Inicio Suplementos El Diario Político “Ningún intendente puede decir que hacemos diferencias por el color político”

“Ningún intendente puede decir que hacemos diferencias por el color político”

0
“Ningún intendente puede decir que hacemos diferencias  por el color político”

Nació en Villa Nueva el 22 de diciembre de 1964. Se recibió de abogado y está a punto de tener el título de escribano. Es casado, tiene dos hijos. Comenzó su militancia en 1983 en la Unidad Básica 1 de Julio del Partido Justicialista. Fue secretario privado del intendente y coordinador de centros vecinales desde 1991 a 1995. Ocupó una banca de concejal de 1995 a 1999. En 1999 ganó las elecciones y llegó a la Intendencia de su ciudad. Gobernó durante dos mandatos hasta 2007. Los cuatro años siguientes fue legislador provincial y hasta 2015 ocupó un cargo en la Legislatura. Hoy, es director general de Municipios y Comunas del Gobierno de Juan Schiaretti y consejero por el departamento en el PJ provincial

Escribe Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

“Para muchos ayudar al pobre es ayudar a un vago, eso nos duele. Hay personas que tuvieron la oportunidad de abrirse caminos, otros no la tienen y ahí debe estar el Estado”. Palabras que pronuncia remarcando su condición de peronista. Podríamos decir que es un soldado de Juan Schiaretti, el dirigente que admira y quiere como un amigo. Pocos creían en él cuando peleó la Intendencia en 1999, sin embargo, enfrentó la crisis de 2001 y en 2003 volvió a ganar por amplia mayoría. Dios, su familia y los amigos están presentes en sus expresiones. Marcelo Frossasco es el pibe que perdió a su padre siendo un adolescente y tuvo que ayudar a sostener a su hogar y también el hombre que en su madurez decidió cumplir el sueño de ser abogado. Un dirigente que recorrió un largo camino con rosas y con espinas.

-Hace 26 años que está en la actividad política, ha recorrido un largo camino y hoy tiene el desafío de estar al frente de un área relacionada a los municipios, ¿cómo está llevando esta nueva responsabilidad?

-Me satisface mucho, me produce orgullo y un honor muy grande que el gobernador de la Provincia haya confiado en mí para tener una relación con los 427 municipios y comunas y en un lugar que lo tiene a cargo alguien que quiero mucho y que conozco desde hace 30 años, como el ministro Juan Carlos Massei.

Así que para alguien que ha sido intendente, ser director de Municipios es como cumplir el sueño del pibe.

-Usted ya tenía relación con la mayoría de los intendentes.

-Sí, conozco a la mayoría por haber sido dos mandatos intendente, por haber sido legislador y realmente sé lo que se significa ser intendente, por eso uno se desvive en atenderlos, lo hago con mucho gusto porque sé lo que es.

No te olvides que a mí me tocó una época muy dura como fue 2001, 2002 y hoy la primera puerta que golpea el vecino es la del intendente.

Por eso lo menos que uno tiene que hacer es desvivirse por tratar de solucionar los problemas que tienen.

-¿Cuáles son los principales problemas que hoy plantean los intendentes, los que tienen en común la mayoría de los municipios?

-Ha habido una importante solución para la mayoría de los municipios en el tema económico, no obstante, hay municipios que por su posición demográfica, por lo que históricamente vienen con endeudamiento, todavía están complicados.

Pero la resolución que emitió la Corte, a través del fallo que consideró que se le debía devolver el 15% de la coparticipación, eso sumado al acuerdo que llegó el gobernador con la Nación por el déficit de la Caja, hizo que el gobernador automáticamente coparticipara a los municipios, más un 3% de los aportes patronales formó una masa muy importante que se distribuye.

De esa forma se logró solucionar el problema de la mayoría, quedan algunos pocos nada más para solucionar.

Eso les da previsibilidad y pueden planificar obras a futuro.

