Se gana la vida cortando el pasto y repartiendo quesos. Ahora, sólo le queda una bicicleta para trabajar. Asegura que, pese a haber hecho la denuncia, en la Policía no se ocupan
“Una Zanella 70, lila; una Garelli negra, otra roja y la última, blanca. A ésta me la sacaron a las 4 de la tarde de la puerta de mi casa hace unos días”, se lamentó Luis Horacio Castellanos, de 48 años, quien reside en la calle Charcas al 2045, en el barrio San Justo de esta ciudad.
El damnificado hace el recuento de los rodados que le sustrajeron mientras le muestra a un cronista de EL DIARIO las copias de las respectivas denuncias formuladas oportunamente en la sede policial.
“En todos los casos hice la denuncia en la Comisaría, pero no me llevan el apunte en la Policía; nunca encontraron ninguna de las motos que me robaron. ¡Cuatro motos! ¡Con lo que cuesta ganar el dinero para reponerlas! Hoy una Zanella 70 cuesta como seis mil pesos o más. Parece que me agarraron de punto los ladrones”, agregó Castellanos, quien se gana la vida cortando el pasto y repartiendo quesos para una comerciante.
Desde que le robaron la última moto, hace un par de semanas, el hombre tiene que salir a trabajar en bicicleta, enganchando detrás las herramientas de jardinería; al igual que para el reparto de quesos.
“Tiempo atrás, este barrio era tranquilo, no pasaba nada, no había robos, pero ahora… al vecino del frente, hace unos días, se robaron la batería del auto. Y en esta cuadra somos todos trabajadores. Como decía, hacía mucho que no había robos, pero en los últimos meses han vuelto a suceder. Y la Policía antes pasaba todos los días, hacía ronda, y ahora pasa de vez en cuando, y menos de noche. Ya no hacen rondas nocturnas”, narró el jardinero.
Ciertamente, Castellanos no es el único vecino de ese barrio que se queja del accionar de los ladrones. Sin embargo, desde la Departamental San Martín no se han informado robos en ese sector de la ciudad.