Escribe Nancy Musa DE NUESTRA REDACCION
Nació en Villa María, el 4 de septiembre de 1971. Casada, dos hijos. Es psicopedagoga, diplomada en gestión pública y licenciada en Pedagogía social. A mediados de los años 90 comenzó su militancia en el Ateneo Jauretche que lideró el exintendente Eduardo Accastello. Ocupó diversos cargos en el PJ, entre ellos la presidencia alterna. Fue directora de Promoción Social de 1999 a 2003, en los cuatro años siguientes estuvo al frente de la Secretaría de Integración Comunitaria. En 2007 pasó a ocupar una banca en el Concejo Deliberante. En 2011 regresó al Ejecutivo para desempeñarse como secretaria de Desarrollo Social. El 10 de diciembre de 2015 asumió en el Concejo Deliberante y es la vicepresidenta del bloque oficialista
No se calla nada. Si hay que salir a responder críticas, es una de las primeras que se carga la tarea al hombro. Es una de las figuras visibles del equipo que gobierna la ciudad desde 1999, polémica, espontánea y orgánica. Verónica Vivó ha construido parte de su vida en el terreno político, allí encontró amigos, pasó momentos duros y cosechó gratificaciones.
Su sueño de ser maestra jardinera quedó en los recuerdos de su adolescencia, hoy quiere seguir aportando a una Villa María que “avance” y tiene la esperanza de que el peronismo se pueda unificar para octubre para revertir los resultados de las PASO.
-El resultado de las PASO en Villa María, tan bajo para Unión por Córdoba, ¿fue una sorpresa para el Partido Justicialista?
-Personalmente me sorprendió. Las encuestas de las que teníamos información, de segunda mano, por decirlo de alguna manera, hacían ver que estábamos parejos. La verdad no esperaba tanta diferencia de votos, lo que pudimos comprobar al momento del recuento. Me tocó estar en la Funesil y ante la primera mesa ya lo vimos, el resto fue haciendo cadena.
Fue un sorpresa, personalmente pensaba que los ciudadanos de la ciudad habían podido visualizar que todas las obras que estábamos haciendo tenían que ver con el apoyo económico de la Provincia. Eso es lo que quisimos transmitir.
-En esta oportunidad el peronismo fue dividido…
-Así es. Juntando lo que era la línea K y Unión por Córdoba hubiéramos estado más cerca de Cambiemos.
-¿A quién responsabilizan de esta mala elección? ¿Han hecho un análisis?
-El domingo a la noche el intendente en el partido planteaba que la elección se había nacionalizado. Creo que nos falta seguir analizando, pero fundamentalmente faltó unidad en el partido en el ámbito local. Si los votos no se hubieran dividido, hubiéramos estado más fortalecidos.
-Ahora comienza la campaña para octubre, un nuevo desafío.
-Sí. Y empieza también una gran responsabilidad para todos, incluso para mí, de hacer lo posible para que el peronismo se pueda unificar, no solo para octubre, sino pensando en la ciudad del futuro. Sabemos todas las obras y todas las transformaciones que hizo el peronismo, hay cosas que faltan, pero no podemos decir que fueron gobiernos estancos y que no generaron soluciones.
Faltan muchas cosas y eso nos motoriza a seguir, pero se han hecho obras que quedaron bajo tierra como desagües, cloacas, redes de agua y decir que Villa María es una de las pocas ciudades que tiene todos los servicios no es solo un eslogan, es una realidad.
Esto es un logro importante. Mirá, mis hijos crecieron con la política y desde llevarlos al Parque Industrial y mostrarles la cantidad de empresas que están radicadas recordando que ahí era un campo en el que no había nada. Eso nos motoriza a seguir trabajando para continuar generando empleo y transformando la ciudad.
-En los últimos tiempos han aumentado las críticas al Gobierno local, ¿usted lo atribuye al año eleccionario?
-No sé concretamente qué críticas, pero fundamentalmente en campaña aparecen las estrategias de los golpes bajos. Principalmente cuando son figuras tan fuertes, como lo fue Eduardo Accastello en la Intendencia o como lo es la imagen del propio intendente Martín Gill. La forma de contrarrestar esas imágenes a veces es con chicanas que pueden ser ciertas, pero se profundizan o se hace un relato que no es el correcto.
