Otra madre que muere sin ver que se haga justicia en un caso que fisuró a su familia de por vida. El último año estuvo gran parte de sus días en cama, en el hogar que compartía con Gladys en la localidad de Los Zorros. Sufrió una recaída y ya no se pudo reponer. Hubo quienes especularon con que ello sucediera…
Con la muerte de Teresa Ramírez, ocurrida ayer a sus 85 años, la verdad sobre el destino de su hija, Mariela Bessonart, parece quedar más lejos.
Es que Teresa junto a su otra hija, Gladys, motorizaron todos estos años la única querella que consideraba que Rodolfo Delpino, exmarido de la mujer desaparecida, tiene responsabilidad en lo sucedido.
Teresa falleció en la tarde de la víspera mientras se encontraba internada en la Clínica de Especialidades de Villa María. En el último año estuvo gran parte de sus días en cama, en el hogar que compartía con Gladys en la localidad de Los Zorros.
El 28 de septiembre último, cuando se cumplieron 11 años de la mañana en que se vio a Mariela por última vez, Gladys le dijo a EL DIARIO que su mamá se encontraba «en buen estado de salud», aunque en cama “desde el mismo momento en que se cumplieron 10 años” de la desaparición.
El domingo pasado, hace exactamente una semana, la hermana de Mariela se cruzó en los pasillos de la mencionada clínica con un periodista de este medio y comentó que se hallaba al cuidado de su madre, que había sufrido una recaída.
El deceso de Teresa se erige en un triste golpe emocional para toda la familia, pero también en un duro revés para el esclarecimiento del caso, que permanece impune hace más de una década.
Especulaban con un desenlace como el que ocurrió ayer
Incluso, desde el entorno de Mariela consideraron en los últimos tiempos que la defensa del único imputado dilataba la causa con diversas presentaciones judiciales especulando con la salud de Teresa, que por cuestiones naturales (la avanzada edad) y sus problemas físicos, podía tener el desenlace que finalmente ocurrió ayer.
Los defensores de Delpino buscaron en varias ocasiones correr a Gladys y a Teresa de la querella, argumentando que ese papel lo debían cumplir sus hijos, quienes también tienen jurídicamente ese rol, aunque ellos tienen una visión diferente del caso y no apuntan hacia su padre.
La Justicia de Villa María supo avalar la tesis de la defensa, pero luego el Tribunal Superior de Justicia no sólo incorporó a Teresa Ramírez como querellante, sino que resaltó su importancia en el proceso, considerando que los hijos tenían un “conflicto” de intereses y emociones al ver por un lado a su madre desaparecida y por el otro, a su padre sospechado de ese delito.
El caso
Mariela está desaparecida desde la mañana del miércoles 28 de septiembre de 2005, luego de que Delpino la fuera a buscar a un taller del barrio Almirante Brown de Villa María. El dijo que la dejó en pleno centro.
Casi un año después, en agosto de 2006, el fiscal Gustavo Atienza lo imputó por sustracción y ocultamiento de personas con fines coactivos y lo envió a prisión, donde estuvo poco más de un año. Recuperó la libertad en septiembre de 2007 y desde entonces permanece acusado de privación ilegítima de la libertad, agravada por el paso del tiempo.
En noviembre del año pasado debía comenzar el juicio oral y público, pero nuevas presentaciones de Delpino posibilitaron dilatar el inicio del debate. La causa ahora se encuentra en el Tribunal Superior de Justicia, luego de que la Cámara del Crimen rechazara un pedido de probation formulado por el imputado.