Analía Lynch dijo que no le interesa la suerte que corra uno de los autores materiales del atentado, sino que pretende que se descubra a los que diseñaron el ataque
A título personal, Analía Lynch, esposa de Alejandro Roganti, aseguró que no le afecta ni le interesa la posible reducción de pena de Sebastián Eve y en cambio demandó que la Justicia persiga al autor intelectual del atentado sufrido por su marido.
Roganti, exdirigente del Sindicato de Luz y Fuerza y exlegislador provincial por el juecismo, fue atacado a balazos en su casa de barrio Rivadavia el lunes 14 de abril de 2008, adelante de su familia.
Por el hecho fueron condenados los hermanos Eve, Sebastián en junio de 2010 en Villa María y Maximiliano en agosto de 2014 en la capital cordobesa.
Se los consideró autores materiales del alevoso episodio, mientras que la Justicia provincial nunca halló a los autores intelectuales del atentado, que la víctima siempre adjudicó a la cúpula del poderoso gremio lucifuercista, su titular Eduardo Brandolín y su mano derecha Miguel Angel Valente.
Ahora, la defensa de Sebastián Eve solicitó la reducción de su pena y por orden del Tribunal Superior de Justicia la Cámara del Crimen de Villa María deberá discutir el monto de la misma sobre una escala penal menor a la que se tuvo en cuenta cuando fue sentenciado: en vez de 13 años como mínimo, se analizará sobre la base de 10 años.
Ayer, entrevistada por EL DIARIO, Analía Lynch confió que en su momento perdonó a los Eve y que este pedido no le afecta.
“A mí no me afecta ni me interesa esta nueva cuestión. Tal como se lo dije en su momento en la cara, lo perdonaba, no tengo nada en contra de ellos. Fueron instrumentos”, declaró.
Dando vuelta la página sobre la autoría material del intento de homicidio, Lynch apuntó directamente hacia la autoría intelectual del hecho. “Cuando en 2010 se condenó a Sebastián, el Tribunal dictaminó que se continuara con la investigación. En agosto de 2014, cuando se penó a Maximiliano, la Cámara dictaminó lo mismo, esta vez dando nombre y apellido”, recordó, haciendo alusión a la sentencia de la Cámara Octava del Crimen de la ciudad de Córdoba del 13 de agosto de 2014, hace exactamente tres años.
Ese día, en el fallo los jueces pidieron a la Fiscalía del Tercer Turno de Villa María -por entonces a cargo de Daniel Del Vö- que profundizara la participación que habrían tenido el secretario general de la Regional de Luz y Fuerza, Eduardo Brandolín, como así también otro miembro de ese sindicato Miguel Angel Valente.
Sin embargo, desde entonces nada de esto ocurrió.
“El fiscal (Del Vö) se apartó del caso y el expediente pasó a otra fiscalía (la del Primer Turno, encabezada por Silvia Maldonado), lo que nos generó expectativas y esperanzas. Pero no hubo avances en dos años, a pesar de los testimonios y las pruebas que existen”, subrayó ayer Analía Lynch.
Fue enfática al señalar que “si por derecho le corresponde a Eve una reducción de pena, que así sea”. “Fueron instrumentos enviados por un mafioso. Y a pesar del daño enorme que generaron, no tengo nada en contra de los hermanos Eve”, aseguró.
En este tramo de la nota, la esposa de Roganti se emocionó al hacer referencia al daño que el atentando generó a los tres hijos de la pareja. “Ojalá al salir de la cárcel puedan reconstituir sus vidas. Lo que a mí me genera bronca e indignación es la inacción de la Justicia sobre la autoría intelectual”, advirtió.
“En este contexto termino pensando como dice Eduardo Galeano, que la Justicia es como la serpiente, muerde a los que están descalzos”, manifestó. Y dijo que le preocupa la impunidad de quienes pergeñaron el intento de homicidio, porque “así como en su momento contrataron a los Eve, pueden volver a actuar”.
Cuando se le preguntó si ratifica las sospechas sobre Brandolín y Valente, Lynch recordó que “los mismos jueces los nombraron en la sentencia de Córdoba” y comparó que “en otros casos con menos pruebas y menos testimonios alcanzaron a hacer imputaciones”.
En parte, la mujer de Roganti ha perdido las expectativas que tenía, según admitió en la víspera. Pidió justicia, “primero por Alejandro, pero también por mis hijos”, dijo y se quebró. Ante una pregunta, contó que “hoy ya son adultos y lo sobrellevaron muy bien, pero indudablemente han quedado secuelas”.
– Nunca se vuelve a ser el mismo después de semejante hecho, ¿no?
– No. En gran parte lo hemos superado, pero quedaron secuelas. Y me sigue dando impotencia que quienes armaron esto estén sueltos.