Según el meteorólogo Francisco Sierra, las lluvias de agosto van a ser el exponente de la corriente del “Niño”, que se expresará con mayor crudeza en esta oportunidad porque los suelos ya no pueden absorver más agua.
“No son las inundaciones de abril, cuando termina el Niño, sino las de agosto cuando ni siquiera empezó. Son síntomas tempranos de este fenómeno que va a afectar a los sectores más vulnerables.
Recordemos que en 2011 hubo unas 11 millones de hectáreas inundadas en la Cuenca del Salado lo que dejó las napas altas. Ahora se junta el cambio climático con la alta vulnerabilidad determinada por el crecimiento irracional y con un año del Niño, con lo cual tenemos todos los ingredientes para una tragedia.Hace unos cuatro meses que las principales agencias climáticas del mundo -inluyendo al Servicio Meteorológico Nacional- vienen diciendo que viene un año del Niño en el que vamos a tener lluvias superiores a lo normal, con episodios tempranos como las que tuvimos en estos últimos días, con lluvias muy fuertes, después de 90 días sin precipitaciones”, aseveró.