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“No me preocupan los cargos sino solucionar los problemas de la gente”

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“No me preocupan los cargos sino solucionar los problemas de la gente”

Nació un 28 de diciembre en Villa Nueva. Su abuelo fue jefe de la Estación de Trenes. Tiene cinco hijos y un nieto. Docente, diplomada en Gestión Pública son algunos de los diversos títulos que están  en su hoja de vida. Ocupó diversos cargos en el plano estatal y en instituciones. Concejala desde 2007 a 2011. Es directora de Jurisdicción de Inclusión Social, repartición del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, presidenta de ALPI, representante a nivel nacional de la Cruz Roja, integrante de la Cooperadora del Hospital Pasteur, del Consejo Federal de Discapacidad, entre otros. Y es peronista de cuna y de corazónrosa campora

“Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar.” Evita.

Dar ha sido una de las prioridades en la vida de Rosa Cámpora. Luchar ha sido su sello. Es una mujer que recorrió un largo camino en base al sacrificio, a la fe, y a la convicción que debía superarse día a día para transitar por un mundo que te pone pruebas difíciles en forma cotidiana.

Nunca le esquivó a las obligaciones, tomó las riendas de su hogar, le tocó criar a sus hijos sola, fue cajera de una discoteca, vendedora de almanaques, estudió, se capacitó, salvó su casa y abrazó la militancia impulsada por una causa social. Su sueño de ser azafata y recorrer el mundo en un avión quedó archivado en los hermosos recuerdos de su infancia. Hoy, está orgullosa de sus hijos, de sus amigos, ha calmado sus impulsos y vive el día a día con agradecimiento.

 

– Dedicó la mayor parte de su vida a ser una dirigente social, ¿qué la motivó a inclinarse por esa la labor institucional en aras de ayudar al prójimo?

– Cuando terminé el secundario y seguí estudiando vi muchas cosas que faltaban. Dentro de mis propios compañeros había gente que hacía muchos sacrificios y mis padres eran muy buenos y recibíamos en casa a estudiantes. Mi casa era un punto de reunión y mi madre nunca mezquinó nada, nos quedábamos estudiando noches enteras, tomando mate, comiendo y compartíamos. Compartir esas cosas, me enseñó que había necesidades, que luego vi también cuando me fui integrando a instituciones. En ALPI encontramos gente que necesita rehabilitarse y el que a veces el que mantenía la casa de pronto pasa a ser el mantenido y se cambia la estructura familiar. Se invierten los roles y se pueden ver cosas que nos transforman en escuchas, tenemos que hacer de psicólogos y dar apoyo.

Con las amistades que tengo, que son muchas, también trato de apoyarlos para que aprendan un oficio y poder sustentar su casa. Porque cuando tuve mis chicos sola, que me divorcié, mis hijos fueron a comer durante un año al PAICOR porque si yo les daba de comer al mediodía no tenía para darles a la noche. Y ahí comprendí que si no tenía un título en la mano no podía darle a ellos lo que necesitaban. Y así me fui superando y empecé a crecer. Esto me enseñó también a criar a mis hijos y hoy para mí son un orgullo. Y tienen los valores de ser personas de bien. Creo que uno aprende de todas las lecciones de la vida y eso hace que entiendas a los que pasan situaciones difíciles.

Uno tiene una historia de superación en la vida y eso es fundamental para poder dar a los demás.

 

– En ese camino de participación en las instituciones ¿cuántas frustraciones, cuántas alegrías rondan en su hoja de vida?

– Muchas frustraciones, pero las recuerdo con alegría porque di lo mejor de mí. Si alguna vez me equivoqué, todos nos equivocamos, siempre sentí que Dios me guiaba. He pasado por momentos muy críticos, pero siempre creí que el camino uno lo tiene asignado y Dios nos pone la mano. A veces yo miraba a los chicos dormir y pensaba qué les voy a dar de comer y entonces salía y vendía almanaques y les daba de comer mientras estudiaba y me capacitaba. Eso de tener que pensar siempre en cómo seguir mañana me ayudó a madurar, a escuchar y a valorar a cada uno de los amigos que me ayudaron en los momentos más críticos. Siempre tuve la mano de un amigo que me ayudaba y todo eso lo valoro.

