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Hoy, revisando archivos antiguos en mi computadora, encontré el acta de conformación de la Juventud Demócrata Cristiana (JDC) nacional, de noviembre de 2008. Todavía éramos jóvenes -idealistas seguimos siendo-.
Esa convención nacional de juventud fue promovida y financiada por nuestro querido Luis Cruchinho. Otra de sus obras. Movilizó a jóvenes de todo el país hacia Villa María para esa convención. Y dio sus frutos. Se formó la Juventud Demócrata Cristiana Nacional.
Hoy ya no lo tenemos a Luis. Se nos fue uno de los mejores dirigentes que tuvo nuestro querido partido en los últimos -muchos- años. Un hombre alegre. Serio cuando debía serlo, pero alegre. Una persona comprometida con la realidad social del país. Y de una apertura increíble. Abrió el partido y eso le dio vida. Y así como abrió el partido, era una persona abierta a las necesidades de las personas que lo rodeaban.
Luis era un dirigente dispuesto a fomentar el crecimiento del partido desde la juventud. Movilizó siempre a jóvenes de todo el país para conformar la juventud de esa fuerza. A él no le importaba dejar sus obligaciones por nosotros, aún jóvenes, para que trabajemos todos unidos por un partido fuerte y de ideas claras.
Siempre tenía un lugar en su agenda para nosotros. Siempre se preocupó por nosotros. Siempre tuvo tiempo para prestarnos el oído y aconsejarnos. Era un tipo bárbaro. Humilde, trabajador, divertido.
Una de sus características era su memoria. Nunca se olvidó de llamarnos, preguntarnos por cosas específicas que habíamos hablado con él tiempo atrás. Ya no solo era un dirigente, pasó a ser un referente y amigo. Un amigo que estuvo siempre atento a nuestras necesidades, tanto como juventud del partido como personales.
Su humildad y entrega creo que serán características que siempre llevaremos en nuestro corazón y memoria.
Yo tuve el privilegio de ser llamado por él para trabajar en Villa María y de esa forma compartí muchos momentos con su círculo más cercano. Creo que las interminables charlas y anécdotas, café de por medio, serán un hermoso recuerdo que quedará en mi memoria para siempre.
Cuando viajábamos a despedirlo, el lunes 28 de mayo, en el auto, los antiguos JDC recordábamos alegremente todas sus ocurrencias, que hemos vivido con él. Se nos escaparon algunas lágrimas. Lágrimas de tristeza por su partida, pero de emoción también al recordarlo.
Gracias querido Luis. Gracias por tu entrega generosa. Gracias por acompañarnos.
Gracias te decimos los que te hemos querido como a un padre.
Marcelo Raspanti, expresidente de la JDC Córdoba