
De la tristeza por la muerte de dos personas en Olavarría hasta la agravante serie de fallas organizativas que se sucedieron, pasando por la búsqueda de culpables

Escribe: Emiliano Eandi (De nuestra Redacción)
Ante nada, el dolor, lejos de expandirse por el número de muertes comparado con el de espectadores, se profundiza al saber que hay dos familias que hoy lloran a sus seres queridos y que podríamos haber sido cualquiera de nosotros. En ese dolor estamos todos y acompañamos a esas familias ricoteras.
Resulta muy difícil, habiendo asistido al recital de Olavarría, escuchar, leer o ver comentarios por distintos medios de personas que, no sólo no fueron a este concierto, sino que tampoco lo han hecho a ninguno de los anteriores.
Eso no significa que quienes estuvimos ahí tengamos la verdad absoluta, para nada. Sólo una visión un poco más acabada de los hechos, sobre todo pudiéndolos comparar con anteriores shows.
Tal es así que no hay relatos iguales por parte de los que presenciamos el recital porque no lo vivió de la misma forma alguien que estuvo a metros del escenario que los que estuvimos en la última columna de sonido.
Desde ese lugar, la torre 13, cerca de las siete de la tarde cuando ingresamos ya se percibía que iba a ser un espectáculo con mucha más gente que los anteriores. ¿Por qué? El espacio entre personas era ínfimo, casi como si estuviéramos al pie de un escenario, cosa que no ocurría en otros eventos del Indio a esa distancia.
El ingreso, a la hora mencionada, fue fluido y en mi caso me tocó atravesar un cacheo y también me cortaron la entrada.
El transcurso del show fue normal: eufórico, intenso y con una puesta técnica sin precedentes; aunque por las intervenciones de Solari pidiendo la calma se pudo oler que algo grave estaba sucediendo.
Las salidas tras el “pogo más grande del mundo” suelen ser caóticas y Olavarría no fue la excepción. Quizá si la empresa de seguridad contratada por la productora hubiese dispuesto de su personal para controlar el flujo de gente se hubiese hecho más fácil y menos desesperante.

Algunos análisis
Pero: ¿por qué hablar de la salida si los problemas se generaron durante el show? Tras esta pregunta vienen miles de posibles respuestas de las que surgen algunos análisis.
Fácil sería culpar al que comanda la batuta, al Indio, a la productora, a cualquier gobierno de turno. Pero no hay que olvidarse que lo poco que pidieron desde la organización no se respetó, y ni la fuerza de la palabra del propio Indio pudo con el apretón masivo que se generó al pie del escenario y que hizo que no pudieran rescatar del piso a dos personas.
Padres con niños en cochecitos en el predio, bengalas, empujones en el mismo momento en que el cantante pedía calma, dejan notar que la conducta del público no respetó ninguno de los pedidos de la organización.
¿Estaba preparado el predio para tanto público? De no ser así, ¿hubiese sido posible frenar a las personas que quedarían afuera? ¿Es posible hacer cacheo a 300 mil cuerpos? ¿Sabe usted que la ausencia policial está acordada entre el Estado y la organización?
¿Se puede confiar en que la seguridad de un lugar pueda contemplar los actos responsables del público? Hasta el sábado sí, ya no. No se puede dejar librada la integridad física de los fanáticos a la irresponsabilidad de los que siempre se disponen a arruinar una fiesta.
La solución tampoco es la Policía, por el contrario, sería un agravante en un concierto del ex-Redonditos de Ricota.
¿Quién carga ahora las dos muertes de Olavarría? La música no mata. Es la que mueve a miles de almas hasta cualquier punto del país para vibrar con la mítica voz de Solari acompañado por Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Pero las familias querrán un responsable de este dolor. Y ahí, creo, aparecen antes que nada las conductas del público, el no respeto a las pautas para asistir a un recital de este tipo, pero también la decisión de generar estos recitales. Agregando seguridad, buscando un predio más grande o una ciudad mejor preparada, ¿Será posible seguir con estos conciertos o seguiremos pendiente de la actitud de unos pocos?
Un mensaje político
La marea mediática “olvidó” mencionar que además de la intervención para pedir calma, el Indio recordó que aquellas personas que ronden los 40 años y tengan dudas sobre su identidad acudan a Abuelas de Plaza de Mayo, “los están buscando”.
Y pidió de forma explícita a diputados y senadores que reflexionen a la hora de votar acerca de la baja en la edad de imputabilidad, manifestándose en contra de esta medida.