Estimados sres. de EL DIARIO del centro del país:
Me pongo en contacto con uds. a los fines de hacerle conocer un hecho ocurrido el día viernes 17/02/2017, entre las 10.45 y 12 horas en las oficinas del PAMI y del cual fui testigo directo.
El hecho comenzó a mi llegada al edificio antes mencionado, en dicho momento en la recepción se encontraba una persona mayor de edad, que se sostenía con un bastón, además de otras personas que se encontraban haciendo cola para ser atendidos.
La señora jubilada solicitaba que le dieran un turno para ser atendida en dicha delegación, a lo que el personal en función le pidió que sacara un turno vía Internet o llamando a los números 0800… o bien al 138.
La señora que necesitaba ser atendida le responde que ella no maneja dicha tecnología, a lo que yo le agrego que no intente comunicarse telefónicamente, pues es imposible, ya que las líneas se encuentran permanentemente ocupadas, y de esto doy fe ya que yo mismo intenté sacar un turno para mí, como apoderado de mi señora madre y el sistema estuvo caído por lo menos y como mínimo dos días y al intentar sacarlo por teléfono la respuesta de Telecom era sistema saturado.
He aquí, lo más irrisorio de toda esta situación fue la respuesta del personal público (a quien con nuestros impuestos les pagamos el sueldo y qué sueldo), ponga el reloj a las 2 o 3 de la mañana y llame a esa hora que las líneas se encuentran menos saturadas. Aquí quiero detenerme para recordar, y para no salir del foco del problema, que la persona era una señora mayor que se sostenía apenas con un bastón.
La siguiente solución que le brindaron era que se dirigiera a los centros de jubilados o MuniCerca para que le dieran el número con el turno. Mismo número que antes se daba en dicha institución y que les facilitaba la gestión a las personas de la tercera edad y que concurren habitualmente allí.
Otro tema que me llamó poderosamente la atención y que sería bueno para consultárselo al responsable máximo de dicho organismo (para ello me sentiría honrado hacerlo yo mismo en persona con vuestra presencia), es que no se daban muchos turnos porque sólo había tres personas, de las 10 existentes durante el resto del año para la atención al público, ya que las restantes se encontraban de vacaciones. En este sentido me encuentro totalmente de acuerdo que toda persona que trabaja, por ley, le corresponde tomarse las vacaciones pertinentes. Ahora les pregunto y me pregunto, ¿no hubiese sido lo más lógico, para que el sistema se resintiera lo menos posible, que salieran cinco personas y luego las otras cinco y reforzar la atención con, por ejemplo, personal jerárquico?
Estos señores no entienden que lo que ellos hacen es brindar un servicio público y que a diferencia de los demás servicios están asistiendo al sector más vulnerable de nuestra sociedad, que son los abuelos. El año hasta donde yo sé tiene doce meses, de los cuales dos, o si se quiere tres meses son para vacaciones. ¿Es muy difícil para la autoridad competente en los nueve o diez meses restantes programar las mismas para el personal para que no se produzcan estos desequilibrios?
Ahora bien, vean uds. las contradicciones, yo tenía turno desde las 11.30 hasta las 11.45, me atendieron a las 11.40 hs. Pero si se quiere lo grave no está allí. Lo indignante de todo esto es que les recuerdo que yo llegué a las 10.45 y adelante mío había una sola persona, la que tenía el turno anterior al mío es decir, de 11.15 a 11.30 hs. Uds. se preguntarán qué hicieron algunas de las tres personas que estaban atendiendo, entre las 10.45 y las 11.15, es decir media hora. Una de ella se levanto de su box, tomó un bolso y una taza de té o café y desapareció y otra de ellas regresó a su puesto de trabajo a las 11.30 hs., pero hasta que yo salí de la institución no atendió a nadie.
Pregunto, cuál de las dos versiones debería creer. La que no se daban más turno porque había poco personal para la atención o la que pude observar personalmente en donde estas tres personas no atendieron a nadie durante media hora.
Pero mi periplo no termina allí, mi presencia se debía a que a mi señora madre se le había vencido uno de los cuatro medicamentos que el PAMI entrega gratis y era necesario renovarlo. Llevé el turno que saqué vía Internet y la documentación adjunta necesaria que solicita la misma institución a través de su página web para hacer dicho trámite.