-Ahora en el posicionamiento territorial hay realidades diferentes

-Sí, Córdoba tiene una disposición geográfica muy extensa. Por ejemplo, en el norte todavía hay problemas para llevar energía y agua potable. Cada vez menos porque con este feliz programa del noroeste cordobés se está llevando la infraestructura, se están erradicando las viviendas ranchos, programas con un fuerte contenido social.

Y en el sur sin duda les aqueja el problema de las inundaciones. Hay vastos sectores que tienen esa problemática, nosotros estamos haciendo las canalizaciones, otras provincias vienen retrasadas. Córdoba desde hace muchos años está invirtiendo en fuertes obras de canalización para terminar con ese flagelo que les impide a muchos productores agropecuarios entrar al campo, no solo no poder sembrar o criar ganado.

Y un tema que nos aqueja a todos es la inseguridad.

Hace prácticamente 24 horas que el Gobierno provincial ha puesto mil efectivos a disposición de la fuerza policial, este innovador programa de los cuadrantes y de las policías barriales que se están aplicando en Córdoba capital y se están extendiendo a toda la geografía.

El tema de la violencia es otra de las preocupaciones.

-Marcelo, en los últimos meses ha levantado temperatura el tema de las altas tarifas de EPEC que complican a los comerciantes, a los hogares, ¿es otro de los planteos de los intendentes?

-Lo puedo seguir más de cerca al tema porque el ministro Massei me ha puesto a coordinar el programa “Córdoba ilumina”, que es remplazar el 30% de las luminarias tradicionales de sodio en toda la provincia.

Lo que dice la Empresa Provincial de Energía es que en los últimos tiempos hubo un incremento en el costo del kilovatio que ha sido para todo el país y a su vez se ha retirado el subsidio, sobre todo a las Pymes y a los hogares de menores recursos.

Entonces, ha habido un aumento por parte del Ministerio de Energía de la Nación, que es quien fija la tarifa, y a la vez el retiro del subsidio, que provocó un fuerte impacto y por eso tenemos las tarifas que hoy tenemos.

Lo que me consta que permanentemente se recibe a vecinos, a comerciantes para tratar de amortiguar de alguna manera este impacto, lo que habría que analizar es una solución más de fondo, sé que hay legisladores que están trabajando en ese sentido porque la única forma de hacerlo es a través de una ley.

-¿Cómo es trabajar con Juan Schiaretti?

-Es una responsabilidad muy grande. Es un gobernador que no se toma descanso, a la mañana está en el norte de la provincia, a la tarde está en el sur y no te extrañe que a la noche, a la 1 o 2 de la mañana, suene el teléfono y llame a algunos de sus colaboradores para pedirles información o para bajar una línea sobre algún tema de gobierno.

Es una persona extremadamente exigente, extremadamente organizada que tiene una memoria impresionante y, por sobre todas las cosas, es un gran administrador.

-¿Por qué siendo que usted dice que Córdoba tiene un amplio abanico de programas sociales, el nivel de pobreza es tan alto?

-Mirá, recorro mucho Córdoba y no estoy en condiciones científicas de decir si los guarismos que se han difundido son reales o no. Si me guío por lo que veo, lo digo con mucha humildad, no creo que esos sean los guarismos.

Hay que ver cómo lo miden, quién lo mide, no te olvides que los órganos estadísticos en los últimos años han sido muy polémicos. Hay pobreza fruto de las políticas que se están implementando desde arriba, pero no sé con rigor científico si están bien o mal.

-Vamos a la faz partidaria, vienen las elecciones legislativas, ¿de qué manera se prepara el peronismo para esta prueba de medio camino, como le llaman?

-A uno como justicialista le hubiera gustado que el exgobernador José Manuel de la Sota encabezara la lista. Lógicamente ha tenido un renunciamiento que muy pocas veces se da de alguien que ha sido tres veces gobernador, que ha ocupado los cargos legislativos más importantes y ha decidido cederles paso a las nuevas generaciones. Y eso es importante.