La gente sabe que soy una trabajadora, tengo la misma casa, sabe que vivo de un sueldo, que no tengo más que lo mío y soy feliz.

– ¿Y los recuerdos de su infancia influyeron en sus elecciones?

– Mi madre fue profesora, fue la que fundó la Escuela Mármol y transitó mucho camino para inaugurar esa escuela porque fue una época en que cambiaron siete gobernadores. Mi madre fue muy católica y ella nos enseñó la austeridad. Mi padre siempre fue un dirigente político de base, no recuerdo que nunca haya pedido ni un vale de nafta para su militancia, lo hacía con sentimiento.

El vivió toda esa parte de Perón, mis abuelos tenían mucho campo en La Palestina y mi padre conservó ese pedazo de campo y un día fue y tenía puesto un candado por una ley que el campo era de quien lo trabajaba. Y sin embargo, mi padre no cambió de pensamiento, a pesar que se lo quitaron por una ley de Perón. Siguió siendo peronista toda su vida, peronista y trabajando por el partido.

Aprendí mucho con mi padre, fue el que me llevó a reuniones políticas, me acuerdo que la primera afiliación al peronismo me la hizo Rogelio Sánchez y don Carlos Emilio Pizzorno.

Pizzorno apostó a los jóvenes y nos dio la oportunidad de participar, cuando Perón llegó a Argentina nosotros no teníamos edad de votar, pero uno participaba. No recuerdo que nos hayan pagado para pegar un afiche, era innato, uno lo traía ya de nacimiento, fui la última hija y mi padre quería que fuera varón, debe ser por eso (se ríe).

Toda la historia de la vivencia de mi padre dentro del peronismo influyó en mí, desgraciadamente en los últimos años de su vida lo vi llorar por lo mal que le pagó el peronismo, tal vez algunos se acuerden que iba en una lista de concejal, que para él era un orgullo, y se cambió la lista, vinieron de Córdoba, hicieron esas cosas que hacen de acomodar todo entre gallos y medianoche y mi padre no entró. Hicieron acuerdos y en su lugar entró alguien de la UCD.

El peronismo nunca lo reconoció y él siempre estuvo al lado de los dirigentes, trabajando y sin quejarse.

 

– ¿En esos años de su niñez se hacían reuniones políticas en su casa?

– Siempre hubo reuniones, me acuerdo que mi casa fue allanada dos veces, se tuvieron que enterrar los libros en la época del proceso. Mi padre era de traer sus amigos a la casa, de hablar mucho. Un gran militante de barrio Güemes como fue Tito González todas las mañanas pasaba para hablar con mi padre. Ellos fueron los que hicieron la historia del peronismo y las usufructuaron otros porque a ellos no les reconocieron nada.

El reconocimiento a mi padre fue una calle con su nombre y ni siquiera tiene la señalización, no le han puesto el cartel todavía.

Son cosas que uno las siente porque ha visto un padre que dejó cosas de lado por el movimiento. Mi padre vivió la historia de Eva y Perón, lo sintió, lo abrazó y fue su vida.

Soy la única que lo acompañé en política y dejó un sabor amargo en mí que no lo reconocieran, a él y a muchos compañeros que también quedaron en el olvido.

 

– ¿Era muy inquieta cuando era niña, a qué jugaba con sus amistades?

– Sí, (se ríe) siempre fui muy inquieta, me subía arriba de los techos. Jugábamos a las escondidas, a la ronda, al tejo y a muchos juegos de mesa. Eramos más de juegos de mesa. En esa época, recién a los 15 años íbamos a algún baile que eran los asaltos. Recuerdo que en esos tiempos de empezar a salir fui reina de Turismo, la primera de la ciudad, me acuerdo que en el patio de donde era el Mercado viejo pusieron una tarima y ahí desfilamos. En ese entonces no había negocios que nos vistieran, íbamos con nuestra ropa y nuestro maquillaje (se ríe). Fueron épocas lindas con buenos recuerdos.

 

– ¿Y tenía algún sueño en especial?

– Siempre me gustó mucho viajar. Siempre soñé que podía ser azafata de un avión y conocer el mundo, me encantaba eso. Conocer el mundo. Tenemos primos en Francia porque mi abuela materna vino de Francia a los 9 años, escapando de la guerra, y se instalan en un campo en La Palestina y ella a los 15 años la casan con el hijo del patrón de la estancia que le llevaba cuarenta años.