-¿Cree que las denuncias contra Accastello fueron una pata de esta disconformidad de la sociedad con el peronismo expresada en las urnas?
-Yo no sé dónde está esa disconformidad, más allá de los dichos a través de los medios que asume esta Asamblea Anticorrupción que se cree paladín de la justicia, cuando en realidad no tienen una trayectoria tan pulcra como para ponerse en paladines. Creo que nadie puede levantar el dedo acusador contra otro. Si uno tiene una duda, va a la Justicia, esa es la institución que debe garantizar que se investigue y que se llegue a una resolución de la causa con las pruebas que corresponden. Lo demás terminan siendo chicanas que se aprovechan más en momentos electorales.
-Desde el año 1999 está en la gestión pública, ¿sufrió mucho?
-Y, uno trata de no sufrir, pero son luchas permanentes. No solo con el afuera para resolver los problemas de la gente, sino con el adentro, las cuestiones que se plantean dentro de una gestión. Por supuesto todos quieren prioridad a la hora de armar presupuestos, no siempre pasa así, y la forma que tenemos de construir es pechando para adelante.
Accastello siempre nos decía que cuando a la noche nos vamos a dormir tenemos que tener la certeza que por lo menos a una persona le cambiamos la vida o le ayudamos a solucionar un problema.
Y por muchos años en la ciudad, se le resolvieron los problemas a mucha gente. Por eso uno tiene las ganas de seguir haciendo cosas. Siempre se reniega.
-¿Recuerda las circunstancias que la llevaron a militar en política?
-Sí (sonríe). En realidad yo ya estaba casada, me casé jovencita a los 20 años, y un amigo de mi marido Pampero fue el que nos acercó a la política: Javier Suppo. Todavía hablo del Gordo y me emociono. El nos convocó, nos contó que estaba trabajando con Accastello que era un joven con mucho potencial y así fue que hablando con mi marido decidimos sumarnos.
Yo trabajaba con mi suegro en un centro de jubilados que él había fundado, y todavía está, colaborando con él, mi suegra ya había fallecido que era la que lo ayudaba.
Y bueno, apostamos a este proyecto, somos parte, hemos compartido muchas cosas, alegrías, tristezas, ausencias, nacimientos de hijos, casamientos, se mezcló mucho lo personal de todo el grupo, por eso el afecto siempre está.
-¿Tenía una formación peronista previa?
-No. Si me hubieran dicho en mi adolescencia que yo me iba a dedicar a la política no lo hubiera creído. Mi mente estaba en ser maestra jardinera que era lo que quería estudiar, después pensé en ser profe para chicos hipoacúsicos, y bueno una mujer experimentada me dijo que la Psicopedagogía me abría un campo más amplio y terminé estudiando eso.
En el medio, antes de terminar la carrera me caso, y termino los estudios ya casada y empecé a militar en política (se ríe) y todo lo que aprendí lo puse en práctica en los lugares que me ha tocado.
Luego hice la Licenciatura en Pedagogía social y nos ayudaba con los proyectos que impulsábamos desde la Secretaría porque nos permitía tener otra mirada.
-Su familia tenía ideas políticas.
-Mi papá nativo español nunca votó, votó hace pocos años cuando se hizo el padrón de extranjeros que solo pueden votar para intendente. De parte de mi mamá, mí tío militante peronista de la juventud, mi abuelo totalmente antiperonista.
De política no se hablaba mucho en casa, por supuesto cuando yo me sumo al proyecto y empezamos a trabajar, mis hermanas y la familia acompañan.
-¿A qué se dedicaban sus padres?
-Mi papá era empleado en Fiat Leone, se fue y abrió una empresa con dos socios más y mi mamá era docente y se había dedicado a criar a sus hijas. En un principio trabajaba en Cúspide y después se retiró porque ya tenía cuatros hijas, todas muy seguidas. La infancia fue muy feliz, de mucho juego, mucho barro, nos íbamos todos los veranos a una quinta en Villa Oeste, estábamos todo el día jugando con otros chicos del barrio. Tengo recuerdos muy lindos.
Y en mi adolescencia nació mi hermano y lo criamos como un hijo de familia grande, muy malcriado (risas).
-¿En el colegio era una alumna aplicada?
Sí, nunca me llevé materias. No me gustaba que me fuera mal, siempre las tenía aprobadas.