El justicialismo siempre ha tenido esta apertura de darle participación a los gobiernos locales y hoy tiene un ramillete de dirigentes muy importantes como Martín Llaryora, Martín Gill en Villa María, Llamosas en Río Cuarto, García Aresca en San Francisco, Facundo Torres en Alta Gracia y muchos más, dirigentes mujeres como Nancy Schiavi en Tío Pujio.

El peronismo ha ido generando un recambio generacional y está en condiciones de ir a las elecciones con cuadros políticos de mucho peso, con mucha energía y eso combinado con la experiencia hace un combo muy importante.

Va a ser muy difícil derrotarlo en las urnas. Lógicamente las elecciones se ganan y se pierden, pero no me cabe duda de que tenemos un equipo de hombres y mujeres con experiencia para afrontar una elección y ganarla.

-¿Algún dirigente del departamento podría estar en la lista?

-Se ha especulado mucho, aquí en este departamento hay hombres y mujeres muy importantes, pero son estrategias, aspiro que tengamos una representación en la lista.

-Uno de los objetivos que se propusieron después de 2015 fue la unión del peronismo cordobés, ¿qué pasó con Eduardo Accastello?

-En el caso del departamento, nosotros lo invitamos a participar, estuvimos todos los grupos trabajando y Eduardo es quien encabeza la lista de congresales provinciales. Ha estado dentro de la unidad y muchos de sus colaboradores integran los consejos de circuito y departamental.

Lógicamente cuando trasciende la frontera del departamento pasa a depender de la estrategia que el partido tenga a nivel provincial, no sé cómo estará hoy su situación, si está dialogando o no.

-¿Cómo tomaron estos trascendidos que indican que podría ir en lista aparte con el apoyo del PRO?

-Bueno, creo que hay que esperar su pronunciamiento oficial. Cuando uno entra en este tipo de especulaciones, donde puede haber algún tipo de posicionamiento a través de la prensa, no es bueno. La vida y la política me han enseñado a esperar, ir a las fuentes y escuchar la palabra de quien en este caso es mencionado diciendo que ha estado en la Casa Rosada, con el ministro Frigerio.

Soy de los que piensan bien, vamos a esperar, esto se va a dilucidar en los próximos días y veremos si Eduardo toma algún posicionamiento dentro o fuera del justicialismo.

Y seguramente sabremos los motivos por los cuales fue convocado a la Casa de Gobierno en Buenos Aires.

-¿Se percibe mucho el enfrentamiento entre los que piensan diferente en Córdoba?

-No, hay diferencias que las encuadro en la cuestión política. Estamos formados ideológicamente en doctrinas distintas. Pero si ha habido un gobernador que apoyó la gobernabilidad de este país, ha sido Schiaretti. Siempre ha tenido una posición madura, sobre todo desde el punto de vista institucional.

Schiaretti es distinto a Macri y su equipo, pero con mucho tino, en momentos muy difíciles, ha puesto el hombro a la gobernabilidad. Diferencias hay, pero no le pueden achacar a Córdoba haber incrementado la grieta, al contrario, siempre tuvo la predisposición de trabajar codo a codo con todos los intendentes.

Ningún intendente puede decir en Córdoba que ha habido diferencias por su color político.

Pero cuando se acerca una elección siempre se trata de marcar diferencias, es parte del folclore (sonríe).

-¿Por qué decidió ser peronista?

-Bueno, los Frossasco son en su inmensa mayoría más cercanos al radicalismo. Pero mi padre cuando decide con mi abuelo, hace muchos años, vender el campo que tenían en La Herradura pusieron la plata en el banco. Justo los agarró la famosa 1050 y lo que les quedó no les alcanzó siquiera para comprar una casa.

Ya instalado en Villa Nueva, mi papá decide trabajar en una empresa que es la que hizo el acueducto Villa María – San Francisco y ahí los empleados lo eligen delegado de la UOCRA.