De la infancia, también recuerdo que todos los años, con la familia de mi padre nos íbamos todos a vacacionar juntos, nos enseñaron esa parte de la unidad de la familia. Y las fiesta de Navidad y Año Nuevo se compartía con toda la familia, había esa esencia de juntarse.

 

– ¿Cuándo sintió el deseo de militar en política activamente?

– Cuando lo escuchaba a don Emilio Pizzorno, que tenía una profesión, una familia y no tenía necesidad de estar en política y veía con el fervor que hablaba y con la sinceridad. Todo lo que hizo fue real, no hizo un puente faraónico, pero hizo muchas cosas en el deporte junto con el doctor Arturo Moroni, en la parte social hizo grandes cosas. Junto a Rogelio Sánchez y muchos otros trabajó por la faz social. Escucharlo a Pizzorno para mí fue clave porque fue una persona sincera y jamás prometió algo que no podía cumplir. Eso me enseñó que no había que prometer algo que no se pudiera cumplir, que a la gente había que hablarle mirándola a los ojos y diciéndole la verdad.

 

– ¿Por qué se decidió por el peronismo, por su padre o por convicción propia?

– Yo empecé a leer todo sobre el peronismo. Eva podrá ser discutida, podrá ser querida o no querida, podrán decir que usó el poder para venganza de todo lo que ella no tuvo, todo eso lo paso de largo. Veo su obra, su obra con los niños, con la parte social. Miles de niños que jamás habían tenido un juguete lo tuvieron por ella. Hay gente que dice que ella hacía las cosas por el odio al capitalismo, pero si el capitalismo mismo vendía los juguetes, si el capitalismo mismo participaba de las casas que se hicieron para que todos pudieran tener su vivienda. Eva hizo una repartición equitativa, el que no tenía oportunidad de estudiar, estudió, el que no tenía lo básico lo tuvo, el que no tenía una casa digna pudo tenerla con un baño que no fuera una letrina. Si eso es odio al capitalismo.

 

– Sigamos con los recuerdos de su militancia

Empecé con Pizzorno (1973- 1976) y luego vino el golpe militar. Cuando comenzó la reapertura para la recuperación de la democracia tuve un gran desafío. Tuve una unidad básica a mi cargo y todos los días íbamos con un gran militante Héctor Mari y otros compañeros al Mercado de Abasto. Y la mercadería que nos daban las entregábamos a la familia de la parte sur de la ciudad. En aquella época había un frigorífico que se llamaba El Mangrullo y nos daba carne, y conseguíamos ropa, todo para entregarle al sector donde nosotros militábamos (hoy barrio Güemes).

Me acuerdo que un día vino Leonor Alarcia y nos capacitaron en política municipalista. Ibamos a Córdoba a hacer el curso vendiendo pastelitos para poder viajar.

Para nosotros fue importante que una senadora nacional nos reconociera a los militantes del interior del interior. Porque hay que decir que a los militantes de ese momento nunca nos pagaron, lo hacíamos por fe, por convicciones. Y ahí lo conocimos a José Manuel de la Sota.

Los referentes eran Darío Ranco, Stella Montes y otros y nosotros los militantes que buscábamos los votos (se ríe). Me acuerdo de algunas frases de José Manuel como “crucemos el charco”.

Es muy normal que en estos momentos te encasillen detrás de algún dirigente y para mí que me encasillen detrás del exgobernador es un orgullo porque fue un dirigente que luchó para llevar el peronismo al Gobierno en una provincia que era radical.

Y se hizo mucho en lo social y dio la oportunidad a muchos de tener un trabajo.

La fortuna que tengo hoy es de tener amigos de todos los partidos políticos, desde la trabajadora hasta el empresario más encumbrado. Y que me respeten es mucho, y que me critiquen porque a algún dirigente le estoy molestando no me preocupa, me va a preocupar cuando un peronista o un militante no me abra la puerta de su casa y me cebe un mate.

