
El pasado martes falleció en esta ciudad el recordado piloto, que fuera inolvidable protagonistas de duelos con otros históricos como Pirucho Piazza o Pepo Cuviello

Escribe Diego Pellegrini
Hace unos días, promediando la semana, falleció una importante figura del motociclismo de ayer: Manuel Francisco Sánchez, más conocido con el apodo de Manolo, en el ambiente de las dos ruedas. El recordado deportista tenía 91 años, corrió en la categoría de 500cc y posteriormente en la divisional Puma. Su debut se produjo un 25 de mayo de 1947 en Los Zorros donde alcanzó el triunfo con una Moto BSA de 500cc. Posteriormente, adquirió otra moto AJS, de igual cilindrada, a José «Pepe» Morán de Rufino (ex-piloto del TC), con la cual debutó en un campeonato cuadrangular interprovincial, que visitó distintos escenarios de San Luis y Córdoba.
Manolo con esa nueva máquina ganó las cuatro competencias y se adjudicó el certamen que contó con representantes de distintos puntos del país; en todas sus participaciones con estas dos motos la mecánica la hizo otra leyenda de nuestra ciudad: Gregorio Causaubón.
Luego vino la época de las Puma, donde Manolo tuvo una doble faceta: corredor y preparador. Fue aquí donde supo también de victorias y campeonatos, a la vez de ser protagonistas de duelos inolvidables, con Pirucho Piazza, Pepo Cubielo, Charrúa Fernández, Gallego Flores y Titi Cingolani, en diferentes escenarios, como por ejemplo el trazado El Zapato de Villa María, los distintos escenarios del Cycles Motor Club de La Palestina y otros más.
En oportunidad de cumplir 50 años de existencia la institución palestinera (presidida por Bartolomé Giordano), realizó un emotivo acto en la que participaron parte de la primera comisión de la institución y estuvieron invitados Manolo Sánchez y Pirucho Piazza a los que también se los homenajeó por su participación como pilotos en las competencias que organizara el Cycles en sus inicios.
A propósito de esa reunión EL DIARIO, en su edición del 30 de setiembre de 2006, recogía declaraciones del Manolo Sánchez que a propósito manifestaba «desde la primera carrera, siempre me gustó venir a correr a La Palestina. la gente y las distintas comisiones que hubo nos trataban de la mejor manera; terminaban en la pista y después nos estrechábamos en abrazos, algo que ahora no ocurre».
Desde estas líneas, vaya un saludo profundo a su señora esposa y a sus hijos Mario y Rubén, que acompañaron siempre la pasión de este villamariense que abrazó con pasión el motociclismo, llevando el nombre de Villa María por distintos escenarios del país.