Y él que no tenía ideología, hablar de gremialismo en esa época era sinónimo de peronismo.

Yo tenía muy buen diálogo con él, desgraciadamente murió muy joven, a los 45 años; cuando me invitan a participar en 1983 en el peronismo, yo era un joven muy inquieto y ahí empecé con Ricardo Tigero, Hugo Bruno y recuerdo una persona muy bien formada que me sirvió mucho, era Daniel Gonella, el papá de quien hoy es uno de los fiscales del país.

-En ese momento armaron una Unidad Básica.

-Sí, armamos una Unidad Básica muy importante que después termina sellando un acuerdo partidario con Reinaldo Navarro y que sirvió para que en el año 1991 Reny fuera intendente de la ciudad.

Y bueno, desde el 83 hasta el 91 perdimos todas las elecciones (risas) porque había un caudillo muy fuerte, que ya no está entre nosotros, que era Carlos Waldo Zanotti. Una persona muy querida, muy respetada. Villa Nueva tuvo dos grandes caudillos, Zanotti y Navarro, y Reny logra ganar en 1991 ante Pedro Guzmán.

Pero, empecé como todos a pegar afiches, a repartir votos y volantes (se ríe) y militamos con ganas.

-En esos años que empezó a participar ganó el radicalismo en todos lados, digamos que se inició en épocas de malaria.

-(Sonríe) Sí, fue muy grande el arrastre de Raúl Alfonsín. Nosotros lo teníamos en Villa Nueva a Meco Oliva, que era un gran candidato, un contador ligado a Nestlé, una persona muy prestigiosa y honesta, pero hubo arrastre de la boleta de Alfonsín. Antes no se cortaba, la gente metía en la urna la boleta 2 del PJ o la 3 de la UCR.

Y ahora con el avance de la democracia hemos ido madurando y ya la gente no está más atada a los partidos, piensa en las propuestas y en los hombres para llevar adelante esas propuestas.

-Usted dijo que era un joven muy inquieto, ¿tenía intenciones de ser político o sus inquietudes estaban puestas en otro lado?

-No, uno veía lo fuerte que fue la dictadura y todo lo que trajo aparejado ese proceso. Y pensé que había que involucrarse, aportar algo, no estaba en mis anhelos ni ser concejal y mucho menos intendente o legislador. Yo quería hacer algo por mi Villa Nueva, por sus instituciones; luego la gente te va posicionando en los cargos que uno tiene el honor de ocupar.

-¿Siempre fue muy participativo desde chico?

-Sí, yo estaba metido en todo, en el centro vecinal, en los centros de estudiantes, fui activo participante de los boy scouts, una organización magnífica. Tengo un gratísimo recuerdo de los boy scouts y mi señora me lo dice hoy (se ríe).

Me levanto a la mañana, la ropa mía está en una silla bien dobladita y apenas me levanto hago la cama (risas). Aprendí de los boy scouts ese orden. Cada cosa en su lugar.

-¿En su casa se hablaba de política?

-Cuando mi padre estaba vivo sí, él hablaba de sus cosas como delegado y yo escuchaba y pensaba “por algún lugar tiene que explotar esta energía que tengo”, que por ahí fue el fútbol u otra actividad, y cuando me invitan a participar me dije “aquí está”.

Creo que como todos hice cosas buenas y no tan buenas, todos cometemos errores, pero tengo la tranquilidad de que lo hice de buena fe.

-¿Recuerda los entretelones de su candidatura a intendente por primera vez en 1999?

-(Se ríe) A mí me costó muchísimo llegar a la Intendencia, el radicalismo estaba muy fuerte a nivel provincial y ni hablar a nivel local. Pero yo estaba en el último año de concejal, el intendente era Braulio Zanotti, en el Concejo tuvimos una tarea magnífica, veíamos las necesidades de los vecinos en los barrios y presentando proyectos y en el último año de concejal decido con el grupo que me acompañaba pelear en la interna del partido, si había.

