Atocha, en la memoria
Lejano tiempo, aparece en nuestra memoria la figura de esta mítica población minera, que se encuentra a aproximadamente 300 kilómetros de la frontera Argentina (ferrocarril La Paz, Buenos Aires).
Abirragada su población compuesta por pequeños comerciantes, contrabandistas y mineros arruinados.
Entre estos últimos se destacan los llamados ‘pirquineros avezados’, buscadores de minerales en la montaña, los que muy de vez en cuando encontraban vetas con proyección económica.
Estamos hablando del estaño, la plata, el oro o el wolfram, que en alguna ocasión significaban explotaciones de altísimo rendimiento.
Un río de ancho de aproximadamente 200 metros, generalmente seco, tenía en la otra orilla un potente ingenio de concentración y laboreo de minerales propiedad de uno de los ‘barones del estaño’.
Las vías del ferrocarril en mi evocación conducían largos trenes, con material de guerra y pequeños camioncitos Ford A de característico color verde militar, rumbeando al sur, acercándose a los campos de batalla de la Guerra del Chaco.
La otra cara de esta medalla, dolorosamente rememorativa, lo constituía el andén de la estación ferroviaria, que veía lentamente pasar trenes inundados de heridos, que mostraban sus dolorosas heridas, sus sangrantes vendajes, bajo la piadosa bendición de un sacerdote estacionado a la vera.
Dos caras de una medalla, de doloroso recuerdo y funestas consecuencias, para una parte grande de nuestro territorio que pasó a manos del Paraguay.
Al margen de lo dolorosamente prescriptivo, está la lección de madurez que debieran adquirir ahora y siempre nuestros hombres públicos conduciendo con inteligencia y genuino patriotismo la suerte de nuestro pueblo.
En definitiva, esta página y todas las de nuestros pueblos deben ser maduras fuentes de reflexión y patriotismo.
Manuel Cárdenas Fuentes,
DNI 11.919.477
Agradecidos
Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento al servicio de emergencia del Hospital de Villa Nueva y del Hospital Regional Pasteur por la pronta atención a nuestro padre, Andrés Castro.
Vaya también nuestra gratitud al equipo médico y de enfermeros de la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio Cruz Azul.
En todos podemos destacar su labor profesional, calidad humana y sobre todo el respeto, cuidado y atención que brindaron hasta el último minuto de vida de nuestro familiar.
Felicitaciones por su excelente trabajo en equipo.
María Nélida Castro
Populismo a la europea
El populismo es una actitud o tendencia política dedicada a defender los intereses del pueblo contra la arrogancia o la corrupción de los ricos y poderosos.
Se caracteriza por utilizar la indignación de un número importante de ciudadanos para alcanzar el poder, y una vez logrado, suprimir las libertades públicas inherentes a la democracia para imponer su ideología autoritaria y, en casos extremos, totalitaria, contra todo aquel que discrepa, como ocurrió con el comunismo en el siglo pasado, de infausta memoria.
Por eso resulta que los populismos son mayoritariamente de izquierda, de una izquierda radical que aspira a imponer a todos los ciudadanos su ideología por la amenaza verbal y la violencia física contra cualquiera que no acepte sus planteamientos.
¿Existen los populismos de derechas? Me parece que no pueden llamarse así, si como pienso, las corrientes populistas de los países que se enumeran a veces, como Francia, Suiza, Austria, etcétera que tratan de aliviar o defender el descontento de una parte importante del pueblo, en mi opinión no persiguen la destrucción de la democracia.
En todo caso podrían denominarse populismos moderados nacionalistas.
Además, en el caso de Polonia, Hungría y Eslovaquia, los partidos que los gobiernan son tildados por algunos de populismos de derecha, cuando lo que defienden en realidad es la defensa de su historia, tradiciones, cultura, creencias, costumbres, etcétera, en una democracia representativa, y sus derechos están siendo oprimidos por la UE, que trata de imponerles con amenazas el aborto, el matrimonio homosexual, los anticonceptivos, la ideología de género, etcétera, prácticas todas ellas contrarias a sus convicciones y costumbres milenarias.
La UE deberá cambiar su orientación política, respetando las características sociológicas de cada país miembro de ella, puesto que si no cambia radicalmente de política en el futuro y sigue intentando configurar y cambiar a su antojo esas características de sus miembros, cada vez habrá más ciudadanos y países que se rebelarán contra ella y harán inviable su permanencia en el tiempo.
Roberto Grao Gracia