-¿Fue de participar en el centro de estudiantes?
-No. Sí teníamos un grupo de amigas que hacían la revista o ciertas cosas y uno apoya, pero nunca estuve en el armado. Sí me acuerdo de Martín Gill que venía a agitar a las chicas de las Rosarinas para participar de los centros de estudiantes.
-¿La idea de ser maestra la tuvo desde niña?
-Sí, no sé si porque mi mamá era maestra. Después me incliné al tema de maestra especial que al final no se me concretó. A veces en las reuniones cuando me pongo a hablar con algún chico me dicen vos tendrías que haber sido maestra jardinera (risas). Tengo buen feeling con los chicos.
-¿Por qué la atrapó así de golpe la política más allá del enamoramiento?
-(Risas) Es que el amor te lleva. Pero además el participar te hace dar cuenta de muchas cosas. Los que dicen yo no estoy de acuerdo con la política están equivocados, porque si no estás de acuerdo con las cosas involucrate, para dar tu opinión y aunque remes y remes tu voz se va a escuchar.
Es mejor que se escuchen desde adentro que desde las críticas de Facebook que no te llevan a ningún lado.
Hoy vemos los chicos en el Parlamento Infantil que participan y es inevitable que esos chicos participen en política, no sólo para gobernar la ciudad, en las instituciones, en las escuelas, la participación moviliza y te hace dar cuenta que sos una parte importante a la hora de querer transformar algo.
Eso me atrapó de la política.
-Cuando escucha decir que el peronismo es el mal más grande del país, ¿qué siente?
-Por ahí podemos decir que los radicales no terminaron su mandato, son motes que nos cargan.
Sí, podemos decir que en los momentos difíciles del país el peronismo se ha cargado la Patria al hombro.
Y eso deberíamos hacer todos, cargarnos la Patria al hombro desde el lugar que nos toque.
-¿Qué cambios vio en el manejo político desde sus comienzos hace veinte años a la actualidad?
-Lo que veo en este último tiempo es que Martín Gill es distinto. Eduardo tiene una conducción más fuerte en el sentido de bajar una línea y que todos se encolumnen detrás.
Martín tiene una forma diferente, es más de dejar hacer, y apostó a la cultura y a la educación mucho más fuerte.
Son momentos políticos distintos, Martín tiene un perfil más académico y le apuesta más a la educación.
Pero son distintos momentos, hubo que construir confianza en la gente y se hizo con obras. Recuerdo en plena crisis de 2000 con el Subnivel que era un pozo abierto y Accastello se agarraba la cabeza y golpeó puertas hasta poder terminarla.
La crisis no estaba en la cabeza de nadie y hubo que generar bolsones, fue una época complicada.
Por eso debemos ser memoriosos, uno cree que de acá para adelante todo es crecimiento y no siempre pasa así.
De hecho lo podemos ver con el Gobierno nacional que prometió una serie de cambios favorables y hemos visto que los cambios son marcha atrás, quitando algunos derechos, sin embargo la gente todavía está esperanzada.
No nos tenemos que olvidar lo que fue la crisis, el corralito. Me parece que este país tiene ese deseo de superación y de borrar los pasados y no hay que olvidarlos.
Porque a veces nos dejamos engañar por lucecitas de colores y no son más que estrellas fugaces.
-Usted estuvo al frente de la secretaría que está en contacto con las personas con mayores necesidades, si tuviera que hacer un balance ¿qué pudo lograr y qué no pudo lograr?
-Es muy difícil la transformación familiar en cuestiones que son de cambio de vida, de entender la importancia de la educación. Eso hay que trabajarlo en forma permanente y cuesta bastante.
Las últimas acciones que se llevaron adelante con el Gobierno de la provincia, con el programa Vida Digna, y muchos dicen pero tantos años para hacer las cosas. Es que en estos años hay muchos hijos que crecieron y se fueron a vivir a la casa de los padres y hoy pudieron hacer la piecita.
Son cosas muy dinámicas y nunca hay que parar de ayudar.
-¿Por qué no se puede dar soluciones a la pobreza?
-(Pausa). Por decisiones políticas o de quienes manejan la economía. Ver que se incrementó la pobreza en el país duele mucho porque eso termina afectando a todos. Recorro los barrios frecuentemente y vemos hoy a mucha gente que pide trabajo, changas, eso años atrás no lo veíamos.