Y teníamos que buscar un referente a nivel provincial, De la Sota la tenía a Stella Citadini de Montes, Aráoz lo tenía a Reny y nos quedaba Schiaretti.

Así que armamos una delegación y le solicitamos audiencia a Schiaretti.

Hablamos con Schiaretti, nos escuchó atentamente y nos dijo “armen un acto y los voy a ir apoyar”.

Armamos un acto en el Sindicato de la Alimentación, que fue extraordinario, y arrancamos a trabajar.

El justicialismo llama a internas, me presento yo por el schiarettismo y Montes y Navarro lo pusieron a Jorge Maldonado. Se pone en marcha el proceso, llegó el momento de presentar los votos, nuestro sector va con los votos y el otro sector no los presenta, por ende, me ratifican como ganador de la interna.

Lógicamente, muchos pensaron “dejalo, lo van a matar a Marcelo” (risas).

-No le tenían fe.

-Era muy difícil, Braulio estaba muy fuerte y yo tranquilo, casa por casa, tomando mate con la gente. Tenía un trabajo político que, sin desmerecer a otros, nadie lo había hecho en el justicialismo. Y se da que José Manuel de la Sota gana las elecciones y llega a gobernador.

-Y ahí se armó la discusión.

-(Risas) Me levantaba a la mañana y no pisaba la tierra, pisaba panfletos que decían que yo no era el mejor candidato, que había que buscar otro. Ganó De la Sota y se empezó a poner en discusión mi candidatura y si yo podía ganar las elecciones.

Un día suena el teléfono y era Domingo Carbonetti convocándome para ir a Córdoba.

Allá fui y me dijo que había sectores del justicialismo que ponían en duda que yo pudiera ganar las elecciones.

Me puse a disposición y me comentó que el gobernador quería hacer una encuesta poniéndome a mí y a todos los que dicen que están en mejores condiciones que yo.

“Bueno, háganla”, les dije. Y se hace la encuesta, la hace Muraro.

-Imagino la expectativa para conocer los datos.

-Imaginate, nosotros teníamos el local partidario en la calle Deán Funes, entre Buenos Aires y 25 de Mayo. Me acuerdo que el día que venía Carbonetti con las encuestas se había cortado la calle porque era una marea de gente.

En el local estaban todos los dirigentes. llega Carbonetti, se sienta, abre un carpeta y dice: “Por decisión de una encuesta encargada por el gobernador José Manuel de la Sota, se ratifica que el amplio ganador es el compañero Marcelo Frossasco y el mensaje del gobernador es que todos los sectores internos se encolumnen detrás de la figura de Marcelo Frossasco”. Cerró la carpeta y se fue.

Y ahí empezamos a caminar.

-Tuvieron el triunfo en una elección muy difícil.

-Sí, tengo una anécdota. Ese día había tres elecciones, Villa Nueva que estaba complicada, Silvio Pellico que todo el mundo decía “gana Daniel Besso” y Ticino que pensaban que nos mataban.

Bueno, Besso perdió, yo gané por 1.050 votos y en Ticino ganó Fiorito por un voto.

O sea que muchas veces uno hace las especulaciones, pero la gente decide. Le gané a Kestli, que era el presidente del Concejo, y en la reelección le gano a Carlos Zanotti con un guarismo que va a ser difícil de igualar. Nosotros ganamos con el 63%, incluso superando el récord del Chueco Maestro.

-Teniendo en cuenta que usted había pasado la crisis de 2001.

-Sí, la gente valoró el esfuerzo. Fue un contexto muy duro, me valió quedar hipertenso. Era extremadamente difícil, se multiplicaban los comedores para la gente, terminábamos de pagar los sueldos a los ponchazos y ya había que juntar para el otro mes.

-¿Cuáles fueron las situaciones más tristes que le tocó afrontar en la Intendencia?

