
El laboratorio Gornitz está pronto a incorporar un sistema de automatización que permite trabajar con grandes cantidades de muestras prácticamente sin intervención de la mano del hombre. En Latinoamérica sólo hay nueve equipamientos de este tipo, uno solo de ellos en nuestro país

“Si por los sueños no se trabaja, no se logran. El nuestro tiene 20 años y está próximo a cumplirse”. La frase de Pablo Gornitz, titular del laboratorio bioquímico que lleva su apellido, es la introducción hacia una relevante noticia en el marco de esta especialidad: Villa María está próximo a tener un laboratorio con un sofisticado equipamiento que sólo existe, en toda Latinoamérica, en otros nueve lugares.
Se trata de un sistema de automatización que permite manejar enormes cantidades de muestras con una intervención humana mínima. El equipamiento se llama Aptio, cuya fabricación está a cargo de Siemens. Actualmente hay uno en México, Perú, Colombia, cinco en Brasil y en nuestro país está en el laboratorio Stamboulian, en Buenos Aires.
Gornitz contó cómo nació el sueño de acceder a lo último de la tecnología de avanzada. “En el año ´97 fui a Estados Unidos a un curso de automatización y parecía un chico que estaba en Disney. El sueño lleva casi 20 años, la automatización en el mundo no es algo que recién se crea sino que ha ido evolucionando. Ya estos sistemas en el exterior y en ese momento parecían algo inalcanzable”, recordó el médico.
“Sin embargo, el laboratorio fue evolucionando y hace dos años empezó a hacerlo posible porque se comenzaron las conversaciones con Siemens y se incorporaron equipos nuevos”, relató. En ese sentido, adelantó que “el desarrollo total del proyecto va a llevar un año más”.
“Desde el inicio hasta la puesta a punto va a llevar casi 2 años”, confió y mencionó los pasos a seguir. “En los próximos meses van a seguir llegando equipos, luego el software que lo hace trabajar en conjunto y finalmente la línea de automatización. Es como si fuera un rompecabezas y uno va juntando las piezas”. Lo que actualmente funciona en el espacio de trabajo, también formará parte del producto final.
El nuevo equipamiento le demandará al laboratorio una reforma edilicia y contratar más empleados. “Son sistemas que están diseñados para resolver grandes volúmenes, por eso en no todos los lugares se puede tener”, destacó y garantizó que “permite que todo se haga automático, desde el ingreso de la muestra al laboratorio, hasta la emisión del resultado”.
Para entender a qué se refiere cuando dice “grandes volúmenes”, explicó: “Cuando comenzó mi papá hace casi 70 años tenía un paciente por día. Después tenía 5, cuando yo llegué en el 96 teníamos unos 70 pacientes por día. Hoy el laboratorio está procesando 2.500 muestras por día, es decir, en 20 años pasó de tener 100 muestras a 2.500 con picos de hasta 3.000”. Esto es posible porque traen muestras desde cuatro provincias con nueve viajantes.
Este sistema “permitirá liberar al humano de las tareas repetitivas del laboratorio, garantizando la consistencia, es decir, que desde el primero al último análisis salgan todos del mejor modo, sin posibilidad del error humano”.
A su vez, contó que “para acceder al sistema hacía falta un piso de muestras diarias, lo alcanzamos y ahora, a raíz del nuevo equipamiento, podremos manejar prácticamente un número ilimitado de muestras”.
Gornitz resaltó que “son sistemas cuyos costos son enormes y los sistemas se siguen haciendo a medida del usuario”, y que el tiempo de demora para su puesta en marcha se debe a que “el proyecto lleva un análisis de factibilidad, es decir, que pueda ser realizable”.