Cuando tengo la suerte de ser atendido, la persona toma la declaración jurada y me indica que el monto de cobro que yo había señalado no coincidía con lo que a ella le figuraba en el sistema, para esta persona el mismo debía ser $11.300 pesos y yo había declarado $ 10.980, y refuerzo este mostrándole el recibo de cobro con el sello del banco correspondiente donde se ve claramente que el monto coincidía con lo que yo indicaba. Respuesta a todo esto, yo no conozco de esto, no sé cuál es el problema del por qué de la diferencia, yo me aferro a lo que veo en la pantalla, aquí te entrego este formulario (con membrete de la institución), saca un nuevo turno para el día martes o jueves de 7 a 11 hs., para ver una asistente social, trae toda esta documentación, sin mediar información respecto de cada ítem solicitado y buenos días.
Yo tengo 53 años y mi señora madre tiene la suerte de que hay alguien que puede interpretar lo solicitado y puede llevarlo a cabo. Pregunto, por último, ¿todos nuestros abuelos de Villa María tienen las mismas posibilidades? Señor director de PAMI Regional Villa María, ¿ud. cree que ésta es la atención que se merecen nuestros mayores?
Sabe que ud. debe tener muchísimas excusas para dar y sería un honor para mí reunirme con ud. y la prensa escrita, oral y televisiva para que le dé una respuesta a toda nuestra sociedad, en especial a nuestros abuelos. Lo único que quiero pedirle con todo respeto, no tire la pelota para arriba (Nación), para el costado (ANSES) o para abajo (empleados), juéguela ud. Nuestros ancianos no se merecen esto, la sociedad no se merece esto.
Desde ya lo saludo muy cordialmente y quedo a vuestra disposición para lo que desee.
Atte. sr. Sergio Raúl Guillén – DNI 16.683.745
Sr. director de la Cooperativa Comunicar, editora de EL DIARIO del centro del país:
Me dirijo a usted, a los efectos de que quiera publicar en ese prestigioso medio lo siguiente:
El día sábado 14 del corriente concurro al Anfiteatro Municipal al Festival del Adulto Mayor que se realizaba en su quinta edición. Todo transcurrió en un clima de fiesta para los miles de abuelas y abuelos presentes, organizado por PAMI y la Municipalidad, que se extendió pasada la medianoche, eso habla a las claras que la organización fue para destacar.
El domingo compro los diarios y me entero que el sr. gerente de la sucursal 3 Córdoba de PAMI, que aún no conocemos personalmente a pesar que hace más de un año que está en el cargo, hace declaraciones, sentado en el escritorio del partido político Cambiemos, pidiéndole al jefe de la agencia PAMI que mejore su atención con los turnos, poniendo al Sr. Varroni y al personal a su cargo en tela de juicio, como los malos empleados.
Como viejo dirigente de uno de los centros de jubilados de Villa María le digo al sr. José Arnoletto: primero porque rechazo de plano sus declaraciones vertidas, con todo respeto; segundo, por la falta de respeto con los centros de jubilados que le ponen el pecho todos los días para que usted esté sentado en su sillón del tercer piso de PAMI, dando órdenes, en vez de acercarse a las instituciones, dueño de la obra social.
Tercero porque en los 26 años que llevo al frente del Centro, es la primera vez que un gerente de la sucursal Córdoba no viene a Villa María, será que tendrá temor de pasar un papelón, o ser tratado mal, recapacite.
Cuarto, porque usted vino al Festival de los Adultos Mayores o a promoverlo para ocupar el cargo del sr. Varroni, al dr. Zazzetti, que usted dice conocerlo desde hace tiempo.
Nosotros también lo conocemos y respetamos como profesional, pero sepa ud. que los 40 años de trayectoria que tiene el sr. Varroni en la agencia, que comenzó a formarla con uno o dos empleados, que fue formador de los 42 centros del Departamento San Martín, que siempre está acompañado por sus colaboradores, apagando fuegos, aunque usted es el responsable directo de apagarlos.
Para concluir, le digo con respeto, piense en el daño que le ocasiona a la agencia y por ende el daño moral y psicológico al jefe de la agencia, espero que respete y trate de ser digno de sus funciones.
Risieri Bettiol, presidente del Centro de Jubilados Fraternales Villa María
Lidia Silva, secretaria del Centro de Jubilados Fraternales