Esta noche a las 20.30 se realizará la presentación del libro “Trece cielos”, del joven escritor mexicano radicado en nuestra ciudad
La primera obra de cuentos del autor fue editado por El Mensú, lleva prólogo de Juan Solá y está ilustrado por los artistas Nicolás Schuck, Carolina Segre, María Eugenia Fiorenza, Lucre Rasetto y el mexicano Alejandro Barreto.
En este diálogo cuenta sobre su trabajo literario y su arribo a Villa María.
-¿Cómo concebiste la obra «Trece cielos»?
-Surge de la necesidad de contar historias y que éstas lleguen a la mayor cantidad de gente posible. Se fue dando un proceso de evolución, desde que empecé en un taller literario hasta el día de hoy. “Trece cielos” es el trabajo de mucha gente y amigos. Al principio, cuando pensé en publicar mi primer libro, lo veía como algo lejano, ya que editar de manera independiente no es fácil; se necesita contar con los recursos económicos para toda esa gran labor y, por desgracia, el comercio editorial es muy restringido. Después, me crucé con la ordenanza local de mecenazgo y ahí pudo ser mucho más sencillo concretar el sueño.
-¿A qué se debe el título?
-Para los aztecas, “Trece cielos” es un camino que todos debemos recorrer para llegar al fin (que a su vez es un nuevo comienzo) que es la dualidad. Elegí ese nombre porque representa mis orígenes y hacia dónde voy, además de adecuarlo al camino que tuve que recorrer para llegar a concretar el sueño de tener mi primer libro.
-¿Fue una selección de cuentos que venías recabando o fue una producción específica para esta ocasión?
-Fue un conjunto que tenía y venía trabajando y, una vez elegidos, encajaron de manera perfecta en lo que buscaba; una obra que se dividiera en tres partes, que hablaran por sí solas y que se complementaran para darle la circularidad que tanto deseaba.
-¿De qué manera definirías tu estilo?
-Me parece que es variable. El hecho de estar en contacto con muchas emociones me lleva a mutar de manera constante. Es difícil rotularse, pero al menos sé que los cuentos, lo breve y cotidiano, me hacen ovillos en la cabeza que disfruto.
-¿Te reconocés deudor de algún autor o alguna escuela específica?
-Creo que como autores, en mi caso, los tengo como una imagen llenadora y compañera, te diría, sin dudar, a Dostoyevski y Cortázar (por más que sólo el segundo esté más enfocado en cuentos). Pero, hay una pequeña gran disyuntiva, porque creo firmemente que deben llenarte no sólo de letras, sino también de humanidad y compromiso social, como lo tenía De Beauvoir o García Márquez.
Ahora, mis primeros pasos como escritor fueron de la mano de la profesora María Virginia Ventura, quien fue la que me dio “los borrones” iniciales y ayudó a entrar en esta vocación. A ella le estoy muy agradecido.
-Es tu primer libro de cuentos, pero ¿tenés editado algún libro de poesía o de otro género literario?
-No, este sería el primero. La mayoría de publicaciones fueron para concursos, revistas y antologías en Latinoamérica y España.
-Sos oriundo de México pero estás radicado en Villa María. ¿Por qué has recalado en estas latitudes?
-Me vine a estudiar Música a la Universidad Nacional e, irremediablemente, me crucé con la producción literaria. Fue amor a primera vista y me entregué por completo cuando me inscribí a la carrera de Literatura.
-¿Tu estancia en nuestra ciudad de algún modo te ha inspirado en tu obra?
-Sí, es inevitable. Muchas de las historias tienen pasajes de la ciudad y, al crear las situaciones, también te pueden transportan a México, y otras, a un mundo completamente nuevo.
-Has convocado a una serie de artistas (locales y un mexicano) para ilustrar el libro. ¿Ya lo tenías planeado desde el inicio o pensaste que sería oportuno aportarle arte visual?
-De cierto modo. Es decir, cuando “Trece cielos” rondaba en mi cabeza sólo estaba como una posibilidad. Después, la misma obra me lo demandó y no pude negárselo. Además, me pareció interesante la fusión de dos artes; con el desafío de darles la posibilidad a los ilustradores de regalarnos su mirada y tener su percepción para darle fuerza a cada historia.
-Para la edición de libro planteaste, en principio, un proyecto de crowdfunding. ¿Cómo te ha ido al respecto?
-No muy bien. Para los financiamientos colectivos se necesita de muchísima difusión, que se traduce en tiempo y ayuda, y desemboca en gente que aporta. A veces, los que tienen ganas, no les convence por miedo a dónde va a parar su dinero. El financiamiento colectivo es una gran herramienta, pero creo que necesita madurar un poco más en la sociedad para que la gente pueda confiar.
-¿Es una metodología viable para este tipo de proyectos?
– La obra (de cualquier rama artística) puede tener grandes frutos. La recompensa es un apoyo enorme para los que no tienen tanto capital para inyectar en sus proyectos. Pero todo esto sólo puede ser posible si tienes la divulgación idónea. Para eso, la gente necesita creer en las formas colectivas de producir y consumir cultura.
J.R.S.