Manejar el estrés crónico, un desafío que enfrentan muchas personas en el mundo actual. La cultura contemporánea demanda de los individuos una multiplicidad de funciones simultáneas que no siempre resultan tolerables.

El estrés ha sido desde siempre un proceso con el que el género humano ha contado para estar alerta ante las exigencias adaptativas. Sin embargo, cuando este mecanismo de advertencia falla la persona puede manifestar una constante ansiedad o ingresar en períodos de depresión. El estrés crónico se emparenta así con el sufrimiento y en consecuencia es una de las causas de ciertas enfermedades.

En nuestra ciudad ya existen profesionales que procuran dar respuesta a esta problemática. Es el caso de Verónica Nardelli y Renata Minelli, responsables de un espacio terapéutico cuyo marco es la Psiconeuroinmunoendocrinología, que difunden terapias breves para afrontar el estrés crónico.

Como denominador común, las personas que concurren al espacio manifiestan trastornos de memoria, así como patologías asociadas: “Se sienten oprimidas, angustiadas, con síntomas orgánicos”, explicaron.

Uno de los métodos utilizados por las mencionadas profesionales es el de la atención plena, más conocida por su nombre en inglés (mindfulness). Con ella, según detallaron a EL DIARIO, “se pretende hacer consciente la vivencia en el presente, no solo teniendo en cuenta el entorno que nos rodea, sino tomando conciencia de las respuestas funcionales, fisiológicas, conductuales, cognitivas y emocionales, lo que permite desarrollar adecuadas respuestas de afrontamiento al estrés”.

Los fundamentos que enmarcan la propuesta pertenecen al abordaje psiconeuroinmunoendocrinológico. “La respuesta al estrés también depende de la interpretación y el significado que cada uno atribuya a la situación. Un mismo evento puede significar un estresor para una persona y para otra no”.

“Cuando el estrés se torna disfuncional puede generar una serie de efectos nocivos: ansiedad, depresión, irritabilidad, déficit de control de los impulsos, sentimientos de vulnerabilidad y soledad, insomnio, problemas gástricos, enfermedades coronarias, debilitamiento del aparato inmune, relaciones interpersonales insatisfactorias, fatiga, ira, desgano, frustración, beber o comer en exceso y anorexia”. Sin embargo, es posible actuar preventivamente, antes de que se desencadenen malestares como los detallados.

El abordaje se realiza a partir de diferentes estrategias de intervención que giran en torno a la psicoeducación: evaluación (test) del grado de estrés, estrategias de afrontamiento y gestión del estrés, todo conducente a una “mejora en la calidad de vida”, de manera que cada individuo pueda afrontar los conflictos cotidianos “con sus propios recursos”.

Nardelli, licenciada en Terapia Ocupacional, y Minelli, psicopedagoga, sostienen que el manejo del estrés tiene un impacto en la salud mental.

Las personas interesadas en la temática pueden ampliar la información en el perfil de Facebook denominado “Estrés, Salud, Mindfulness”.