Escribe Mayra Reynoso (*) ESPECIAL PARA EL DIARIO
“No hay forma de saber si los niños nacen vagos, inteligentes, violentos (…), pero tenemos que ver porque son una construcción nuestra”, señaló
La licencia en Psicopedagogía Liliana González brindó una charla en el auditorio de la Cámara de Farmacias del Centro Argentino, denominada “la construcción de un hijo: a puro amor y límites”, en el marco de una actividad organizada por Fupron y la Cámara de Farmacias.
Desde hace tres años, el área Infanto Juvenil de Fupron realiza diferentes actividades hacia la comunidad a fin de promover la importancia del juego en los niños, como principal etapa de aprendizaje.
“Los hijos son una construcción, no nacen de una determinada manera. No hay forma de saber si los niños nacen vagos, inteligentes, violentos. Simplemente nacen, lloran… y más de una vez nos preguntamos: ¿yo que tengo que ver si nació así? Pero tenemos que ver porque son una construcción nuestra”, dijo Liliana González.
La especialista sostuvo que los niños deben tener tiempo de ser niños, de jugar, de querer, ya que muchas veces están en doble escolaridad o tienen una agenda completa de actividades, respondiendo al deber, a la autoridad, pero no al tiempo de disfrute, de juego. “La infancia es juego”, afirmó.
“Los hijos son una construcción. Los padres son los arquitectos que los sueñan, los dibujan, pero también son los albañiles, la parte de los cimientos, lo que no se luce, pero es muy trabajosa. Ese es el trabajo de papá y mamá”, manifestó.
En ese sentido, los padres deben conversar y tomar decisiones en equipo, para de ese modo transmitir a sus hijos el respeto por la autoridad, seguridad y que aprendan quiénes son los adultos y quiénes los niños.
En la charla no faltaron los ejemplos de las consultas que recibe a diario, entre ellas, la falta de lectura de los niños y la poca relación social que presentan. Aseguró que esto se produce a partir de que los chicos (y padres) se encuentran rodeados de pantallas, y entonces ya no se interesan por la lectura y escritura.
“Familia y escuela deberían transformarse en socio-educativos. Los padres ponen a los chicos en la escuela en marzo y esperan ganancias en diciembre, sin acompañamiento y prevaleciendo la crítica frente a los maestros”, graficó.
Para finalizar aseguró que los pequeños se construyen con amor y límites. “El niño tiene que sentirse muy amado, muy valioso, para aceptar el no”. Los padres debemos saber que no enseñamos a los niños ni les evitamos el sufrimiento diciendo sí a todo, comprándoles todo, sino que, por el contrario, no los preparamos para la vida.
*Comunicación Institucional Fupron
“Los padres son los arquitectos que los sueñan, los dibujan, pero también son los albañiles, la parte de los cimientos, lo que no se luce, pero es muy trabajosa”.