Tiempo de pánico moral
En Sociología el concepto de “pánico moral” se define como una reacción de una parte de la sociedad que considera a otra parte de la misma como una amenaza para sus valores e intereses.
Estas reacciones son estimuladas por una cobertura mediática.
Este fenómeno social constituye la base sobre la que surgen y se sustentan los extremismos totalitarios y sus atrocidades. Ejemplo, es el odio antisemita que se fue propagando en la sociedad alemana previo al nazismo y que permitió a Hitler tomar el poder vía elecciones.
Sin pretender comparar, algunos hechos que están ocurriendo resultan alarmantes. Se escuchan expresiones de odio tales como “negro de m…”, “volvete a tu país” “los K son todos choros”, “tienen que ir todos presos” o “hay que matarlos a todos”.
Es grave el nivel de prejuicio que ha emergido en estos meses.
Uso la palabra “prejuicio” ya que la mayoría de los medios comunicacionales junto al actual Gobierno y sectores sociales a fines, juzgan y condenan por corrupción a quienes lideran o integran una fuerza política antes de que lo haga el propio Poder Judicial que es a quien corresponde esa función.
Meter presas a las personas sin antes probar delito alguno pone en serio riesgo la democracia y el estado de derecho. Periodistas contratados por medios de comunicación oligopólicos instalan el relato de que Lázaro Báez sobornaba a la expresidenta pagando alquileres de inmuebles a Hotesur SA y a Los Sauces SA (familia Kirchner) a cambio de que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner le adjudicara obras públicas pagadas con sobreprecios por el Estado.
Sin embargo, un informe de Vialidad Nacional de 33 páginas hecho en 2016 por el actual Gobierno de Cambiemos no detectó sobreprecios en los pagos a las obras realizadas en Santa Cruz. Tampoco obras ya pagadas que no se hayan hecho.
En unos de sus célebres fallos, el Juez Claudio Bonadio, adalid de la “justicia independiente”, señala que los inquilinos que se alojaban en los inmuebles alquilados por Báez si existían, y que los pagos de los alquileres fueron efectuados con cheques (ninguna coima se realiza vía cheque para no dejar rastro).
Nada de esto se informa. Se insiste con que las habitaciones estaban vacías y que CFK debe ir presa. Se apela a un odio que crece de forma indefinida e irracional.
Es extraño que algunos se sumerjan en un odio visceral ante un supuesto hecho de corrupción tan enmarañado e inverosímil y no ante uno mucho más probable como el del Correo Argentino en donde una persona (M. M.) a la vista de todos y sin escrúpulos utiliza su posición en el Gobierno para autoperdonarse una deuda multimillonaria que su empresa tenía con el Estado. Entonces no sé si importa tanto la corrupción.
Lo que sí sé es que se duerme mejor creyendo odiar a los corruptos cuando en realidad se odia a los pobres y a su expresión política: el kirchnerismo.
No es casual que las personas que odian a los pobres (argentinos o extranjeros), odien también al kirchnerismo. Utilizan el mismo tipo de agresiones verbales.
Algunos hablan del ascenso del racismo y la xenofobia, pero esas categorías son parte del engaño. Aporofobia, odio a los pobres, es el término correcto.
No se odia al extranjero alemán, se odia al extranjero boliviano que es pobre. No se odia al morocho que es de clase media, se odia al morocho que es pobre y habita en un barrio humilde.
A los primeros porque trabajan demasiado y “les sacan el trabajo a los argentinos”, y a los segundos porque supuestamente no trabajan.
Si trabajan mucho roban trabajo, si trabajan menos entonces son vagos… da igual.
Los pobres son considerados una carga social ya que no tienen bienes que ofrecer en una sociedad de mercado.
La pregunta es adónde iremos a llegar con un gobierno que festeja marchas cargadas de prepotencia y resentimiento.
Ernesto Bertoglio
DNI 36.793.900
Secretario de Formación Política
La Cámpora – Villa María