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La fachada no se condice con sus instalaciones y menos con la atención del “profesional” aludido

Odisea: la salud, los médicos y nuestros héroes

La fachada no se condice con sus instalaciones y menos con la atención del “profesional” aludido
La fachada no se condice con sus instalaciones y menos con la atención del “profesional” aludido

Siempre defendimos la salud pública, la que debe brindar el Estado, entre ellos el Hospitalito de Villa Nueva, pero el sábado tuvimos la gran decepción (y no es la primera).

Cada vez que asistimos al lugar, tratamos de ver alguna mejora y hasta nos parece verlas. La calidez de algunos trabajadores de allí en verdad satisface, da gusto. Pero no tanto.

El sábado por la noche nuestro padre se descompensó y lo primero que hicimos fue llamar a nuestros héroes, los Bomberos Voluntarios, en este caso de Villa Nueva. La primera cachetada fue esta, la que confirmó que estos servidores no cuentan con una ambulancia para asistir a sus vecinos cuando los necesitan en una emergencia. «Nosotros no tenemos ambulancia», se disculpó el bombero en el teléfono, y de inmediato ofreció llamar al 107. «Lo hacemos así», me anunció y me solicitó algunos datos.

Nuestro padre reaccionó tras haber perdido el conocimiento y con enfermeras en la familia decidimos trasladarlo en un automóvil particular hasta el Hospital Comunitario de Villa Nueva. La intención fue entonces dar aviso al 107 para hacerles saber que el paciente estaba en camino, pero la línea dio con Villa María, lo que me indicaron, no tiene relación. Al cumplirse los 10 minutos del primer llamado a Bomberos arribó al lugar la ambulancia (buen tiempo), por lo que le pedí disculpas enseguida y le hice saber sobre el traslado, pero el médico que allí llegaba reprochó igual porque no le avisamos, entonces le hicimos conocer que tratamos. Señalaron que volvían hacia el centro de salud para atender el caso.


Muy desagradable

Cuando nuestro padre llegó al Hospitalito, claro, no había médico y debió esperar. Lo bajaron y en las instalaciones, que dejan mucho que desear, aguardó junto a hijos y sobrinos. El profesional de la salud llegó y sin sacar las manos de los bolsillos, estetoscopio al cuello, lo primero que preguntó fue «qué mutual tiene». No le tomó la tensión arterial ni la frecuencia cardíaca. O sea, verificar los signos vitales. El médico debió haber constatado los signos vitales que minutos antes habían sido tomados por la enfermera y estaban fuera de los parámetros normales. Lo mandó directo a la clínica privada.

Mi padre es jubilado, tiene PAMI. Pero lo primero es que sufrió una descompensación. Se desmayó. Palideció y cayó al suelo, estaba sufriendo un dolor en el vientre y confesó que se había automedicado.

El grupo familiar presente en el Hospitalito solicitó que lo trasladaran en ambulancia, cuando este médico, que dijo debía estar jubilado ya, pretendía que lo lleváramos en auto. Luego de insistir que se hiciera en el vehículo sanitario también se negó a acompañarlo. Finalmente y como un chico obligado, se hizo esperar y subió a la ambulancia. Otro tema. Tuvieron que esperarlo, el chofer demoró en abrir la ambulancia para que familiares y padre pudieran subir, con el cuidado de no golpearlo con las puertas, que no cuentan con trabas y se cierran de golpe. El médico lo hizo subir por sus propios medios y no accedió a acomodarlo en la camilla. Iba mal, flexionando sus piernas, incómodo y en ese marco el galeno comentó: «Lo que pasa es que usted es demasiado largo». Sí, mi padre mide alrededor de 1,80, pero a unas cuatro cuadras el chofer se detuvo y ayudó a acomodarlo para seguir viaje hacia el sanatorio Cruz Azul de Villa María. O sea que podía trasladarlo en mejores condiciones, pero el caprichoso facultativo se quedó inmóvil sentado en su lugar dentro de la ambulancia. Inexplicable actitud.


Profesionales

Al llegar a la clínica privada, el médico de la Guardia de allí constató lo que debió hacer y no hizo el primero en atenderlo: revisaron la frecuencia cardíaca, la que se manifestaba acelerada. Así determinó como primera medida realizarle un electrocardiograma, donde confirmó esa aceleración, la que lo mantiene en la sala de terapia intensiva (aunque ya con cuidados «intermedios») del Cruz Azul. Además, registró cuadros febriles, pero son demasiados detalles.

Se deberá someter a diversos estudios que esperamos PAMI tenga cubiertos, por si le interesa al médico, pero lo más importante es que se recupera bastante bien, está de mejor humor a pesar de usted y de profesionales que cumplen con su trabajo y su deber, manifestado en el público juramento hipocrático que hacen los médicos donde se comprometen «solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad». Un profesional puede atentar de tal manera contra lo público que defenestra lo que un ciudadano puede defender de lo estatal. Pero es ideológico, y el médico dejó en claro que no le interesa tampoco.

Es una pena, además, que la fachada del Hospitalito no coincida con las instalaciones en total ni el equipamiento. Pero también da mucha bronca que nuestros héroes cotidianos, los bomberos, no cuenten en Villa Nueva con una unidad de ambulancia, de la que deberán dotar el Gobierno provincial (con el Impuesto al Fuego, por qué no) y gestionar el Estado municipal, para que el pueblo villanovense tenga mejor atención en una urgencia y los servidores no deban andar disculpándose por esa falencia. Pero claro, el municipio deberá atender esta cuestión luego o mientras mejora la realidad de la salud pública en la ciudad.

Franco, Yanina y Sebastián Gazzoli

 

 

Por Delfina

Familia, amigos a todos los que me están preguntando por el estado de salud de Delfina.

La verdad que no la estamos pasando muy bien. Estamos con mucha incertidumbre, angustia y preocupación por nuestra hija. La semana pasada que fue de descanso, después de la quimioterapia que empezamos con la tercera etapa del tratamiento. Delfina en tres o cuatro oportunidades me dijo: «Mamá, ay no veo, no veo!!». Entonces le pregunté si veía oscuro o borroso. Me contestó que «nubladito, mamá». Y al instante se le pasa. Entonces esta semana que empezó de nuevo con las quimioterapias lo consulto con los médicos. Le hacen un fondo de ojos, y ven inflamado y dañado. Ahí me dicen que tienen que hacer una tomografía computada por algún supuesto tumorcito u otra cosa. No podía creer lo que me estaban diciendo, por Dios !! No podía ser cierto!! Deseo tanto que esto se termine, por Dios… es tremendo.

Oré tanto, pedí a mis hermanos de fe que clamaran al Señor por mi hija!! Y para la Gloria de Dios no salió nada, la tomografía dio muy bien!!

Entonces como vieron esa lesión me pidieron una resonancia magnética, porque sospechan que la misma droga de las quimioterapias estén obstruyendo tejidos de los ojos.

El lunes a la mañana (por ayer) tenemos turno para este estudio. Así que bueno, encomendadas a Dios. Que El todo lo puede que nos fortalece!! Amén.

Nada, simplemente pido que oren por hija y todos los niños enfermos. Se los pide una mamá que tiene su corazón lleno de «agujeteritos», como dicen mis hijas!! jaja. Gracias a todos. Dios los bendiga y desde el lunes les cuento lo que nos digan.

Lo hago público ya que son muchos mensajes y por distintos medios. Gracias.

La mamá de Delfina