Un día antes de que el presidente Macri visitara la planta de Villa María se publicó una investigación que resume los riesgos que corren las poblaciones cercanas a este tipo de industrias. “Los gases pueden tener un efecto directo e inmediato, como si se tratara de la inyección directa en el torrente sanguíneo”, asegura una especialista

Una médica endocrinóloga elaboró un informe acerca de los riesgos a los que se encuentran expuestas las poblaciones cercanas a las centrales termoeléctricas que “producen energía eléctrica a partir de la combustión de gas natural y/o gasoil”, como es el caso de la recientemente inaugurada por el presidente Mauricio Macri en Villa María.

Plantas similares se encuentran ubicadas en Pilar y Escobar (provincia de Buenos Aires) y son las que se tomaron de referencia para la realización del estudio, aunque el sistema empleado es idéntico al de la que se emplazó en el Parque Industrial de nuestra ciudad.

La investigación la realizó la doctora Andrea Cavallo y fue publicada por la Agencia Federal de Noticias y Elaboración de Contenidos InfoGei.

En la misma se describe que las principales emisiones liberadas a la atmósfera son dióxido de azufre (SO2), óxido de nitrógeno (NO), materia particulada (PM), monóxido de carbono (CO) y gases de efecto invernadero como dióxido de carbono (CO2).

“A diferencia de muchas sustancias que son ingeridas, los compuestos inhalados no son metabolizados de forma significativa antes de su circulación a través del organismo”, explicitó la médica.

De esta manera, “los mismos pueden tener un efecto directo e inmediato, como si se tratara de la inyección directa en el torrente sanguíneo”.

“Esos efectos pueden ocurrir en individuos normales sin una susceptibilidad inusual, pero resultan particularmente severos entre las personas con enfermedades preexistentes. Estudios realizados en varios países han proporcionado pruebas de la relación entre los contaminantes atmosféricos y el aumento de un gran número de enfermedades, que, de acuerdo al riesgo de mortalidad, podríamos clasificarlas de repercusión leve, moderada y severa sobre la vida de las personas afectadas”, afirmó Cavallo.

Por otra parte, plantea que “el asma es una de las enfermedades con mayor morbilidad en todos los grupos de edad y estratos económicos, no tiene edad de presentación”.

En ese sentido, “los contaminantes como el ozono, el nitrógeno y el dióxido de azufre, producen broncoconstricción y aumento en la producción de secreciones bronquiales”. La médica recuerda que “hay estudios que demuestran que la proximidad de las personas a las centrales termoeléctricas exacerba las afecciones descriptas previamente”.

Sobre el ruido

En el informe publicado por IngoGei, la doctora Andrea Cavallo también se refiere a la contaminación sonora de las centrales termoeléctricas y describe: “El ruido está integrado por dos componentes de igual importancia, uno puramente físico (el sonido, magnitud física perfectamente definida) y de carácter subjetivo la sensación de molestia”.

“En enfermos con problemas cardiovasculares, arteriosclerosis o problemas coronarios, los ruidos fuertes y súbitos pueden llegar a causar hasta un infarto, aumenta la glucosa en la sangre. En los enfermos de diabetes, la elevación de la glucemia de manera continuada puede ocasionar complicaciones médicas a largo plazo”, concluye.