En diálogo con EL DIARIO hizo referencia a que, en las escuelas, los niños tienen más acceso a la lectura
La reconocida autora de libros infantiles Silvia Schujer brindó ayer por la tarde una serie de charlas ante alumnos del Nivel Primario del Instituto La Santísima Trinidad, en el marco de sus 75 años de vida.
La escritora bonaerense, responsable de títulos como “La abuela electrónica”, “Puercoespín primavera”, “Mucho perro”, “Lucas junta cosas (bastante asquerosas)” y “Maleducada”, arribó por segunda vez a nuestra ciudad en un lapso de tiempo (en mayo había participado de las Jornadas Nacionales de Formación Docente en el Teatro Verdi).
En diálogo con EL DIARIO habló acerca del peculiar encuentro con sus fans, los más pequeños. “Es un sano cholulismo venir porque se genera cierta expectativa en ellos saber si es real o no el autor de los libros. Aunque, si te invitan, es porque ya te conocen de algún modo o les gustó lo que leyeron”, acotó.
Consultada sobre algunas experiencias singulares al respecto, Schujer recordó dos: “Una vez, una maestra de séptimo grado me presentó a sus alumnos diciendo: ‘Ella es la escritora del libro, para que vean que es de carne y hueso’. Y un chico le contestó: ‘Más bien de hueso’”, comentó entre risas. La segunda, adelantó, es más tierna: “Una nena de primer grado me preguntó: ‘¿Cómo hacés para que la letra te salga tan parejita?’, que es parecido a cuando me consultan cómo hago para que no se me canse la mano, porque creen que escribo todos los libros y todos los ejemplares”.
Historias y personajes
–¿Cuál fue la pregunta más extraña que te hizo un niño?
-Si alguna vez había soñado alguno de mis libros o si yo era alguno de mis personajes. Respondí que uno es todos esos personajes, en algunos uno los sabe muy directamente y en otros no tanto. Siempre que escribís estás poniendo algo tuyo, algo de lo que te rodea o de las personas que te rodean. Los personajes no son nada ajenos a uno.
–¿Cómo te inscribís en la gran literatura infantil argentina?
-Soy parte casi del origen de su historia o, al menos, de las ramas que la han solidificado, junto a Graciela Montes, Laura Devetach o Ricardo Mariño. La historia de la literatura infantil argentina en la literatura hispanohablante es muy importante, hizo escuela. En América es muy relevante junto a la literatura brasileña.
–En cuanto a la lectura, ¿las nuevas tecnologías conspiran o aportan otros recursos?
-No lo sé, la verdad. Hay tantos estímulos que entretienen actualmente, como los juegos, la tele, el cine mismo que podés ver en tu casa. Pero, hay que preguntarse primero como adulto, cómo se conserva el deseo y el hábito de leer. Yo sigo leyendo y escribiendo lo mejor posible porque es la única garantía de que algún lector se enganche. De todos modos, no hay que ser hipócritas, porque se pregunta si los chicos leen o no leen cuando uno, al hacer un estudio de conciencia, no puede responder cuántos libros ha leído en un año. El tema está en los adultos. Los chicos están leyendo más que los grandes. En las escuelas se incentiva mucho a la lectura a través de las bibliotecas que funcionan y trabajan en el aula, mientras que en las casas está prendida la tele o la compu.