La villamariense ya concentra con “Las Delfinas” previo a su participación en el Campeonato Panamericano de sordos. Antes de viajar, la jugadora local contó sus sensaciones y expectativas sobre el torneo que viene
Entrevista Gustavo Ferradans
“Todo pasó muy rápido. Ya llegó el momento de viajar”, comenta la villamariense Antonella Mattea, que ya participa de la última etapa de la preparación del seleccionado argentino de sordos, conocido también como “Las Delfinas”.
La jugadora local, fue convocada a mediados de marzo a un equipo que ya contaba con un proceso previo de preparación. La inquietud de la entrenadora Claudia Villar, del equipo de la Universidad Nacional de Villa María hizo que la invitara a Antonella a presenciar un partido del seleccionado argentino de sordas que se jugaría en Oncativo.
La presencia en el entrenamiento se transformó inmediatamente en prueba y ahí nomás se puso la camiseta celeste y blanca. Luego vinieron varias concentraciones, una de ellas en Villa María y la anterior en Tucumán. Ahora el plantel está concentrando en el Cenard y el viernes viajará al Campeonato Panamericano que se jugará desde el 30 de este mes en Washington.
Antonella tiene 23 años (los cumplió el 23 de abril pasado) y es estudiante de Diseño Gráfico, en la Escuela Superior de Bellas Artes. Tiene hipoacusia bilateral congénita y “está equipada”. La estimulación temprana hizo que hoy no tenga ningún inconveniente en comunicarse y poder practicar deportes (antes hizo gimnasia artística y natación). A los cuatro años recibió su primer audífono y se ha ido superando constantemente. Hoy todo el apoyo que tuvo y su esfuerzo, redunda en este premio que recibe, como es representar al país en una competencia deportiva.
“La única vez que salí del país fue en un viaje a Brasil, con mi familia, pero nunca viajé en avión. El torneo será en Estados Unidos, se juntan muchas cosas: viajar en avión conocer otro país y jugar para la selección este torneo. Pero creo que será una experiencia única. Estoy muy ansiosa de que llegue el momento”, cuenta Antonella en diálogo con EL DIARIO.
“El lunes viajamos a Estados Unidos. Pero concentraremos en Buenos Aires varios días, hasta el domingo (NdR la concentración comenzó el pasado miércoles)”, agrega la villamariense.
De todo lo que pasó en los últimos 60 días, Antonella cuenta: “Todavía sigo sin caer en todo lo que estoy viviendo. Estuvimos la otra semana en Tucumán, fue uno de los viajes que más disfruté hasta ahora con el equipo. Jugamos un campeonato en Tucumán y nos permitió unir más al grupo y poder conocer más a cada una de mis compañeras. Entrenamos y jugamos contra equipos de Tucumán, estuvo muy lindo. Tuvimos la posibilidad de ver jugar un partido de Las Panteras (la selección argentina femenina). Estar personalmente con ellas fue hermoso. Y además cantar el Himno frente a ellas. Fue una locura. Nosotros lo cantamos en lengua de señas, Yo no uso ese lenguaje, pero buscamos que todas “Las Delfinas” hablemos en lengua de señas. Ahora me estoy soltando más ante ellas. Hay chicas que necesitan más que otras ese lenguaje para comunicarse y otras que no. Una habla, buscando modular bien, para que me comprendan y en otras ocasiones solicito ayuda para poder conocer la seña para decir la palabra que quiero transmitir. Es impresionante la comunicación que hay entre todas nosotras. Somos todas una sola. Me siento muy cómoda con el grupo”, destacó la jugadora local.
“En ese viaje paramos en un complejo del Instituto Pellegrini. En colectivo no tengo muchos viajes largos. Salí de clase y viaje para Tucumán, no descansé bien. En el primer partido estábamos mal, nos salía todo al revés. Mi entrenadora me pedía que pusiera más pilas. Y pudimos dar vuelta el partido. Jugamos contra cuatro equipos y la gente nos trató muy bien. Más allá del partido, tiene que haber una conexión entre todas para ganar el partido”, explicó.
Sobre el equipo opinó que “Estuvimos mucho mejor en Tucumán. Vimos cosas a favor y en contra cuando jugamos uno de los partidos. Eso nos permitió saber que estamos bien, que nos faltaba ajustar algunas cosas desde lo técnico. Pero siento que estamos muy bien”.
En cuanto a la repercusión vivida en su entorno, luego de ser citada para la Selección contó que “Más allá de la noticia, hay gente que se acercó más con Las Delfinas y para colaborar. Hubo un cambio en todo. Amigos, compañeros, profesores, familiares. Todos apoyándome y diciendo que no me preocupara, que me ayudarían por el tema de poder combinar estudio, entrenamientos y viajes. Ha pasado muy rápido todo”
También se refirió a las expectativas para el torneo: “Yo voy a buscar el campeonato. Ese es el objetivo. Obviamente, que más allá de ganarlo o no siempre disfrutarlo, pero queremos ganarlo. Jugaremos el 30 de junio ante Canadá a las 15 horas, el 1 de julio ante Brasil a las 13 y el 2 ante Estados Unidos a las 19 horas, luego hay cruces para definir quiénes juegan la final”.
Como sucede mucho con deportistas que combinan su presencia en un equipo o seleccionado y sus estudios, a Antonella le pasó también. Se le juntaron sus últimos días como estudiante de Diseño Gráfico en la Escuela de Bellas Artes, el haber podido ingresar dentro del cuadro de honor por sus calificaciones y estar a horas de viajar a Estados Unidos, para jugar para el seleccionado argentino.
“El lunes viajamos a las 20 horas, desde Ezeiza. Haremos una escala en Miami. Al regreso hacemos escala en Los Angeles y luego hasta Ezeiza. Pararemos en una universidad que es solamente para sordos, donde todo su personal es sordo, desde los que atienden, limpian, etcétera. Eso me genera un poco más de curiosidad. De las rivales es poco lo que sabemos. No sabemos mucho de las rivales. El cuerpo técnico estuvo averiguando. Brasil tienen nuevas jugadoras, hay nuevas integrantes. Canadá tiene el mismo equipo y Estados Unidos ha sumado jugadoras y algunas son muy altas. Ese parece ser el rival más complejo. El torneo es clasificatorio para el Mundial 2017, en Turquía. A nosotros nos va a servir para saber dónde estamos paradas a nivel mundial”, destaca.
“Espero ver con qué me sorprendo. Espero llegar rápido y jugarlo rápido. Sueño con ganar el partido. Lo que más espero es el momento de subirme al avión. Hay algunos conocidos que me cargan por el ruido de las turbinas; yo sólo espero subir para ver cómo es todo desde arriba”, comentó
“Yo cuando nadaba admiraba a Martina Gastaldi, que es más chica que yo, pero nadó siempre muy bien. Yo deseaba estar compitiendo en otro nivel, pero lo veía como algo lejano, ¿cómo hago para llegar hasta allá?, me preguntaba. Una por sus ganas de superarse encontró otra posibilidad que es ésta. Va a ser muy lindo jugar en esta selección”, dijo la villamariense, y agregó: “Quiero aprovechar para hacer varios agradecimientos. A mi familia, amigos, a profesores, a mi trabajo (es secretaria en el Instituto Alfredo Angeli), que me permiten faltar y me dieron lugar para irme tranquila con la selección, y a todos los que se acercaron para colaborar.