Un voto en defensa propia
A las puertas de un nuevo acto eleccionario, este 13 de agosto y luego en octubre, el Movimiento Alfonsinista de Villa María, como parte del Frente Ciudadano formula un llamado a los votantes en general y a esa parte de la comunidad que todavía cree ser representada por la Unión Cívica Radical.
Para ello recordemos las palabras de nuestro referente nacional, Leopoldo Moreau, en un artículo periodístico publicado por el diario Página/12, en fecha reciente, bajo el título “Una tradición a la basura”.
“En todo este tiempo -en el que marcamos nuestras profundas diferencias con los dirigentes de la UCR escudados en la sigla, por su decisión de sumarse a un proyecto de restauración conservadora y neoliberal- evitamos polemizar con ellos personalizando el debate.
Esta vez, no podemos dejar de hacerlo. Gerardo Morales y Mario Negri han tirado a la basura la tradición latinoamericanista de Yrigoyen, Illia y Alfonsín, que -junto a la defensa de la educación pública- han sido pilares fundamentales e inconmovibles de la identidad radical.
Morales dijo que “la Comisión Interamericana de Derechos Humanos son burócratas que viven en Washington”. Esos “burócratas” son los que vinieron en el año 1979 y desnudaron el genocidio que practicaba la dictadura militar.
Morales desconoce que en ese tiempo militantes radicales hicieron cola frente a la sede de la OEA, en Avenida de Mayo, jugándose la vida, para llevar denuncias sobre la desaparición de personas y la existencia de campos de concentración.
No es casual que los desaparecidos que tuvo el radicalismo fueron, precisamente, abogados que defendían los derechos humanos, como Sergio Karakachoff, Mario Abel Amaya, Angel Pisarello o Felipe Rodríguez Araya, cuya memoria con estas declaraciones, Gerardo Morales insulta.
Por su parte, Mario Negri, motivado por llevar la campaña sucia a cualquier terreno, se sumó con un proyecto al desatino que practica el impresentable de Macri, tratando de poner en la agenda electoral una delicada cuestión de política regional. Nadie puede negar que en Venezuela se vive una crisis. Un presidente de Argentina, frente a esa situación, tiene dos maneras de actuar, o hace de bombero o trabaja de incendiario.
Cuando Estados Unidos se preparaba para invadir Nicaragua, Hipólito Yrigoyen le dijo a Hoover, en una comunicación telefónica, que “los pueblos son sagrados para los pueblos como los hombres son sagrados para los hombres”.
Muchos años después, Arturo Illia -en 1965- se negó a enviar tropas argentinas a la invasión norteamericana a Santo Domingo, a pesar de las presiones de la OEA y del entonces comandante en jefe del Ejército, Juan Carlos Onganía.
Unos cuantos años después, Raúl Alfonsín tuvo que decidir sobre una crisis aún mucho más riesgosa que la que presenta hoy la situación de Venezuela. En ese entonces, el Gobierno de Ronald Reagan había preparado una invasión a Nicaragua -gobernada por los sandinistas- que, de haberse producido, habría contagiado a toda Centroamérica en un baño de sangre incontrolable. ¿Qué hizo Alfonsín? Se puso al frente de un grupo denominado Contadora, que medió en el conflicto desembocando en un proceso electoral que evitó la invasión, pacificando así a toda la región.
En una etapa más contemporánea, en su rol de secretario General de la Unasur, Néstor Kirchner logró superar una crisis que podría haber derivado en una guerra entre Venezuela y Colombia, sentando a una mesa, nada más y nada menos, que a Hugo Chávez y Alvaro Uribe, representantes de dos extremos en materia de mirada política.
Sabemos que es una herejía comparar a Yrigoyen, Illia, Alfonsín y Kirchner con Mauricio Macri, quien ha decidido en el caso venezolano actuar como un piromaníaco que anda desparramando nafta irresponsablemente.
Lo hace por dos razones, en primer lugar porque quiere servir a los intereses de la derecha norteamericana, y en segundo lugar porque quiere bastardear, incluyendo en la agenda electoral, un tema de política regional extremadamente delicado.
Mario Negri y muchos radicales deberían reflexionar sobre la diferencia que hay entre estadistas y un mamarracho.
También deberían reflexionar sobre la tradición radical de no intervención ni injerencia en los asuntos de otros países hermanos.
En realidad, estos horrores de política exterior del gobierno macrista -a falta de otras razones que sobran- deberían ser motivo suficiente para que abandonen Cambiemos.
Pero no soy ingenuo, sé que es pedirles demasiado a ellos, aunque no a quienes abrazaron la causa del yrigoyenismo y del alfonsinismo”
En resumidas cuentas, el ejercicio del voto tiene, en esta oportunidad, una trascendencia imaginable, para detener esta espiral de caída del pueblo de la Nación en una aventura cuyas conclusiones serán devastadoras para el cuerpo social.
Llamamos a votar en defensa propia y, en cuanto respecta a esta parte del país, nuestra representación está corporizada en la Lista 5, del Frente de Unidad Ciudadana de Córdoba, con Pablo Carro a la cabeza.
Daniel Azcona y Hugo Garrido, por el
Movimiento Alfonsinista de Villa María
Agradecimiento al Hospital Pasteur
A través de la presente nota, me dirijo a usted y por su digno intermedio al cuerpo médico, al personal de enfermería de la Guardia y al de la Terapia Intensiva del Hospital Regional Pasteur, con el objetivo de expresar mi absoluto agradecimiento y el de mi familia por la atención recibida durante los días miércoles 5 al viernes 7 de julio del presente año, luego que arribara con un problema cardíaco, situación en la que fui atendida, desde el primer momento, con idoneidad y profesionalismo.
Mientras estuve en terapia me realizaron estudios y monitoreos permanentes, con una atención humanitaria que me sostuvo en ese tiempo de extrema preocupación para mí, mis familiares y amistades. Quiero resaltar el buen trato, el acompañamiento, la comprensión y la seguridad que me hicieron sentir, a través de toda la atención recibida.
En momentos de crisis, y fundamentalmente cuando está en juego la salud, uno valora cada gesto solidario, cada acción hecha con cariño, cada atención bienintencionada. Todo eso y mucho más… recibí yo, de cada uno de los médicos y enfermeros de la Guardia y la Terapia Intensiva del Hospital Regional Pasteur.
Infinitas gracias a todos.
Sin otro particular, hago propicia la oportunidad para saludarlo con atenta y distinguida consideración.
Juana Inés Albisu