Fotos: Víctor Alvez

(Enviados especiales)

Lejos de aquellas visitas gratas, Alumni sufrió ayer su estadía futbolística en Morteros, donde mostró su peor imagen y perdió 2 a 0 ante Tiro Federal, que le sacó una ventaja notoria en la cancha y en la tabla de posiciones.

Para dar batalla en la punta y recomponer su situación después de dos partidos sin triunfos, el equipo de Raúl Maldonado debía imponer su juego en una cancha grande y ante muy poco público en las tribunas, contra un equipo que tampoco llegaba entonado. Sin embargo, el “Fortinero” fue superado ampliamente durante los primeros 45 minutos, cuando se registró la diferencia de dos goles y hasta pudo haber sido más catastrófico.

Sin paciencia para controlar la pelota ni orden ni seguridad en el fondo ni agresividad en el ataque ni una pizca de inteligencia… Alumni fue la nada misma en ese primer tiempo. Y regalar toda una mitad de partido, en este tipo de compromisos cruciales, es un pecado enorme.

Es que si bien no hay que quitarle méritos a Tiro Federal, que jugó muy bien y sorprendió constantemente con sus opciones de ataque, Alumni se dejó dominar en forma permanente, con poca reacción.

Sin salida limpia desde atrás, el equipo estuvo cortado en el medio, con un César Quiroga más encerrado y un Daniel Ramírez muy impreciso (se notó su falta de fútbol después de un largo parate) en la mitad de la cancha. Y tampoco ayudaron para atacar por afuera los demás volantes, aspecto que hizo sentir la ausencia del lesionado Maximiliano Villa.

Tiro Federal, más organizado y con mayor experiencia para utilizar todo el ancho de su cancha, tuvo a Juan Bueno (atacante) puesto en las espaldas de Quiroga y en dos volantes externos convertidos en delanteros (Gabriel Buffarini y Emiliano Blanco), mientras un punta (Mauricio Temperini) aguantaba entre los centrales. Y atacó siempre con todos ellos.

Alumni no encontró las soluciones para frenar la embestida, mientras el gol de Tiro se hacía desear por algunas fallas increíbles en la definición.

Buffarini, de frente al arquero Rodrigo Valdez, se perdió la más clara de todas cuando recibió un centro largo y la tiró apenas alto.

A los 25 minutos, un nuevo tiro de Buffarini pegó en el travesaño, pero esta vez, el rebote fue captado por Temperini, quien definió de mediavuelta, la pelota dio en el palo y se metió. Con ese gol, Tiro se agrandó más todavía y controló a un Alumni apático, que no hacía nada más que rifar la pelota, salvo cuando aparecía Juan Aimar, el hombre más lúcido del equipo. Encima, Leandro Martínez no tuvo la contundencia deseada y mandó afuera un cabezazo un minuto después del gol local.

En ese contexto, no extrañó el segundo gol de Tiro, aunque esta vez todo corrió por la inspiración de Blanco.

El habilidoso diez encaró por derecha, le tiró un caño a Rey, se acomodó y mandó un remate espléndido que dejó parado a Valdez para establecer la segunda diferencia.

Alumni tuvo una chance para descontar sobre el final de la primera etapa, pero hasta rifó un tiro libre dentro del área.

Lo mejor del equipo villamariense estuvo en el segundo tiempo, aunque eso no alcanzó para equilibrar todo lo malo que había expuesto previamente.

La inclusión de un centrodelantero (Federico Depetris) por un volante (Ramírez) sugirió una mayor presencia en el área rival, entonces Tiro debió tomar algunos recaudos y perdió presencia en la mitad de la cancha.

Alumni creció con una mayor movilidad de Aimar y se vio beneficiado por la salida de Blanco (la mayor pesadilla) y el ingreso de los juveniles Juan Pochettino (debutó en la categoría) y Nicolás Delsole, quienes imprimieron frescura y toque preciso en los últimos metros.

Sin embargo, uno a uno fue dilapidando situaciones la formación fortinera. Depetris, en dos oportunidades, también Martínez y Aimar (un tiro libre por encima del travesaño) sumaron ocasiones que terminaron afuera o en las manos del arquero Torres.

De contragolpe, Tiro sólo pudo llegar en un par de oportunidades, pero en la más nítida actuó bien el arquero Valdez, tapando ante Temperini.

Sobre el final, un cabezazo apenas alto de Depetris, a menos de un metro del arco, completó la jornada errática.

Es que más allá de las modificaciones o las intenciones, Alumni había cometido tantos errores que anduvo lejos de una remontada heroica.

Habrá que ver si después de esa pobre imagen plasmada en la cancha podrá recuperar terreno en el clásico y ante el puntero, Estudiantes, en otro partido que se volverá importante.

César Ceballo: El cordobés tuvo un arbitraje correcto y estuvo en todos los detalles, a punto tal que cobró un tiro libre a favor de Alumni en el área local porque el arquero se excedió en los seis segundos. Cuando tuvo problemas fue porque lo complicaron sus asistentes.