Años atrás todos tenían una changa. Y no es que la asignación universal les solucionaba la vida, era lo mínimo que el Estado les podía brindar para que esos chicos fueran a la escuela y tuvieran control médico.
Y los papás hacían changas y hoy no las tienen. La verdad que da impotencia el no tener la respuesta para decir qué trabajo podemos ofrecer.
-Con la violencia de género, el Estado no encuentra una salida.
-Pareciera ser que cuanto más marchas se hacen, más asesinatos. Hay algunos sociólogos que dicen que cuando los temas se plantean en negativo atraen negatividad. Y en este sentido planteaban en no hacer marchas por una menos, sino hacer marchas por la vida.
Creo que este es un tema que como sociedad nos debemos plantear, ver cómo nos respetamos los géneros y las personas. Hoy no hay respeto, lo ves en la calle, hay un nivel de violencia instalado en la sociedad que si no bajamos esos decibeles terminamos en cualquier cosa.
Me parece que todos estamos en una sociedad y hay que apuntar a una comunidad más de paz, más de diálogo y menos de odio y de resentimiento.
-No cree que desde el poder se ha generado ese clima, ¿por qué estamos tan crispados?
-Ponerlo todo al poder es decir “yo no tengo nada que ver”. Y el dedo se debe girar a cada uno, el periodismo desde la nota que escribe con un título dañino o la maestra o la vecina que se pelea con la otra porque regaron la vereda.
Desde el lugar que nos toca tenemos que pensar las respuestas. Tenemos que concientizarnos para poder abrir el oído al otro.
-Sin embargo estamos viviendo un individualismo del sálvese quien pueda.
-Sí y tenemos que entender que nadie se salva solo. Nos salvamos todos o nos hundimos todos, nadie encuentra el bote salvavidas del Titanic. Si la sociedad se viene a pique por todos estos males, y no luchamos todos juntos para poder resolverlos no viene nadie mágico.
Nos tenemos que proponer cada día ser más solidarios, no podemos responsabilizar a los gobernantes.
Hemos sido un país de luchas y enfrentamientos
La Argentina es un país muy politizado. Y todo el mundo opina de todo. Y está bueno que opinemos, el tema es que lo hagamos desde lo positivo y no generando daño al otro, generando odio al otro.
No puede haber odio de ambos lados de la grieta, la grieta se une trabajando todos para lo que necesitamos hacer.
Acá en Villa María hay acciones en las que necesitamos al Gobierno nacional.
-¿Cómo es la relación entre los dos bloques del Concejo?
-Depende de las épocas. Hay temas que nos dividen bastante. Esta semana logramos aprobar en primera lectura lo del salón La Alhambra, era un tema que me tenía bastante preocupada porque se habían dicho mentiras, cuestiones engañosas y esas son las cosas que me molestan. Cuando vamos con la verdad vos podés decir blanco o negro y busquemos el gris juntos para encontrar la alternativa.
Estas cosas son las que nos tienen que movilizar, por la ciudad, esos temas nos tienen que unir. Por ahí los pedidos de resolución de la oposición son poner un cartel o tapar un pozo. Y legislativamente no son temas que nos movilicen porque son acciones del Ejecutivo.
-¿Y la relación en el bloque propio?
-Somos todos muy distintos, hoy después de las elecciones pudimos hablar de unidad, que todos tenemos que ser más humildes y estar unidos del lado de la gente y con la gente.
Esperemos que sea un mejor año.
-¿Qué le gusta más el trabajo ejecutivo o el legislativo?
-Son tan diferentes. El ejecutivo te demanda todo, te demanda la vida, al teléfono no lo apago a la noche ni siquiera ahora. Es muy intenso.
El Concejo es más político, das la visión desde otro lugar, con otros tiempos, otras discusiones. Los dos son muy apasionantes pero el ejecutivo es muy fuerte.
El haber estado en el ejecutivo hace que hoy tengas la satisfacción de ir a cualquier barrio y viene la gente a agradecerte cosas y te pone la piel de gallina.
-¿Qué ordenanzas le harían falta a la ciudad, según su opinión?
-Permanentemente van surgiendo cosas y la propia gente es la que te va presentando los planteos. En una sociedad que se moviliza siempre van surgiendo cuestiones, los chicos nos propusieron un proyecto sobre el trabajo infantil.
