Junto a su socio Maxi Luque fueron convocados para trabajar en Sudaka, un local gastronómico de Chennai
La villamariense Cynthia Zamora, reconocida por su alias como Chula Barmaid, ha ganado fama a nivel nacional y más allá de nuestras fronteras por haber introducido el arte a la coctelería.
Creadora de un personaje particular y hacedora de tragos distintivos, ha llegado a formar parte de los mejores equipos de “bartenders” de Buenos Aires y ha expandido su “métier” a otras latitudes. Ahora, junto a su socio Maxi Luque (también cocinero y exparticipante de “El gran bartender”) han arribado a la exótica India.
-¿Cómo les llegó esta propuesta?
-A poco tiempo de llegar a Villa María, luego de la bella experiencia de España y París, recibo un llamado de un desconocido. “Hola, Chula. No me conoces, pero te contacto para saber si estás interesada en trabajar en la India”. Podrás imaginarte mi cara. “¿A la India?”, le dije. “Contame más”. Teniendo en cuenta que con Max somos un dúo que en el último tiempo se transformó en una sólida sociedad, cualquier propuesta que se nos presenta, el principal acuerdo es que la tomamos juntos. De hecho, Santo (el restaurante mexicano ubicado en Dante Alighieri y Cárcano) fue el proyecto de un soñador que nos conoció años atrás haciendo de las nuestras en Buenos Aires.
-¿Cómo ha sido o será el recorrido dentro del país?
-Por el momento, el trabajo es aquí en Chennai. Nos movimos a pequeñas ciudades cercanas, pero el fuerte está en esta ciudad. Que, de hecho, me recuerda mucho a Villa María en el aspecto que se encuentra, en puro crecimiento y evolución gastronómica. Ojo, la cultura de cocina de ellos no tiene comparación con ninguna otra. Creo que, como todos, sabemos que la mística que esconde su cocina es milenaria. Son rituales a la hora de cocinar. Eso lo sabíamos por influencias cinematográficas, libros o información que te brinda un documental cuando tratas de entender qué es la India desde aquel lado del planeta.
-¿Qué cosas los han sorprendido a ambos?
-Absolutamente todo. Y cuando digo todo, incluye que en la India uno aprende a cruzar la calle otra vez. En lo gastronómico, particularmente todos los sabores son potenciados. Para que te des una idea. Un cardamomo (planta de especies aromáticas) de acá son seis o siete de allá. Los almíbares son de una marca francesa, muy conocidos a nivel mundial, aunque nosotros implementamos los nuestros. Es un sello que dejamos en cada apertura. Los “syrups” (jarabes) también los hacemos nosotros.
-Más allá de lo culinario, ¿cómo han encontrado a la India social y culturalmente?
-Es alucinante y mágica. Pero supera todo lo que tengan en su imaginación en este momento. Más que otra realidad, es el ingreso a otro planeta. No es Europa, no es América ni China. La India tiene una personalidad independiente al resto del mundo. Partamos de la base de que sentimos completamente diferente. Desde un sabor hasta un estilo de vida. La división social es fuerte. Encontrás mansiones de una manzana entera y en esa misma calle hay chozas donde la gente cocina, los niños juegan en la calle y ese es básicamente su hogar. ¿Sabés qué es lo más fuerte? No hay una persona que viva en la calle que no tenga una enorme sonrisa.
-¿Qué sabían ellos de Argentina y su cocina y coctelería?
– La realidad es que no conocen mucho de nuestro país. Honestamente muchas personas sostienen en su imaginación que Sudamérica es un solo «país». La referencia que tenían proviene de un colega argentino, que dicho sea de paso fue quien me recomendó, y fue el que inició un movimiento de servicio diferente en Chennai. Pero el nuestro es el primer lugar gastronómico y coctelero con estilo sudamericano. ¡Un orgullo Sudaka!
-¿Es fácil congeniar con ellos, a la hora de hablar y hacerse entender para el trabajo?
-Justamente esa es la tarea más difícil que tenemos. No, no es fácil. Principalmente por lo que mencioné respecto a que sentimos diferente. Por ende, cada detalle lo vemos y lo vivimos diferente. Es un desafío día a día que nos hace evolucionar y encontrar nuevos métodos para enseñar.
-Por último, ¿hasta cuándo se quedan allí y cuál es el próximo destino?
-Es muy complicada de responder porque somos un juego del presente. Nos gusta que todo lo que tenga que suceder, sea cómo y cuándo el destino lo depare. Hoy estamos acá, mañana quién sabe. Digamos básicamente que, como decía Cerati, “siempre es hoy”.