 

– Es un camino difícil para la mujer el terreno político…

– Sí, es muy duro. Es muy duro porque los hombres siempre se aglutinan y te llaman al último cuando ya tienen todo repartido. Una de las mujeres que valoro, aun cuando tuve muchas diferencias, es Nora Bedano. Y la valoro porque fue nuestra primera intendente mujer. Olga Riutort es otra mujer con mucha impronta. Hoy en día, la provincia tiene muchas dirigentes buenas y nuestra ciudad tiene varias que han ocupado cargos, Ana Becerra, Nancy Schiavi, Alicia Giubergia, entre otras.

Los hombres se aglutinan para resolver. A mí lo que enfurece son las promesas, esos que te dicen ya está todo listo y en el camino a Córdoba te cambian las listas.

Pero son cosas de la política, tiene esos sinsabores. Creo que si todo el tiempo que yo le he dedicado a la política se lo hubiera dedicado a una empresa privada mía, hoy sería millonaria (se ríe).

Pero no me arrepiento porque tengo satisfacciones, tengo muchos amigos, tengo respeto y obvio también críticas, pero las escucho porque te enseñan a crecer, a no cometer el mismo error y esto de tener diferencias conceptuales dentro del peronismo es muy a diario, pero después en el acomodamiento el compañero te reconoce el trabajo.

Espero no morir antes de ver que muchas cosas que anhelo se logren, como que sean reconocidos lo que están en el olvido, que no haya rencor. La política es un arte de hacer y me parece que entre todos tenemos que construirla. Porque no se hace con un grupo, se aprende de todos.

Pero me revienta la falsedad, no la tolero y la deslealtad menos.

 

– Conoce de deslealtades…

– He sufrido muchas decepciones estando en un grupo, por ejemplo, de pronto ser congresal del partido y enterarte que no sos más congresal y que alguien que nunca había militado ocupe el lugar, pero ya no me preocupa. Como mujer uno se siente aplastada.

A esta altura no me preocupan los cargos, me preocupa solucionar problemas. Pero creo que es importante que los compañeros no se olviden que detrás de los cargos que ocupan hay mucha gente trabajando. Y la gente se ha despertado, quiere trabajo y en eso nos falta mucho.

No hemos podido solucionar el tema trabajo o vivienda en esta ciudad. Por ejemplo, que un gobierno tenga facturantes, becarios, a la gente la lleva a una inseguridad total y la inseguridad te lleva a muchas cosas.

Tuve la satisfacción de dirigir un instituto de menores y cuando me lo ofrecieron todo el mundo me decía “no agarrés”. Es testigo mi familia que estaba 18 horas por día dentro del instituto para que estos chicos tuvieran una oportunidad. Para mí era elemental que estos chicos despegaran de los institutos y hoy verlos con trabajo, siendo padres de familia es una satisfacción. No se logró todo, pero se logró mucho con amor y con el diálogo. Hoy muchos chicos están trabajando eso me satisface mucho más que un cargo que me puedan quitar mis propios compañeros de lucha.

 

– Usted empezó su militancia hace casi cuarenta años, a la hora de analizar el peronismo hoy, en el estado actual ¿qué siente, qué piensa?

– Por ahí me da vergüenza y mucha. Y por momentos me da satisfacciones. Me da vergüenza algunos dirigentes que tenemos, como hay en todos los estadios de la vida. Hay gente que es corrupta y hay gente que no es corrupta, hay buenos y malos. Creo que el peronismo se debe una charla hacia adentro, una reformulación de muchas cosas, yo como mujer he tenido que votar a mujeres que ni conocíamos y que fueron en una lista a nivel nacional. La decepción fue terrible porque es necesario opinar porque luego esa mujer nos representa a todos.

Pero parece que uno debe estar asintiendo a todo y no es así. En la vida no es todo decir sí. Y el no reconocimiento a nuestras compañeras del interior del interior te duele. Que alguien que va a ser candidato a gobernador te diga “en este departamento no hay mujeres para poner” a mí me dolió.

Convengamos que el reconocimiento a las mujeres de nuestro departamento ha sido muy poco. Y han sido “señoras de”, o “amigas de”. Te estoy hablando de Blanquita Rossi o la que pusieron por el campo en Río Cuarto, a mí esas mujeres no me representaron porque no vi reflejada su política en nada.

 

– ¿Y hacia dónde considera que va el peronismo con todas sus divisiones a cuestas?