-¿Por qué los tiempos de la sociedad no coinciden con los tiempos políticos? La sociedad va como una liebre y los políticos como tortugas
-No sé si es así. En el tema de las leyes tiene su tiempo, por ahí el ritmo de la sociedad tiene que ver con el individualismo y no le preocupan otras cuestiones. El tema de la poda, cuánto hace que está la ordenanza que se debe contratar un contenedor para sacar la basura. Y no lo hace, y luego se quejan porque la Municipalidad no va a retirar la basura y todos los vecinos se quejan. Cuando es responsabilidad del vecino.
-La protección de los animales es otra de las críticas permanentes…
-Se avanzó con el centro de adopción. Los perros no pueden estar en la calle, provocan accidentes y el Estado se tienen que hacer cargo y los dueños de los perros nos tenemos que hacer responsables de sacarlos a pasear con la correa y evitar que ensucien los lugares públicos.
Tenemos la ordenanza que dice que debemos salir con la bolsita para recoger lo que ensucian en la vereda de otro, pero no se cumple.
Y luego, si hacemos la multa nos cuestionan diciendo que queremos recaudar.
Parece mentira que todavía la gente se enoja porque le llega un multa por pasar en rojo, por ejemplo.
Pienso que como sociedad debemos generar una cultura de ser más responsable.
-Hoy tenemos la concepción de tener un país más republicano, transparente, ¿usted cree que vamos en ese camino?
-Además de la transparencia, en todo ámbito debería ser transparente. Pasa que todo el mundo cuestiona sin saber, se replican las cosas sin saber si son ciertas.
Todo el mundo opina del otro sin importar si es verdad o no.
Con la transparencia y la corrupción, el Gobierno nacional hizo bandera generando odio hacia el Gobierno anterior. Hubo causas, sin duda, pero el presidente se puso hablar cuando él figura con causas por tener cuentas en los paraísos fiscales. Entonces, vos decís quién tiene la vara que mide, quién dice la verdad y quién dice la mentira.
-Otro de los temas que circulan hace referencia a que los funcionarios municipales se han enriquecido…
-Cuando dicen eso que nombren quién, cómo y de qué manera. Porque el decir todos, todos los periodistas, todos los curas, todos, no es así. Hay que ser prudente a la hora de hablar. Cuando me preguntaste si había sufrido mucho en la política. Hubo una oportunidad en que los funcionarios teníamos que tener custodia policial en la puerta de nuestras casas, yo tenía los chicos muy chicos, y nadie me va a devolver lo que pasaron mis hijos y la necesidad de transmitirles que vivíamos en una ciudad tranquila. Esas cosas duelen y solo la sabe uno. Lo que uno deja, lo que uno hace, es muy fácil ensuciar a todos por lo que le dijeron.
Es como decir ponete en mis zapatos si querés saber lo que vivo y lo que me pasa. Los que estamos en política somos humanos, tenemos familias, tenemos que soportar comentarios en los medios que no son ciertos, y tenemos que sostener a la familia.
Es muy difícil.
-¿Sus hijos alguna vez le dijeron mamá por qué estás en política?
-No sé si por estar en la política, pero sí me preguntaron por qué no podés ir a tal reunión, o estar en tal lado. Por qué…
Y uno les vive diciendo que este es nuestro trabajo, ellos tienen absolutamente claro que cada cuatro años se renuevan las autoridades y que se renueva si tenemos trabajo o no.
Cosa que otros no tienen que pensarlo, muchos políticos aparecen en un barrio dos meses antes de la elección. Lo nuestro es todos los días, acompañando a la gente y viendo si después ellos te acompañan.
El voto es lo que te gratifica para saber cómo fue tu gestión.
-¿Los barrios los acompañaron en estas PASO?
-(Pausa) Hubo gente que sí, hubo gente que creo que no interpretó lo que se votaba porque se nacionalizó tanto el odio a Cristina y Unión por Córdoba quedó en el medio. Se votó con el te quiero, te odio. Pero creo que hubo gente que interpretó el pedido del intendente y acompañó a Unión por Córdoba.
Hubo gente con el corazón muy firme con Cristina y tal vez no entendió que aquí el voto útil hubiera sido acompañar a Unión por Córdoba, aunque no hubieran estado de acuerdo con el gobernador.
