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Los libros, como una terapia ante la angustia que provoca la existencia

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Los libros, como una terapia ante la angustia que provoca la existencia
Avido lector y escritor por placer, Dahbar inició su derrotero literario recién a los 20

Nuestra ciudad y la Feria del Libro de Córdoba serán los sitios de lanzamiento de “Windows se está cerrando”, la serie de cuentos del novel autor

Avido lector y escritor por placer, Dahbar inició su derrotero literario recién a los 20
Avido lector y escritor por placer, Dahbar inició su derrotero literario recién a los 20

Simón Nicolás Dahbar: tal el nombre de un nuevo miembro de la comunidad literaria de la ciudad, que se prepara para poner a la consideración general su ópera prima: “Windows se está cerrando”, un libro con una quincena de cuentos, que ha decidido publicar luego de incesantes correcciones, una tarea que es directa consecuencia de su carácter exigente.

Nació en Frías, Santiago del Estero, y se estableció en nuestra ciudad en 1989. Tras algunos años en otros lares, retornó a Villa María en 2012.

Cultiva todos los géneros literarios, desde la poesía hasta el ensayo, y no se restringe a una determinada temática: todos los aspectos de la realidad pueden ser objeto de sus afanes de escritor, aunque reconoce cierta inclinación por las cuestiones metafísicas. Confiesa su preferencia por la poesía, tal vez la menos comercial de las disciplinas, pero la más recorrida por quienes gustan del noble oficio de la pluma.

Autocalificado de “perezoso”, Dahbar no es de los que tienen reservada una cierta cantidad de horas diarias al teclado, sino que desgrana oraciones cuando el corazón se lo pide. En cambio, sus horas libres están dedicadas preferentemente a leer a sus colegas. “Soy un lector compulsivo” admite, tal vez como compensación a su hipoacusia, y recita sin dudar a sus preferidos: los porteños Pedro Mairal y Florencia Abbate y al cordobés Hernán Arias, además de sus amigos en el arte de las letras.

Acerca de “Windows…” el joven autor concibe a cada cuento como “un golpe más directo que la novela. Cortázar decía que el cuento gana por nocaut, mientras que la novela lo hace por puntos”. El autor de “Rayuela” fue en su momento quien le despertó la pasión por la literatura a través de sus famosas obras, completando la influencia que su padre, un comprador compulsivo de libros, le transmitió.

El clic de la caída de la ficha recién operó en Simón a la edad de 20 años, cuando el rumbo parecía direccionarse a la Administración de Empresas. “De repente me di cuenta que me iba a morir, y esa angustia existencial sentí que podía menguarla leyendo libros, a los que les encuentro la propiedad de curar dolores”, confiesa.

Su exploración terapéutica partió desde la colección de obras de Adolfo Bioy Casares, y tuvo una estación fundamental en la producción de Julio Cortázar: “Cuando lo leí, inmediatamente pensé que mi destino sería ser escritor. Y aún hoy siento una particular felicidad y catarsis cuando escribo”.

Sus textos no sólo tienen como soporte el papel, sino también la nube tecnológica. Quien quiera recorrer sus escritos puede acceder al perfil de Facebook de “Pedro del Barranco”, su alter ego, que sigue con cierta fidelidad las tradiciones de su nombre: Pedro, por Simón, el apóstol, y del Barranco por Dahbar, que en árabe significa “hombre caído del barranco”.

Ayer, por ejemplo, escribió en la red social que: “La concepción filosófica de la derecha es el pesimismo puesto que considera que el hombre ha nacido para obedecer y vivir sometido, de ahí que se valoren ideas de autoridad y disciplina; la izquierda, por el contrario, considera al hombre como un ser libre y básicamente igual a los otros, es optimista ya que estima la independencia de pensamiento. Para mantener la disciplina la derecha es partidaria de la mano dura y la represión, pues el sentido jerárquico de ver la sociedad y la sumisión de las masas a los sectores del orden la llevan invariablemente por estos derroteros.

Sucede que a veces coexisten la izquierda y la derecha en un mismo pueblo, en un mismo partido político y hasta en un mismo hombre. Los términos no están deslindados y son cuanto menos confusos. Vale exponer la siguiente paradoja: la izquierda, por principio, les permite a los ciudadanos elegir en qué bando estar mientras que la derecha obliga a estos a someterse a la férula de su omnipotente poder”.

Quienes deseen conocer más de su producción, pueden acceder a nuestro sitio web, y apreciar una selección de sus cuentos: se ingresa en el enlace http://www.eldiariocba.com.ar/cuentos/.