– Espero que a buen puerto. Espero que podamos desembarcar en todas las políticas sociales. Creo que Schiaretti está haciendo bien las cosas, se ha preocupado por obras de importancia como las inundaciones porque si los campos no son fructíferos nos repercute a todos. Aparentemente va haber plata para esas obras fundamentales que necesita Córdoba. Y haberse preocupado por programas de la niñez, como las que tiene Alejandra Vigo, es bueno ver que se hacen políticas por esos chicos que son el futuro. Son distintos los dos gobernadores, hoy Schiaretti tiene otro diálogo con el Gobierno nacional, o el Gobierno nacional con Córdoba y el pueblo espera soluciones no peleas.

Muchos dicen que la política de Macri es neoliberal y salvaje. Creo que en algunos casos sí, pero es un Gobierno de reacomodamiento, son todos principiantes, lo que me preocupa es que se cierren fuentes de trabajo, que no volvamos a lo que fue el año 2001.

Creo que los gobiernos peronistas de toda la República deben unirse por fuera de los intereses de los dirigentes, deben volver a lo que decía Perón, que primero está el movimiento, la Patria y por último el dirigente.

Pasa que hoy está todo muy desvirtuado, creo que los partidos deben hacer un mea culpa, discutir lo que tengan que discutir, pero después llegar a un consenso por el bien de todos los que estamos abajo.

Porque las cosas no son eternas. Todo pasa, el poder no es eterno y sería bueno que nuestros dirigentes tomen la base humanista que tiene el justicialismo y encuentren el consenso.

 

– Hubo dos momentos en que tuvo fuertes cuestionamientos, uno cuando se fue con Raúl Costa y otro cuando se alejó de Costa y abrió su propio bloque en el Concejo

– (Pausa). El partido que nos prestó el sello para participar de las elecciones (en 2007) con Costa como candidato a intendente fue la Democracia Cristiana. Ese partido fue siempre parte de Unión por Córdoba y acompañó al PJ. Cuando fui candidata a concejal, en parte cumplí el sueño de mi padre y creo que trabajamos bien el primer año. Mi alejamiento no fue por Costa, fue por un compañero de bloque que no le gustaba que uno tuviera otra performance. Costa venía del mismo riñón peronista y si se hacía algo que fuera en beneficio de la sociedad no era oponerse por oponerse. Podíamos lograr que se hicieran modificaciones en proyectos que no eran nuestros porque el concejal trabaja para toda la sociedad.

Y el chispazo que tuve fue por el proyecto del PASU y pensamos que era el momento de aportar cosas y me puse a trabajar con el doctor Zandrino (de la UCR) y logramos que se agreguen puntos al proyecto como, por ejemplo, que la minoría tenga el control de la auditoría. Nosotros hicimos varios cambios y hoy gracias a ese programa muchos de nuestros jóvenes tienen su casa y está el hospital en ese lugar.

Creo que lo que pasó en ese momento con Costa fue la falta de diálogo. No estoy peleada con él, no sé si seguirá ofendido conmigo, pero lo considero un gran dirigente y creo que dirige muy bien a su grupo.

No tengo rencores ni bronca con nadie, abrirme del bloque fue por ese proyecto y faltó madurez. Para mí fue doloroso separarme de un bloque.

 

– ¿Se arrepintió de haber aceptado el cargo que le ofreció el exintendente Eduardo Accastello cuando dejó su banca?

– Cuando acepté el cargo con Accastello yo terminaba mi función de concejal. El 10 de diciembre cuando Accastello fue a la asunción de De la Sota en Río Cuarto me preguntó si yo aceptaría ser su secretaria de Desarrollo Social. Para mí era un desafío trabajar en un municipio, pero no contesté en seguida. Lo hablé con mis hijos, con dos o tres dirigentes, y pensé que el desafío era poder solucionar cosas que había visto que no se solucionaban.

Por eso lo acepté y fue muy cruel. Fue bueno que me llamaran y soy peronista por eso acepté.

Pero no tenía oficina, nunca me dieron oficina, me metí en el despacho del CAM. Traté de conseguir día a día cosas para la gente, en ese año que estuve bajé ocho cursos de la Nación, trabajé en un montón de cosas y me dio satisfacciones, pero el egoísmo de ciertos dirigentes hizo que me fuera y presentara mi renuncia sin vuelta.