Era darle un respaldo al intendente por todo lo que está haciendo.
-¿Por qué no podemos votar fuera del “te quiero o te odio”, cómo usted dice, por qué considera que no se vota con la razón?
-Es que no vivimos con la razón, votamos como vivimos. Con el odio o con el amor. Depende de lo que lleve adentro.
El que tiene odio no es posible que lleve una vida de amor en su casa o en su comunidad. Quien vive con odio no vive feliz obviamente. Y es su forma de expresarse en la vida. Y por ahí los medios nacionales hacen que prenda un discurso, había gente que creía que podía votar a Cristina o a Vidal y había que explicarle que acá las listas eran otras.
Los medios nacionales generaron el odio y la confusión. Y lo peor que nos puede pasar es enfrentar la vida con odio.
-¿No piensa que hubo un problema de comunicación con los ciudadanos para que los medios nacionales hayan influido tanto?
-Tal vez la comunicación no fue lo suficientemente clara, habrá que debatirlo y buscar una estrategia para octubre y fundamentalmente para la Intendencia.
Este equipo está muy preparado y la gente tiene que seguir acompañando. No encuentro en ningún partido, modestia aparte, la capacidad que tiene el intendente Gill, la capacidad de Eduardo, de Nora, no veo en otras partidos gente con esa capacidad, esa potencia.
-Si tuviera que hacer una autocrítica…
-La autocrítica tal vez es el estar tanto tiempo. Tal vez es momento de que otra gente se sume, gente joven, con otra mirada, con otras ganas. En realidad pienso que doy lo mejor de mí, con buena voluntad, sin hipocresía, me siento muy satisfecha en mis acciones, en mis dichos.
Tengo una forma de ser que no me puedo guardar las cosas (risas) y a veces las digo y puede que por un tiempo no me hablen.
-¿Perdió amigos por la política?
-No, quien pierde amigos por la política es porque esa persona nunca fue tu amigo. En determinados grupos que están muy enfrentados por la política uno no habla de política. Por ejemplo, el domingo a la noche, en uno de esos grupos que uno tiene, descubrí otras personas que no eran las mismas caras que uno tenía.
Vos te das cuenta que al agraviar al otro, al expresarse con odio, uno se da cuenta que nunca fue tu amigo si es capaz de agredirte por estas cuestiones.
-¿Cuál es su sueño?
-Mi sueño es poder seguir garantizando la gobernabilidad en la ciudad, para seguir avanzando, para seguir acompañando a los compañeros.
Uno siente que tiene mucho que aportar, y el proyecto te va poniendo en distintos lugares y ese es el sueño seguir concretando todas las cosas que están en la mente.
Me gusta
Compartir con la familia, los domingos son de encuentro familiar.
Me encanta
Viajar, compartir con mi marido un viaje.
Me divierte
Me desenchufa caminar, me energiza.
Me entristece
La injusticia, la vulneración de los derechos del niño, la falta de oportunidades.
Me enoja
La mentira, la difamación, que la gente se maneje con odio.
Opiniones
Mauricio Macri
No comparto en lo más mínimo su accionar como gobernante. Lo que ha dicho no lo ha llevado a la práctica, no cumplió las promesas de campaña y no es una persona que me genere confianza.
Me genera mucha preocupación.
Juan Schiaretti
De la Sota me atraía más en el modo de conducción y de gobernar. Schiaretti no me genera ese liderazgo, uno siempre compara cuando hay figuras tan fuertes.
Sin embargo he trabajado en la campaña porque cuando uno es parte de un proyecto y se toman decisiones no hay que ser traidor, como algunos, y acompañar.
Y lo voy a seguir acompañando.
Martín Gill
Un gran compañero, un militante de la educación, de la cultura, una persona que deja hacer, da libertad y una excelente persona.
“Faltó unidad en el partido en el ámbito local. Si los votos no se hubieran dividido hubiéramos estado más fortalecidos.”
“Se creen los paladines de la justicia, cuando en realidad no tienen una trayectoria tan pulcra como para poder ponerse en paladines.”
“Hubo gente que creo que no interpretó lo que se votaba porque se nacionalizó tanto el odio a Cristina y Unión por Córdoba quedó en el medio.”