Escribe Diego Bengoa DE NUESTRA REDACCION

Este mes se cumple un año de la denuncia penal realizada por el extribuno José Naselli por la desaparición de declaraciones juradas del exintendente Eduardo Accastello y la Justicia aún no definió qué ocurrió.

Entrevistado por EL DIARIO, Naselli cuestionó a la fiscal Silvia Maldonado y dijo tener la “sensación” de que no se quiere investigar lo sucedido, a la par que apuntó hacia el intendente Martín Gill y la auditora Alicia Peressutti por no haber realizado la denuncia ante lo ocurrido.

El otrora tribuno recordó que expuso el caso ante la Justicia Federal, desde la cual luego giraron la causa hacia los tribunales provinciales, en donde recayó en la fiscal del Primer Turno.

– ¿Por qué cree que desaparecen las DD.JJ.? ¿Con qué sentido?

– Tengo mi hipótesis, pero no la diré en público. Acá hay muchas irregularidades. Cuando denuncié esto, sin querer se abrió otra causa (N. de la R: que en Buenos Aires derivó en la primera imputación de Eduardo Accastello). Yo expuse lo de las DD.JJ. y llevé, por si me preguntan qué pensaba de esto, las copias de dos temas. El del estacionamiento medido, que fue cedido a la Federación Mercantil falsificando la firma del cedente, de lo que no hay dudas porque incluso está dicho bajo escribano y, por otro lado, los contratos gemelos sobre la obra del escenario giratorio del Anfiteatro (querían girar los 10 millones de pesos que venían de Nación hacia el Eninder, pero en el contrato nunca figuraba este ente, lo hicimos notar y a los 5 días aparecieron con el mismo contrato ya con la incorporación del mismo, incluso con diversos porcentajes de anticipo en cada convenio).

En la Fiscalía leyeron estos documentos y un empleado me planteó el porqué no denunciaba también estas situaciones. Yo no tenía pensado hacerlo, llevé los papeles sólo para demostrar que habían sido capaces de falsificar una firma en un documento tan importante sin que se les moviera un pelo y que habían traído contratos gemelos sin ninguna explicación.

Entonces, al día siguiente fui e hice la denuncia sobre los contratos mellizos. Pasaron seis meses y surgieron las noticias sobre la investigación que lleva adelante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral (por la que ahora está imputado Accastello). Ocurrió que (el juez villamariense Ramón) Rebak estudió el tema y como el contrato estaba fechado en Buenos Aires, por razones de jurisdicción lo giró a Comodoro Py.

– El abogado de Accastello, Gustavo Franco, sostuvo que “las declaraciones juradas de la función pública coinciden con las personales de AFIP, por lo que la ausencia no es indicador de nada”.

– Es una barbaridad. La custodia de las declaraciones juradas es tan sagrada como el secreto de la confesión, es la garantía que tiene el ciudadano. Si el sistema diría que las DD.JJ. son abiertas es una cosa, pero acá son cerradas, por lo tanto uno está amparado por la ley, al punto de que Accastello, de manera indirecta a través de los concejales del oficialismo, que le responden a él, no permitió que se abrieran. Parece que no se pueden abrir formalmente pero puede venir cualquiera y robarla… Es cualquier cosa.

– Franco también dijo que esta situación le escapa a Accastello, porque no es el encargado de custodiarlas.

– Ahí tiene razón, pero evidentemente es sospechoso de que justamente desaparecieran las de él y no de las de otro.

– Qué consideraciones realiza sobre la investigación judicial.

– Creo que va muy lenta, no sé la razón pero pareciera que no se quiere llegar a nada. Otra cosa que me llama la atención es que la desaparición ocurrió en la Municipalidad, sin embargo nadie lo denunció. Pareciera que nadie es responsable de nada. El intendente Gill tiene la obligación de hacer la denuncia, porque desapareció documentación del municipio. Si a uno le desaparece un bien importante de su casa, uno lo denuncia. En este caso, los bienes municipales, son de todos.

– ¿Desaparecieron de la Auditoría?

– No se sabe, pero de ahí seguro. No denunció Gill, y tampoco lo hizo Peressutti. Es grave cuando se falta a los deberes de funcionario público. Si falta una computadora en una oficina pública, es de todos y por lo tanto se debe denunciar, no depende de lo que piensa un funcionario.

Otra cosa que me llama la atención es que la fiscal, en vez de allanar los lugares de guarda, en vez de ir y fijarse, le mandó un oficio al Concejo Deliberante para que le digan si estaban o no y como demoraron en responder tuvo que reiterar el oficio. Cómo puede ser. Dijeron que faltaban algunas. ¿Pueden dar esa respuesta? Es insólito.

Me contaron que el mueble con la documentación estaba en planta baja de la Auditoría y cuando se hizo pública la denuncia que yo había hecho tres meses antes, se llevaron todo y lo metieron en la oficina de Peressutti con llave. A los empleados los echaron. No es que formalmente los despidieron sino que como eran facturantes, no le renovaron esa “prestación de servicios”. No los han llamado a declarar. Es gravísimo, da la sensación de que no se quiere llegar a nada.