En un año no logré la independencia del cargo, no había logrado ni siquiera firmar un papel ni tener una oficina propia, pensé “me engañaron, me dieron la zanahoria como al burro” y punto. Y prioricé mi salud mental a un cargo que me traía disgustos y enemigos.

Yo soy persona y valgo por lo que soy y no por lo que tengo. Veía que venía la gente y nadie le solucionaba el problema, no me podía quedar en un lugar en que me sentía inútil y no hay peor cosa que usufructuar de un sueldo y sentirse inútil.

Tuve la suerte de que al renunciar, en pocos días me ofrecieron una dirección en la provincia donde había mucho por hacer en la problemática de la violencia y la drogadicción.

Con la doctora Fernández trabajamos muy bien, junto a profesionales a los que valoro muchísimo.

 

– Usted que estuvo y está dentro del Gobierno ¿ por qué lleva tanto tiempo solucionar problemas básicos?

– Uno de los problemas que tiene Argentina y el mundo es la burocracia de los papeles. Y los tiempos tuyos son para ayer y los tiempos de los papeles van por tantos lados que la ayuda llega tarde.

Hay cumplimientos de normas que hay que hacer a rajatabla y eso demora.

 

– Vivimos en un país en el que no tendría que existir el nivel de pobreza que observamos y sin embargo aumenta mes a mes

– No te olvides que se cerraron muchas fábricas y no se volvieron a abrir, hay campos inundados y todo tiene que ver. Villa María es una ciudad que ha logrado estabilidad, pero fuentes laborales nuevas privadas que requieran muchos empleados faltan. Tenemos que tratar de que vengan empresas, que no todo recaiga en el bolsillo del trabajador con más impuestos, más tarifas.

Hoy estamos haciendo casi trescientas solicitudes de tarifa social por semana, no damos abasto y los trámites demoran.

Ningún gobernante quiere que pueblo esté mal porque es su propio fracaso. Se buscan las soluciones, hay muchos programas, microemprendimientos, se ha logrado la sociabilización de la información, los municipios tienen mayor acción en el Gobierno provincial, creo que tenemos que buscar el consenso para sacar las soluciones más rápido y que todo vaya a la gente.

En nuestro departamento tenemos dirigentes muy buenos, conozco intendentes que bregan para mejorar la vida de su pueblo.

Nos falta mucho, nos falta diálogo, pero creo que es progresivo y se necesitan años para solucionar problemas que vienen de más de veinte años.

Es importante que hoy los que tienen responsabilidad de gobernar se sienten a hablar pensando en la gente y en las soluciones a sus problemas.

 

– ¿Le gustaría ser candidata a intendente?

– Uno nunca tiene que decir que no le gustaría. Estaría mintiendo. Es una ciudad muy interesante, tiene de todo, hoy tiene un intendente joven que ha logrado unificar a muchas partes que estaban divididas. Me gustaría tal vez, pero también me gustaría disfrutar de tiempo libre.

Creo que para ser candidato tiene que haber el acompañamiento de un partido, una golondrina no hace verano y por más que yo tenga deseos si no tengo acompañamiento termina siendo eso, un deseo.

 

– ¿Le sorprendieron los casos de corrupción que se están investigando?

– No. Todos los casos de corrupción tienen que ver con los egos de las personas. No son del movimiento, el movimiento es otra cosa, el partido es otra cosa y todo lo que es corrupto pertenece al ego propio de una persona que se dejó llevar por la codicia y no midió las consecuencias de cómo perjudicaba a la gente con sus acciones.

El dirigente llega por el voto de la gente, confió en él y aparte de defraudar a los que confiaron y le depositaron el voto, se defraudó él mismo como persona.

 

– ¿Tiene algún candidato preferido para dirigir el PJ nacional?

Hay muchos dirigentes que están como dormidos, por lo que veo. Me gustaría que mis gobernadores tanto De la Sota como Schiaretti pudieran dirigirlo, por experiencia, porque los conozco. Han sido excelentes dirigentes, han ganado internas, han hecho grandes cosas por el pueblo cordobés y no se han olvidado de algo que es la parte social. En programas de discapacidad, Córdoba está muy adelantada con respecto a otras provincias, lo mismo que en los planes como el Primer Paso. A mí me gustaría que ellos dirigieran el PJ, que no se hagan a un costado y peleen la interna porque tienen mucho que demostrar.