-Sinceramente, Nancy, llegaba el 26 de cada mes y a mí me agarraba una angustia, la sentía en el estómago porque sabía que más de 300 personas dependían de mí para cobrar los salarios y eso significó estar días enteros en Córdoba para conseguir los recursos.

El país estaba parado, no había recaudación y el 1,5% del Tesoro provincial era muy poco. Gracias a Dios lo pudimos sortear, pero eso me angustiaba porque sabía que mucha gente dependía de mi gestión para llevar la comida, la educación, pagar sus facturas.

-¿Cuando dejó la Intendencia en 2007 vio venir la división del peronismo que se dio tiempo después?

-No, realmente no. Nosotros para bien del justicialismo tuvimos que hacer un renunciamiento. Mi candidato para esa elección era Dardo Carranza, el radicalismo tenía un candidato muy fuerte que era Germán Bicego y en Córdoba se resolvió que para ganar el mejor era Guillermo Cavagnero.

Le tuve que decir a Dardo que para bien del justicialismo tenía que ser Guillermo.

Y bueno, después tuvo una actitud que a mí, luego de haber trabajado a destajo para que llegara al Gobierno, no me invitó más a los desfiles ni a los actos.

Hasta el día de hoy, no sé porque Guillermo tomó esa actitud. Pero bueno, la política tiene esas cosas, uno ya es lechuza cascoteada y muy difícilmente a mí me pare algo cuando se trate de beneficiar a alguna población y mucho menos a la mía.

-Las críticas que le hicieron fueron muy duras en el marco del enfrentamiento.

-Sí, y duelen. Yo también las hice y me arrepiento horrores de haberlas hecho. Hoy, uno ya tiene un aplomo y difícilmente me arranquen una palabra de agravio. La política tiene esas cosas y hoy me arrepiento de todas las cosas que puedan haber ofendido alguien.

Hoy planteo las diferencias, pero con respeto.

-¿Se arrepintió de haber sido candidato de nuevo en 2015?

-En esto te voy a dar una primicia. Yo no quería ser candidato, no tenía las ganas, no tenía las fuerzas, no tenía el apoyo de mi familia. Me costó fuertes discusiones, pero cuando uno forma parte de un equipo, hablamos mucho con el gobernador, intenté por todos los medios explicarle lo que me pasaba, pero la estrategia era en base a que este departamento era muy adverso. Nos habíamos quedado sin legislador porque Darío no quiso encabezar la lista y no teníamos candidato a intendente en ninguna de las dos ciudades importantes.

Y bueno, siempre se apela a los dirigentes más leales y me dijo que yo tenía que ser el candidato.

Recuerdo que me llamó unos días antes del acto y me dijo que iba a anunciar que Raúl Costa era el candidato a legislador y yo a intendente. Recuerdo que le dije: “Juan, me vas a hacer separar” (se ríe).

Y, con esta cara, le dije: “Si me deja Sonia, no consigo más nada” (risas). En la conferencia de prensa lo anunció y me puse las zapatillas y salí hacer lo mejor que pude con un grupo muy bueno, con Manuel Arguello, con Griselda Sparza, pero me deja la tranquilidad de que nuestra propuesta se está trabajando desde la Provincia con Natalio (Graglia).

-Cuando saltan todas estas denuncias de corrupción, ¿qué impacto tuvo en usted?

-Es algo que desprestigia mucho y hace que la gente ponga en la misma bolsa a todo el mundo.

Desgraciadamente hubo un sinnúmero de casos comprobados, creo que hay que ir madurando y generando las leyes y las investigaciones que hagan falta.

Son procesos, creo que cada vez estamos más cerca de que se investigue y se castigue la corrupción.

Lógicamente, soy de los que no comparten las denuncias mediáticas que ponen un manto de sospecha sin las pruebas necesarias. Creo que la mejor forma de comprobarlo es en la Justicia, decirle corrupto a alguien a través de los medios por el solo hecho de la sospecha no lo comparto.

