Sportivo Pozo del Molle se impuso 1-0 sobre Playosa en cancha de Argentino con un espectacular cabezazo de José Ledesma y una enorme respuesta de Montiel tapando un penal y el rebote. Mucha pierna fuerte y poco fútbol, mucho viento y poco juego… bien clásico
Cuando la pelota no va por el piso los talentosos parecen estar ausentes, desparecidos… Fastidiosos anduvieron por la cancha Kiko Servetti y Cristian Fernández, esos números 10 que siempre hacen la diferencia cuando juegan para ellos y ellos para el equipo. Este clásico los borró, aunque cada vez que la tocaron las ilusiones se encendían en barrio Nicolás Avellaneda.
Pozo del Molle le ganó por la mínima diferencia a Sportivo Playosa en medio de un caos futbolístico (entiéndase bien intencionado este concepto). Es verdad que el viento hizo imposible (para ambos) el correcto traslado del balón y la tenencia de claridad para poder visualizar las mejores opciones. La fricción obnubiló, la conciencia cayó en un pozo y casi todos se prendieron en esta. El fútbol es más simple si se lo juega… pero muchas veces resulta más simple escribir que jugar, sin dudas.
El partido ofreció poco en la primera mitad, apenas unos intentos que sumaron para una estadística que tampoco aportó demasiado al trámite, fundamentalmente para Playosa que finalmente perdió. Probó con un remate desde fuera del área Velasco que salió por encima del travesaño a los 22m; se salvó de la roja Guillermo García 28m: recibió la amarilla y 30 segundos después cometió una falta similar y el árbitro perdonó; Ambroggio se quedó con las ganas de festejar un tremendo golazo producto de un remate espectacular que se clavó en el ángulo pero Peralta ya había marcado mano en ataque a los 34m; un potente tiro libre de Velasco a los 38m obligó a Montiel a un gran esfuerzo para mandarla al tiro de esquina y a los 39m Piva desvió un remate cruzado en la puerta del área.
Demasiado premio se llevaba Pozo del Molle al descanso sin siquiera pisar el área de Garetto. Masticó bronca el DT Paulo Velasco porque estaba claro que su equipo pudo abrir la cuenta. Resistió el Molle, especulando con que en el complemento el viento podía jugarle a favor.
Los gorditos (con cariño y admiración) no siempre van al arco, aunque siempre andan cerca. En la primera acción ofensiva que dispuso, Ledesma clavó un frentazo inolvidable: López mandó un tiro libre desde atrás de la mitad de la cancha y el 9 combinó un salto perfecto y un testazo para aplaudir a los 6m. Después de varias gastadas de la tribuna por su condición física, con 33 pirulos mostró oficio y eficacia ante el desconcierto rival y los abrazos de sus compañeros.
Tres minutos más tarde Servetti intuyó que el arquero iba a salirle al cruce y ante el contacto se dejó tumbar dentro del área y el juez marcó penal. Fue infracción y aunque la caída pareció exagerada no hay nada para reclamar. Aimar ejecutó un fuerte disparo que Montiel detuvo aunque la pelota quedó viva y a disposición nuevamente de Aimar para la revancha: el marcador central remató y otra vez Montiel volvió a agigantarse para convertirse en el héroe de la tarde. Ya cuenta 37 primaveras el viejo Don Omar, quien confesó a la salida que está en las últimas (terminó en una pierna y con evidentes dolencias físicas). Se asoman algunas canas en esa pelada que tiene incontables batallas en los arcos de esta región, como así también se asoman las ganas de seguir…
Ledesma se salvó de la roja por una dura entrada, también Semenzín, Gabetta y el ingresado Taibo… pero el juez perdonó las malas intenciones. Nos preocupamos todos, incluso los del Molle cuando el grito de dolor de Servetti en su rodilla derecha lo obligó a salir tras un golpe.
El clásico fue para Pozo del Molle aunque Playosa hizo demasiados méritos como para no perder. Lo bueno de la tarde es que en un fútbol donde hoy prevalecen más las condiciones físicas que las técnicas, la diferencia la hicieron los veteranos. Más clásico que un gordo y un pelado…
La figura: Omar Montiel
Fue fundamental para sostener la victoria en el clásico. En el primer tiempo desvió un gran tiro libre de Velasco al córner y en el complemento se vistió de héroe para detenerle un penal a Aimar y responder de manera brillante en el rebote. Terminó en una pierna y recibió abrazos repartidos con Ledesma, autor de un gol impecable.
El árbitro: Marcos Peralta
Perdonó varias acciones desmedidas: planchazos con mala intención se penan con roja, y pifió para ambos lados en ese sentido. Playosa no puede echarle la culpa al árbitro de nada y Pozo del Molle tampoco. Eso sí, el juez deberá rever esto de dejar pegar y compensar por algunas fallas propias.