí debe ser un modo de vida en los bomberos, igual que la solidaridad”, señaló Camila, que dice estar “fascinada” con las capacitaciones que recibe. Su pasión por la Medicina -carrera que piensa estudiar luego- también influyó al momento de decidirse a ser voluntaria.
Agustina piensa seguir capacitándose en Bromatología luego de finalizar los estudios secundarios. Pero antes, deberá transitar el “desafío” de compartir un espacio preparado para 120 hombres. “Es tanto para nosotras como para ellos”, afirman.
Sobre el machismo
No es necesario negar el machismo porque reconocerlo es justamente el primer paso para desnaturalizarlo. Tratándose de un espacio repleto de hombres, Bomberos no es la excepción, pero las chicas aseguran que “no se hace notar tanto”.
Agustina destacó que las tareas que se les asignan muchas veces se las suelen relacionar al hombre, sin embargo no las discriminan a la hora de realizarlas, “como cuando nos toca descargar bolsas de arena”, ejemplificó la joven.
“Es una adaptación que día a día tenemos que hacer todos”, dijo Gustavo Nicola, jefe de la entidad en la que -como en tantos otros ámbitos- circulan chistes y comentarios que ahora “cuidamos más”, según afirmó.
“Ellas dieron el puntapié inicial luego de muchos años sin tener mujeres en el cuerpo activo, ahora estamos acomodándonos y haciendo algunos cambios, como en la zona de vestuarios”, indicó Nicola.
En el cuerpo auxiliar ya hay mujeres, pero en el activo, según recordó el titular de Bomberos Villa María, hace aproximadamente unos 40 años que no se veían personas de ese género.
En todo momento, tanto las aspirantes como el jefe, recalcaron el respeto que existe entre los compañeros hacia ellas.
Actualmente hay 17 aspirantes a ingresar al cuerpo, dos de las cuales son Camila y Agustina, quizá las que marcarán un hito en la historia del cuartel local y sirvan de motivación para que otras se sumen a la actividad.