-Hablando de leyes, ¿qué lo llevó a estudiar y recibirse de abogado?

-Cuando muere mi padre yo estaba en tercer año del secundario, eso nos produjo un fuerte dolor y un problema económico serio. Había que ayudar a mi mamá a traer el sustento. Terminé el secundario y mi gran sueño, que se lo prometí a mi papá cuando estaba mal, era ser abogado.

Fue un deseo de mi padre antes de morir y me quedó. Y se ve que Dios acomoda todas estas cosas, porque estaba en la Legislatura y Fredy Danielle me dijo que sería bueno que me capacite.

Y un sábado tomando mate llega EL DIARIO y había un suplemento que decía la oferta educativa para Villa María.

Me dije “esto es de Dios”. Tengo que empezar a estudiar Abogacía. Y averiguo en la Siglo XXI que tenía clase presencial una vez por semana y yo ni sabía prender la computadora (risas). Sonia y mis hijas me dijeron que me iban ayudar y ahí arranqué y la hice en tres años y medio, porque en el verano en lugar de irme de vacaciones, estudiaba.

Y ahora, poca gente sabe, estoy a dos materias de escribano. Ambos títulos fueron un sueño, un deseo de mi padre y me llena de satisfacción poder cumplirlo siendo un hombre grande.

Veo políticas que son muy duras y no se pueden entender, son medidas que tienen que analizarse con mucha profundidad, uno ve que se toman con rapidez medidas como sacarles la pensión a las personas con discapacidad con la misma rapidez que se quitan las retenciones a las mineras que se llevan nuestros recursos naturales del país.

Hay situaciones que se deben mensurar con mucha prudencia sobre todo cuando afectan a los seres humanos. Hay herramientas para analizar caso por caso, mandemos los equipos técnicos y si está mal dado un beneficio, nadie se va a oponer si lo sacan.

-¿Cree que hubo intencionalidad al poner como ejemplo a un pueblo cordobés como Guanaco Muerto para justificar la quita de pensiones?

-Y lo veo con mucha sorpresa, en poco tiempo Córdoba pasó a tener el mayor índice de pobreza, los niños más desnutridos y ahora las pensiones. Desde las esferas nacionales hay una lupa puesta sobre Córdoba para maximizar ciertas cosas y forma parte del folclore de la política.

-La última: ¿cuál es su sueño?

-Poder estar con mi familia, ver crecer a mis hijas, poder disfrutar algún día de mis nietos, lo que anhela todo hombre de bien cuando termina una función.

Pero voy a seguir haciendo renegar a muchos compañeros porque sigo teniendo fuerzas para seguir aportando a la política, desde el lugar que me toque.

 

Opiniones

 Mauricio Macri
Nos merece el respeto por ser el presidente, por haber ganado las elecciones por el voto popular. Creo que se le ha terminado el periodo de gracia, percibo que ha desencantado a mucha gente, que las políticas favorecen a un sector más pudiente, que no está mal, pero van en desmedro de los que menos tienen.

Juan Schiaretti
Es el político que más admiro, lo respeto y lo quiero mucho como persona. Es el político más auténtico que he conocido en mi vida, tiene una palabra sin doblez, es un gran estadista y si logra todo lo que ha planificado, va a ser el más grande gobernador en la vida de esta provincia.

Martín Gill
Un intendente muy prestigioso, la lleva muy bien a Villa María, tiene un presente extraordinario y un futuro sin techo. Es una persona muy preparada en lo político y con una gran sensibilidad humana.

 

Me gusta
Levantarme temprano, tomar un café y leer los diarios. Estar con mi familia.

Me encanta
Viajar y los sábados con mi familia.

Me divierte
Los asados de los miércoles con todo el equipo del Ministerio y los asados sagrados de los viernes en el Club Alem.

Me entristece
El nivel de violencia y división de los últimos años.

Me enoja
La injusticia.