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“No son caminos separados ni opuestos”

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“No son caminos separados ni opuestos”

Escritura creativa y académica

La profesora Beatriz Vottero presentó semanas atrás, en conjunto con su colega Fernanda Cano, una obra titulada “La escritura en taller. De Grafein a las aulas.” Conversamos sobre consolidación de talleres de escritura en la ciudad, los desafíos para la Universidad como espacio de formación en ese sentido, y un abanico de temas que incluye la postura a favor del llamado “lenguaje inclusivo”

 

Escribe José Glanzmann

Hay siempre una tensión entre la libertad que propone la ficción, su foco en lo singular, y la necesidad que tiene la escuela de sistematizar los saberes y la vez volverlos de muchos o de todos.

  1. T. Andruetto.

Prólogo del libro.

Escuchar cada una de las reflexiones cálidas y precisas de Beatriz Vottero, desde el contenido de un libro nuevo a la postura firme sobre el llamado lenguaje inclusivo. Introducirnos a la postura de lo que denomina en conjunto a su colega de Buenos Aires, como la escritura “inventiva”, ese desafío de experimentación lúdico para profesores y alumnos.

Y reflexionar en cercanía a las ideas que marcan que los alumnos de primaria o secundaria no se acercan a la lectura, no se involucran, o desdeñan lo lúdico en cada minuto que cambian por atención en las pantallas de dispositivos electrónicos. Algo de eso puede haber, pero la invención puede ser revisada, estimulada desde el trabajo docente.

Por esto, mencionar que “La escritura…” es un libro amplio en aportes teóricos y consignas ensayadas para fortalecer el conocimiento de profesores sobre la dinámica de la escritura de invención en espacios áulicos tradicionales, y por fuera de ellos.

 

-¿Cómo pensaron la realización de este libro con Fernanda?

-Este libro en principio está pensado para docentes de Lengua y Literatura, pero sin dudas le puede servir a cualquier persona que esté interesada en formarse, o que dicte talleres de escritura; porque hoy la escritura se está promocionando mucho en espacios que están por fuera de la educación formal. Como, por ejemplo, en contextos de encierro, en espacios para adultos mayores… En la propia Villa María, en el último par de años, por referenciar un período de mucha profusión, han proliferado los talleres de escritura. Tanto en espacios institucionales como los que se dictan desde la propia Municipalidad, pero también en espacios privados.

En referencia al enfoque central de la obra, Beatriz resaltó que la primera parte está marcada primordialmente por la experiencia del llamado “Grupo Grafein”, que se convirtió en una suerte de emblema en la historia de la enseñanza de la escritura en nuestro país. Se trató de reuniones que se dieron entre un conjunto de estudiantes que cursaban la cátedra de Literatura Iberoamericana, dictada por el profesor Noé Jitrik, en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en el año 1974.

“Buscaban como el único propósito de experimentar la escritura, y algo muy interesante de la experiencia fue que, si bien surgió dentro de la academia, se continuó en los bordes. Fue promovido por el profesor Jitrik, pero se desarrolló por fuera del marco mismo de la academia.”

“En los años 70 lo que hizo este Grupo fue absorber y resignificar algunas teorías que en Europa en aquella época estaban siendo foco de debate, en el marco de lo que se conoció luego como el Postestructuralismo. Así se redescubre la figura del lector como un sujeto no pasivo, cuya tarea sea la de contribuir a la construcción de sentido de acuerdo a su propia condición de lector.”

 

-Los espacios creativos, en indagación…

-Beatriz se encuentra relevando con mayor detenimiento en estas instancias desde un proyecto de investigación en la Universidad Nacional de Villa María. Al respecto, comentó: tiene como foco de trabajo mi propio espacio de taller de lectura y escritura en primer año del profesorado en Lengua, que tengo a cargo desde 1998 cuando arrancó la carrera.

La investigación que estoy dirigiendo está orientada a trabajar con las producciones de nuestros propios alumnos en el espacio a modo de experimentación, con las consignas de escritura creativa que vamos renovando año tras año. A la vez, estamos insertos en un programa junto con docentes del área de Diseño Audiovisual, y de la Licenciatura en composición musical, en donde estamos haciendo un relevamiento con el único objetivo de poner en valor estos espacios de escritura que han proliferado en la ciudad en estos últimos años.

Esa también es una intencionalidad que atraviesa un poco este libro que estoy presentando.

-¿En qué otras actividades académicas estás enfocada?

-Estoy en este momento del año haciendo un trabajo de asesoría convocada por el ministerio de Educación de La Pampa para revisar las propuestas de lectura y escritura en todos los niveles del sistema en la extensión de la provincia. Además de continuar en mi tarea de docente de la Universidad y capacitadora en Flacso.

Por esto el libro sale en un momento en que afortunadamente estoy trabajando en varios frentes, y encaminando diferentes proyectos que años atrás ni siquiera soñaba. Como digo en el propio prefacio del libro, siempre fui y sigo siendo una “profesora provinciana”… siempre en los bordes de los grandes centros académicos, de los que, sin embargo nunca me alejé.

 

-“La lengua nunca es inocente, y está asociada al poder político”.      

-Los últimos meses, con mayor repercusión a partir del amplio debate sobre la despenalización del aborto en el Congreso de la Nación, se puso en escena el empleo de términos como “todes” “les”, en remplazo del uso de las vocales “o” y la “a”, por ejemplo, enfocándose en la búsqueda de mayor representación de los colectivos sociales. Incluso han emergido algunos debates encendidos entre docentes, alumnos, especialistas en la Lengua y representantes de la academia o la Real Academia Española (RAE)

Consultada sobre este tema, Vottero dejo asentada su postura clara y contundente. “La lengua es una institución social pero no es una institución fija. Su naturaleza es ser dinámica, es estar siempre una tensión dialéctica entre la sociedad y la cultura. De modo que la lengua tanto refleja los cambios en la cultura, como los canaliza, los propicia y los genera a través de sus hablantes”.

“Entonces este fenómeno que todos estamos observando, que genera que los sectores conservadores vean incluso con desprecio el hecho que sobre todo las generaciones más jóvenes, y las mujeres, empleemos expresiones como grupa, como cuerpa; o el uso de la vocal “e” para que no haya una connotación de género.

Yo celebro que se planteen estas cuestiones, porque quiere decir que la sociedad se está preguntando…más allá de que nos pongamos de acuerdo, porque no va a haber consenso. Estos son procesos siempre lentos, que conllevan muchos más años o décadas.

Estamos tomando conciencia de que la lengua nunca es inocente, y que la lengua siempre está asociada al poder político. Estamos vivenciando un fenómeno que nos está movilizando, que nos está haciendo pensar en algo que no habíamos pensado nunca, que habíamos naturalizado.

 

-Soberanía idiomática…

-Nunca hemos sido suficientemente conscientes de la importancia de alcanzar una soberanía idiomática. En este sentido, la propia escuela juega un papel preponderante, mediante su afán homogeneizador. Esta tarea desvaloriza la diversidad lingüística, que en nuestro país es riquísima, resumió Beatriz.