 

-¿Existen posibilidades de unión del peronismo en este contexto de tanto enfrentamiento?

– Creo que ningún dirigente pretende que no se una el peronismo. Pero el movimiento es una cosa y el ego es otra. Esperemos que el ego se deje atrás y puedan llegar a un acuerdo.

 

– Fue toda la vida una luchadora, vivió momentos muy difíciles, ¿cuáles fueron los recuerdos más tristes y más felices?

– Los más tristes cuando murieron mis padres. Perder a los padres, a nuestros abuelos, a nuestros amigos te deja un vacío. Y los más alegres fueron los nacimientos de mis hijos, fueron los que me hicieron sentir realizada.

He plantado un árbol, estoy escribiendo un libro y cuando lo termine supongo que seré una mujer realizada (sonríe).

Y me siento querida, eso también me satisface. Disfruto del día a día, estoy distinta a lo que era, era atropelladora, hoy los años me hacen pensar, me hacen vivir el día a día y agradezco que Dios me acompañe.

En lo político, haber logrado ser concejal, ciudadana notable y tomar mate con la gente. Eso me reconforta porque hoy estás en una cumbre y mañana en el llano.

Y disfruto de mi actividad, a pesar de los problemas, de las críticas, soy una agradecida de la vida.

 

– ¿Sus hijos sufren cuando la critican o cuestionan su accionar?

– Sufren la política, sí, porque ellos me han bancado horas que no me han tenido. Por eso cuando alguien me ataca y me ven que yo recibo gente en mi casa a la hora que sea, entonces sienten que no tienen razón los que me critican.

Pero, bueno, no soy la madre Teresa y me equivoco y no todo el mundo nos puede querer. Tengo un servicio, una vocación y soy humana. Ellos saben las horas que he dado por la parte social, saben que he sacado comida de casa para dar, conocen lo que hago.

 

– ¿Perdió amigos por la política?

– Con los amigos que no son de la política, no hablo de política partidaria. Tengo amigos de todos los partidos, he compartido cenas, nos reímos y dejo de lado todo eso. Un dirigente no tiene que crear malestar, al contrario.

 

– La última ¿qué sueños tiene hoy?

Ver mi ciudad crecer más en trabajo, ver a mis nietos crecer, dejar algunas experiencias que tuve en la vida, y viajar, quisiera viajar todos los días ya no como azafata (se ríe).

Viajar con amigos, tomar mate y poder mirar la hojita que se cae de un árbol sin tener ningún problema en la cabeza.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Ni sí, ni no. Ganó con muy poca diferencia, tiene que hacer muchas alianzas y creo que la gente que lo votó creía otra cosa. Se puede revertir la situación obvio, en política es día a día pero hoy no me convence.

 

Juan Schiaretti

Un buen dirigente, ganó internas, es un dirigente que se fue proyectando desde abajo. Lo veo un tipo pensante, que escucha y está haciendo cosas por los niños, está mirando el futuro de Córdoba y eso es muy interesante.

 

Martín Gill

Un dirigente joven que ha crecido con proyección propia. El haber logrado estar en muchos cargos altísimos a su edad demuestra que tiene vuelo propio. Hoy se adelantó muchos pasos con respecto a otros dirigentes.

 

Me gusta

Estar con mis amigos, los disfruto y los valoro mucho. Mirar televisión desde la cama, escuchar buena música.

 

Me divierte

La risa de mis amistades, ver a mi nieto crecer y los avances que va teniendo.

Me sorprende

La facilidad que tiene la gente de cambiar de opinión de un minuto a otro. Ni siquiera de un día para otro sino en cuestión de minutos.

Me entristece

Que haya gente que conozco de hace más de veinte años y no hayamos sido capaces de solucionar sus problemas. No haber logrado que la gente cambie su calidad de vida, eso me entristece.

 

Me enoja

La deslealtad. Me enoja que hagan promesas que no pueden cumplir como si fuéramos niños. No soporto la mentira ni la deslealtad.

 

Frases destacadas

 

“Uno tiene una historia de superación en la vida y eso es fundamental para poder dar a los demás.”